lunes, octubre 31, 2011

El estudiante




Sostenida en los pilares de una magnífica dirección de actores y de la llamativa excelencia de todos los rubros técnicos, esta película ofrece una perspectiva interesantísima del ejercicio de la actividad política en la universidad pública.

Roque es un joven que llega a la Capital Federal desde un pueblito de provincia, tratando de empezar una carrera en la Universidad de Buenos Aires (la cual es reconocible, pese a que nunca se la nombra). Está bastante desorientado, aunque no tanto como para desaprovechar -mientras trata de insertarse de algún modo en la cuasi caótica comunidad universitaria-  las oportunidades para relacionarse con chicas. Pero poco a poco, y de la mano de una de sus conquistas (Paula, una joven docente, militante de una agrupación que participa del proceso electoral para la elección del Rector y sus consejeros) va ingresando en ese mundo en el que las convicciones teóricas deben pasar la prueba de la experimentación en la realidad. Claro que a medida que aumenta su compromiso con la praxis política, su rendimiento estudiantil va disminuyendo hasta casi desaparecer.

Una vez que empieza a recorrer el ripioso camino de la política, Roque no tarda en descubrir sus innatas habilidades para la negociación, y también su capacidad para dejar de lado ciertos escrúpulos. Esto es advertido también por Acevedo, un profesor con vasta trayectoria política que es el principal referente de la agrupación, y que ve en esas dotes de Roque un valioso insumo para su proyecto de alcanzar el rectorado. Comienza entonces una trama de alianzas y traiciones, contada con buen ritmo (lo que hace que el espectador no se dé cuenta de que el film dura casi dos horas), sin concesiones efectistas, alejada del lenguaje panfletario y -me gusta insistir en esto-  con buenísimas actuaciones de todos los miembros de un elenco sin estrellas. No hay parlamentos discursivos ni mensajes moralizantes; los protagonistas van accediendo poco a poco a territorios propios de lo que podríamos llamar "la política profesional", incurriendo muchas veces en las mismas conductas que desde el presumible idealismo juvenil se suelen criticar. No obstante, el director se permite -sólo al final-  una suerte de guiño esperanzador que no le queda nada mal a la película.

Para quien transitó las aulas de la U.B.A en los complejos años setenta, "El estudiante" le posibilita comprobar que las cosas no han cambiado mucho, desde el ruinoso estado de las edificaciones, con sus paredes descascaradas y el mobiliario semiderruido, hasta la retórica de los militantes, tanto arengando en las asambleas como interrumpiendo las clases con sus consignas inmutables. Quizá hay sólo dos diferencias con la universidad que este dinosaurio conoció hace cuarenta años: hoy no están los inquietantes "fierros" de aquél entonces, y en cambio muchos jóvenes conviven -como en otros ámbitos de la sociedad- con la droga, cosa antes muy rara.

Mi opinión es que se trata de una de las mejores películas argentinas de los últimos diez o doce años, a la altura de "El bonaerense", "El secreto de sus ojos", "Nueve reinas" y "Elsa y Fred", entre las que yo vi. Un peliculón, bah.

viernes, octubre 21, 2011

Elecciones



La candidata del peronismo kirchnerista nos dice que estamos en la gloria: sin inflación, blindados ante eventuales efectos de la crisis internacional, con el fenómeno de la pobreza en franco e irreversible retroceso y la producción en vigoroso y constante crecimiento. En síntesis, somos una nación exitosa, o mejor aún, quizá la única verdaderamente exitosa del mundo.

El candidato del Frente Amplio Progresista nos asegura que está preparado para gobernar y tiene el mejor equipo para ello. Como ejemplo, revela su receta para combatir la inflación: que los empresarios ganen menos y los trabajadores dejen de pedir aumentos de salarios.

El candidato del peronismo federal hizo hace algunos días su confesión de parte, al admitir que el peronismo federal es una bolsa de gatos.

El candidato radical (aliado a ciertos peronistas que -sólo por ahora y hasta el domingo- no son kirchneristas ni peronistas federales) nos ofrece apenas el parecido físico con su padre, algunos gritos a destiempo y casi nada más. Ya ni se atreve a asegurar que entrará segundo...

La candidata de la Coalición Cívica, que acierta con sus diagnósticos con la misma eficiencia con la que suele destruir todo lo que ella misma construye, se ofrece en conmovedora inmolación para que el resultado de la elección recaiga sólo sobre su figura.

La ya crónica carencia institucional, las evidencias de corrupción oficial, el crecimiento de la inseguridad y la falta de representatividad de lo que alguna vez fue un sistema de partidos políticos, no parecen inmutar a una sociedad hedonista que consume con fruición los productos televisivos de Tinelli y el Fútbol para todos, mientras intercambia mensajes de texto desde sus celulares.

Enhorabuena que podamos votar, pese al escepticismo de muchos. Quienes soportamos los largos períodos de gobiernos de facto, no deberíamos olvidarnos de esto; los más jóvenes no tendrían que perder de vista este valor  El resultado está cantado: como decíamos en agosto pasado, el electorado va a optar por el original antes que por las copias diluidas.

El futuro nos enfrentará con las consecuencias del cuadro de situación presente, y entonces será mejor que no busquemos responsables fuera de nosotros mismos.