miércoles, octubre 07, 2009

Tomar el mal ejemplo


El conflicto que ha paralizado las actividades del Colegio Nacional de Buenos Aires admite distintas lecturas.

El problema surgió cuando el Colegio sancionó a un grupo de 12 estudiantes que, tras concurrir con autorización a la conmemoración de la llamada "noche de los lápices" (un episodio ocurrido en La Plata en 1976, en que miembros del ejército y la policía bonaerense secuestraron a un grupo de alumnos secundarios, varios de los cuales aún están desaparecidos), regresaron al establecimiento después del horario fijado. La reacción de un grupo de sus compañeros fue la de "tomar" el Colegio.

Una primer mirada, entonces, puede considerar que los chicos han copiado los numerosísimos ejemplos que vienen dando los adultos, desde las huestes de Luis D´Elía o los camioneros moyanistas, pasando por vecinos enojados como los de Gualeguaychú o Lezama hasta llegar a los ruralistas de De Angeli y los sindicalistas de Kraft. Cortar calles y rutas o tomar edificios públicos es casi un rasgo de nuestra nacionalidad, de manera que no puede extrañarnos que los adolescentes reproduzcan con naturalidad esas conductas.

La otra lectura deriva de la actitud de varios padres de esos jóvenes okupas, avalando la lucha de sus hijos. Si una de las funciones de la escuela, además de la básica de brindar una batería de conocimientos, es enseñar los primeros rudimentos de la vida en sociedad, la luz verde a este comportamiento no implica otra mensaje para los chicos que el siguiente: las normas (en este caso, el horario para el regreso) son optativas, por lo que puedo no cumplirlas y, además, no debo hacerme cargo de las consecuencias de ello. Otra vez, una característica argentina...

Mientras tanto, la educación pública sigue hundiéndose un poco más cada día en un pantano asfixiante. Lo que fue una herramienta para el crecimiento económico y una fuente de oportunidades para la movilidad social, es hoy una institución en decadencia que amenaza con convertirse en un reaseguro del retraso. Los funcionarios, así como muchos docentes y dirigentes gremiales, poco o nada hacen para revertir esta tendencia, porque están muy ocupados en dirimir otras cuestiones.

Siendo como soy, con mis falencias y errores, un producto integral del sistema educativo público, no puedo menos que contemplar con dolor el espectáculo presente. Y que algo parecido esté ocurriendo en otros países, según señala Pérez-Reverte aquí, por supuesto que no me sirve de consuelo.

domingo, octubre 04, 2009

In memoriam

Pájaros perdidos en Tokyo

Se sabe que el tango es apreciado en muchas partes del mundo, cosmopolitismo que comparte con otras expresiones musicales, como el jazz y el rock.

Uno de los países en los que se da con mayor fuerza este fenómeno es Japón, cuyo mercado se abrió para los músicos tangueros (y también para los folkloristas) en los sesentas. Importante referente del intercambio que por entonces se generó fue la cantante Ranko Fujisawa, a la que alguno recordará por sus numerosas presentaciones en la Argentina.

En este domingo P & M deja a sus seguidores (???) un video de Anna Saeki, una cantante japonesa que el año pasado hizo una gira por nuestro país. Interpreta "Los pájaros perdidos", el hermoso tema de Astor Piazzolla, con una mezcla de sentimiento y buen gusto muy interesante. Quien busque un poco en la red, encontrará otras buenas interpretaciones de esta ex Miss Saporo que también incursiona en el folklore, y que se ha presentado varias veces en Europa. Una embajadora japonesa de la música argentina: raro, ¿no?



jueves, octubre 01, 2009

Roman, que no es Riquelme


Los personajes populares suelen considerar que no los alcanzan las normas que rigen al común de los mortales. Diego Maradona es un ícono de esta "clase", pero no es el único.

La genialidad que estos individuos manifiestan, o que la sociedad les reconoce, en el ejercicio de determinadas actividades, presuntamente los pondría a cubierto de las penalidades previstas para los casos de conductas punibles. De nuevo, la pretensión maradoniana (tantas veces cumplida) es un ejemplo de esto.

En estos días ha resurgido el caso de Roman Polanski, el director de cine franco-polaco, reclamado por la justicia estadounidense.

¿De qué se trata? No es poca cosa. El gran cineasta Polanski, francés hijo de un matrimonio de polacos que sufrió los rigores del nazismo, está acusado de haber violado en 1977 a una niña (esto último, subrayado y en "negrita") a la que antes había suministrado drogas.

Polanski venía de una historia personal compleja, no sólo por su pasado como víctima del nazismo, sino por las consecuencias del episodio que en 1969 culminó con la muerte de su esposa embarazada, la actriz Sharon Tate, a manos del feroz Charles Manson.

Hoy, cuando el sistema judicial estadounidense pretende ajustar cuentas con él, Polanski (de 77 años) ha recibido el apoyo militante de varias personalidades del ámbito artístico muy renombradas, como Woody Allen, Wim Wenders y Terry Gillian, nada menos.

La pregunta es: ¿hasta dónde puede llegar la "corrección política"? El tipo drogó y violó a una criatura de... ¡13 años!

Hacete cargo, Roman.

¿Quién dijo qué cosa?



Para La Nación, el FMI sigue cuestionando las estadísticas oficiales. Según ese diario, en un informe sobre el panorama económico mundial, el organismo puntualizó que "analistas privados opinan que el índice de la inflación de los precios al consumo ha sido considerablemente más elevado" que el comunicado oficialmente por el Gobierno de Cristina Kirchner.

Impávida, la directora del Indec, Ana Edwin, afirma todo lo contrario en Crítica Digital. Según ella, el FMI "nos felicitó por todo". Agregó, en un alarde de humildad, que en el Instituto "todos tenemos excelentísimos antecedentes académicos", sin dejar de apuntar que "hay intenciones de desestabilizar a este Gobierno".

Mientras los informes del Indec apuntan que baja la pobreza (al tiempo que aumenta el desempleo!!!) y se incrementa el salario real, el acontecer en las calles los contradice de manera flagrante. La sociedad se hunde todos los días un poco más en un fangal de crispación y fastidio, con cortes de calles y rutas, huelgas salvajes y episodios de violencia de distintos tipos. El gobierno, por su parte, está alineado detrás de la enconada disputa de Kirchner con el Grupo Clarín: todo lo demás, no importa.