viernes, diciembre 24, 2010

domingo, diciembre 19, 2010

Astor y el euphonium

  1. Tuba tenor, bombardino o eufonio. Llámese como se llame, ese broncíneo instrumento está asociado en el imaginario colectivo a las orquestas sinfónicas, las bandas de marcha y ciertos grupos de jazz. Ni por asomo se le ocurriría a uno vincularlo con el tango, algo que en general sucede con todos los bronces (a excepción del clarinete, bastante empleado en las primeras formaciones tangueras, así como en el trío de Panchito Cao, "Los muchachos de antes").
  2. El pianista y arreglador Greg Anderson ha "visitado" este blog junto con su partner Elizabeth Roe, con una muy hermosa y original interpretación de Libertango (ver aquí).
  3. Ahora, P & M trae a sus fanáticos, gracias al aporte de mi amigo Zeta, una excelente conjunción de los "factores" antedichos. Se trata de una maravillosa y sorprendente versión de Oblivion, de Astor Piazzolla, a cargo del dúo formado por el piano de Anderson y el eufonio de Carl Berdahl. El arreglo es bellísimo y Berdahl, con su virtuosismo, ratifica lo apropiado del nombre de su instrumento, que significa "voz dulce". Que lo disfruten.


(Gracias, Zeta)


lunes, diciembre 13, 2010

El límite de las mentiras



La editorial Zagier & Urruty está especializada en la temática patagónica y antártica, publicando colecciones de cartografía, guías para viajeros e historia de la región. A esta última pertenece "El límite de las mentiras", del autor argentino  Gerardo Bartolomé.

Se trata de una biografía de Francisco Pascasio Moreno, conocido como El Perito, un personaje al que -como tantos otros- la historiografía ha mantenido en un plano secundario. De su trayectoria el argentino promedio sabe bastante poco (como ocurre, por ejemplo, con Piedra Buena), al punto que me atrevo a decir que una gran mayoría apenas lo recuerda de un modo más o menos difuso como nuestro representante en las negociaciones con Chile de principios del siglo pasado, por cuestiones limítrofes. Ese perfil es tan real como insuficiente, ya que la intensidad de su vida aventurera y la pasión con que acometió sus responsabilidades hubieran justificado un enfoque más atento.

En buena medida, el libro de Bartolomé viene a cubrir esa brecha, con un reseña novelada de los principales acontecimientos que signaron su trayectoria. Al terminar la lectura, uno se queda con una imagen del protagonista que supera en mucho a la conocida,  determinada por la foto de sus últimos años, que lo muestra con la barba encanecida y un sereno aire doctoral.

Moreno, por el contrario, fue un torbellino que abrazó con idéntico fervor la actividad científica y la función pública. En el primero de esos campos, obtuvo reconocimientos y premios internacionales, fundó la Sociedad Científica Argentina y fue el creador y primer director del Museo de Ciencias Naturales de La Plata. Fue funcionario de los gobiernos de Avellaneda y Roca, quienes apostaron por su amplio conocimiento de la región patagónica y sus dotes de avezado negociador.

Realizó múltiples expediciones a los inhóspitos territorios patagónicos y  estuvo más de una vez a punto de perder la vida a manos de los indígenas, episodios que el libro relata con profusión de datos. Sin embargo, esas dificultades no le impidieron ganarse la confianza de mapuches y tehuelches, por quienes mucho hizo en la medida de sus posibilidades. También lo respetaron y ayudaron de modo decisivo los esforzados y escasos pobladores no aborígenes de la región, entre ellos los colonos galeses de la incipiente Trelew de aquellos años.

Varios son los personajes que la novela describe en su transcurso. Uno de ellos es el italiano Clemente Onelli, fiel y eficaz asistente de Moreno tanto en el museo platense como en sus viajes por el sur. También caciques bravíos y poderosos como Sayhueque (quien facilitó su huida después que un consejo de capitanejos lo había condenado a muerte) e  Inacayal. La otra figura que resalta en el relato es la del General Roca, cuya visión estratégica y dotes de tiempista le permitieron, en 1881, inducir a Chile a firmar un tratado de límites (aprovechando la coyuntura derivada del conflicto de la nación trasandina con Bolivia y Perú), para  luego postergar la resolución de las cuestiones pendientes hasta la época de su segunda presidencia en que la Argentina había logrado equiparar el poderío naval de su vecino.

El título de la obra refiere a las múltiples "mentiras patrióticas" que tanto los chilenos como los argentinos llevaron a cabo durante las negociaciones por la demarcación de los límites, que fueron desde la desembozada falsificación de mapas y cartas hasta el desvío de un río a pico y pala.  Por cierto, la reseña derriba el mito de la  victimización argentina, al evidenciar  que las maniobras y engañifas provinieron de ambos lados.

Es un libro interesante que se lee con fluidez y constituye una prueba de la riqueza histórica de la Patagonia, a la que el cine nacional, lamentablemente, aún casi no le ha dedicado su atención.

   





 

viernes, diciembre 10, 2010

Indoamericano



La economía no está en recesión como hace nueve años, sino que crece. Pero al igual que en los innombrables noventa, el derrame no se verifica: el pobrerío vuelve a representar algo así como un tercio de la población. Esto con un gobierno que dice centrar su acción en la redistribución de la riqueza.

Emergentes del modelo nac&pop latinoamericanista y derechohumanista ocupan un parque público, el Indoamericano, en la capital del país. Como diría el locutor de Les Luthiers, los acontecimientos se precipitan. En cuestión de minutos se genera un capitalista mercado inmobiliario, en el que los precios de los lotes (!!!)  oscilan entre $ 800.- y $ 3.000.- Claro, el problema llega pronto, al momento de la toma de posesión, porque hay quienes consideran que ciertos títulos son imperfectos. El asunto genera algunos roces, llamémoslo así, situación a la que en poco tiempo se agregarán los vecinos del lugar.

Entre tanto, la policía federal "recupera" el predio y lo entrega a la ciudad. Pero ésta no consigue "retenerlo" cuando la marea vuelve a fluir. Los jueces rotan. Uno de ellos ordena entregar (a los ocupantes ilegales del espacio público) alimentos y ropa. Otro ordena a las fuerzas federales que vuelvan a actuar. El jefe de gabinete reflota una teoría por la cual, seguramente, muy pronto será declarado por la Facultad de Derecho de la UBA como el máximo exponente de las ciencias jurídicas en el país: no se acatan las órdenes judiciales de cumplimiento imposible. El juez de la entrega de alimentos vuelve a pedir, ahora por la pacificación de la zona.

Los acontecimientos siguen precipitándose, tanto que ya parece el diluvio universal. El cuentito de la presidenta que se había moderado con la viudez duró un mes y medio, hasta el discurso de hoy. Ni un paso atrás, interpreté yo que dijo, en pos del objetivo de pulverizar a Macri, aunque en el medio haya que lamentar efectos colaterales. Por supuesto, la balacera recrudeció,  sin discriminar entre bolivianos y ambulancias. Por su parte, el abogado del émulo de Madonna Quiroz que fue filmado hoy mientras disparaba hacia donde estaban los intrusos, afirma que el revolver era de juguete, y que su cliente estaba defendiendo a sus familiares (que son los jefes de la barra brava de Huracán) con ese supuesto chumbo de plástico.

Hay un olorcito muy fuerte a aceitada operación peronista en el fondo de todo esto. Al menos, las imágenes televisivas a mi me hicieron acordar a diciembre de 2001. Sólo faltaba el supermercadista chino llorando sobre las ruinas de su negocio. Claro que hay además otros ingredientes no menos inquietantes, como el narcotráfico que busca entronizarse en la zona aledaña (si es que ya no lo ha logrado), la incompetencia congénita de los políticos y la patética incapacidad de la justicia.

Tal vez yo esté hoy un poco deprimido, pero si todo esto no es signo de  decadencia, ¿la decadencia dónde está?


(La foto es de Perfil.com)

miércoles, diciembre 01, 2010

Seguridad y progresismo



La seguridad de los ciudadanos no es un tema que figure en la agenda del autodenominado pensamiento nacional & popular. Al contrario, su sola mención merece la descalificación fulminante del progresismo vernáculo, catalogando de autoritario o -con menos eufemismo- hasta de fascista a quien lo haya hecho.

Hace unos pocos años, Juan Carlos Blumberg -padre de un joven asesinado por una banda-  solía aparecer  en los medios de comunicación motorizando el enojo popular por las crecientes  frecuencia y virulencia de espisodios criminales. Los bienpensantes toleraron a duras penas el espectáculo de las multitudinarias movilizaciones que su prédica generó, hasta que finalmente tuvieron su revancha. Cuando se supo que el hombre no era ingeniero, como se había presentado, su estrella se apagó tan velozmente como se había encendido, mientras el progresismo redondeaba su diagnóstico secuencial: partidario de mejorar la seguridad, falso ingeniero, fascista. Él y quienes lo escucharon y/o lo siguieron, todos en la misma bolsa. A otra cosa.

Sin preocuparse por quedar, objetivamente, alineados con la absurda argumentación oficialista de la "sensación de inseguridad", los predicadores nac & pop no sólo no han variado su postura, sino que la han consolidado. El andamiaje argumental sobre el cual se paran está sostenido, bueno es recordarlo, por el juez Eugenio Zaffaroni, miembro de la Suprema Corte de Justicia. La profundidad de esta concepción ha llegado al extremo de naturalizar el uso de una palabra, represor, para calificar a los criminales de la última dictadura militar, con lo que se asocia no demasiado subliminalmente a la represión del delito -una función esencial del Estado de derecho y de sus organismos de seguridad-  con las prácticas aberrantes de aquellos asesinos y torturadores.

El asunto viene a cuento a raíz de las acciones emprendidas la semana pasada por las autoridades brasileñas en las favelas de Río de Janeiro, procurando restablecer el control del Estado en las áreas que estaban bajo el dominio de los narcotraficantes. Puesto en blanco sobre negro: se trató del empleo de efectivos policiales y militares por parte del gobierno de centroizquierda, para reprimir con contundente energía a la delincuencia, empleando armamento sofisticado, vehículos blindados y helicópteros.

No escuché comentarios de nuestros quizá un tanto atrasados transversales al respecto. No es sorprendente, ya que en realidad casi nunca se refieren a Lula, ese ex obrero industrial cuya gestión -que se reivindica como progresista-  ha tenido ciertas características que a ellos parecen incomodarlos. Más fácil les resulta  regodearse con la casi cotidiana verborrea de Chávez, el mandamás de un país cuyos niveles de criminalidad vienen creciendo a un ritmo febril.


La imagen pertenece al portal  Boston.com.  Para ver más (impresionantes) fotos de la represión a los narcotraficantes de Río de Janeiro, pulsar aquí.

martes, noviembre 23, 2010

Ahora, el Fondo



Es posible que para tratar de entender la relación del kirchnerato con el FMI, sea más útil recurrir a la psicología que a disciplinas a priori más afines a la temática que ocupa a dicho organismo internacional, como la economía o la politología.

Al menos, es lo que se deduce con la noticia conocida hoy: el gobierno recurrirá a la "asistencia técnica" del cuestionado ente para diseñar un nuevo índice de precios.

El asunto llama la atención por varios motivos. El primero, claro, es la reiterada postura de rechazo a cualquier intervención del Fondo en los asuntos locales asumida por las autoridades argentinas del más alto nivel, puesta de manifiesto en innumerables ocasiones y en todos los tonos, casi siempre altisonantes. Una demonización  que incluso le ha servido al gobierno para granjearse indisimuladas simpatías en el arco "políticamente correcto" de la opinión pública. Habrá que ver qué opinan ahora esas voces.

Pero además de ello, el FMI no tiene entre sus funciones específicas la producción de estadísticas, de las cuales sólo se sirve para efectuar sus análisis. En términos de "expertise", como le gustó decir hoy al impresentable ministro Boudou (el mismo que opinó hace poco que la inflación sólo afecta a la clase media alta), hay varias instituciones con pergaminos más robustos, tales como las oficinas oficiales de estadística de Canadá, Francia o Gran Bretaña. Y, si se prefiere a una institución latinoamericana, las de México y Brasil también son muy prestigiosas (no, la de Venezuela no es muy respetada).

El disfraz elegido para ornamentar esta decisión se recuesta en aspectos técnicos. Se trata, según se ha afirmado, de diseñar un índicador que represente la evolución de los precios en todo el país, dado que el actual abarca al Gran Buenos Aires, mientras que cada provincia elabora su propio índice. Esto es tan cierto como que el IPC elaborado ahora por el Indec es un "dibujo" y que su utilización es cada vez más insostenible.

Cualquiera que sea la forma en que el asunto se lleve adelante, es seguro que la inoxidable directora del Indec, Ana Edwin, seguirá luciendo su sonrisa lamarquiana (no digo gardeliana, para que no me acusen de sexista).

martes, noviembre 16, 2010

La distancia entre la teoría y la práctica



"Durante muchos años enseñé teoría económica. Me gustaría pensar que me he ganado la vida honestamente, pero a veces tengo mis dudas". La frase pertenece a Joan Robinson, la economista británica que introdujo -entre muchos otros aportes-  la teoría de la competencia imperfecta, y me vino a la mente tras los recientes escandaletes registrados en el Congreso nacional en torno a la ley de presupuesto público para el año próximo.

Y es que por algún tiempo, al igual que ella (salvando las abismales, inconmensurables distancias) procuré que los chicos del Colegio Nacional de Ushuaia  aprehendieran las características que hacen que el presupuesto sea considerado como la "ley de leyes". Con lo que yo suponía un noble fin, peroré una y otra vez acerca de su rol como herramienta fundamental para la planificación, administración y control de la actividad estatal.  Insistí con sus características de expresión financiera del plan del gobierno y con su función de asignador de los recursos del Estado a la satisfacción de las necesidades de la sociedad.

Convencido de la veracidad de mis afirmaciones, les explicaba a aquellos adolescentes que el debate del proyecto enviado cada año por el Poder Ejecutivo implica un ejercicio casi sublime de participación democrática. Les decía, palabras más o menos, que cuando en la instancia legislativa ese proyecto es analizado, discutido, modificado y -finalmente- aprobado, se concreta en la práctica el derecho del pueblo para establecer (a través de sus representantes legítimamente elegidos) las prioridades del Estado en materia de gastos para el funcionamiento de sus distintas dependencias y el desarrollo de infraestructura, así como para obtener mediante impuestos y otras formas de financiamiento, los fondos necesarios para atenderlos.

Creo que terminaba señalándoles que el documento es de cumplimiento obligatorio para el gobierno, y que ningún gasto puede ejecutarse si no está allí contemplado.

La realidad me desmintió la semana pasada de un modo terminante. Por un lado, el Ejecutivo no admitía ni el cambio de una coma a su proyecto,con argumentos que llegaron al disparatado extremo de requerir que se respetara el duelo de la Presidenta otorgándole el presupuesto que pedía... Por otra parte, algunos integrantes de la oposición aprovecharon el momento para dirirmir una interna partidaria, mientras otros tronaban con denuncias de presiones oficialistas, como si se tratara de algo inédito.

Lo más probable es que para el próximo ejercicio el gobierno funcione con una prórroga del presupuesto 2010. Ello le permitirá disponer a discreción de la recaudación impositiva que excederá lo previsto para este año, en buena medida como consecuencia del proceso inflacionario. Desde el arco opositor, sin embargo, no parece haber disposición para hacer valer su mayoría imponiendo un mecanismo para que en tal caso, se obligue al gobierno a debatir en el Congreso el destino de esos fondos excedentes.

Quizá alguno de mis alumnos de antaño se acuerde hoy de mis clases. Espero que piense que fui apenas un ingenuo...

(La imagen de Joan Robinson pertenece al sitio EMVI)

jueves, noviembre 04, 2010

Inflación y relato



Amado Boudou se graduó en economía en la Universidad de Mar del Plata, con un promedio distinguido (8,19). Luego, consiguió un magister y un doctorado en la Universidad del CEMA. Actualmente, funge como ministro de economía en el gobierno nacional.

Ayer declaró que la inflación no es un tema importante, y que en todo caso afecta a la clase media-alta. Lo cual merece algunos comentarios, a saber:

  • La frase implica el reconocimiento de que la Argentina padece inflación, algo que hasta ahora el gobierno se empeñaba en negar apelando a cualquier recurso, incluyendo la manipulación de las estadísticas.
  • Su afirmación contradice toda la teoría económica escrita, lo que involucra -por supuesto- a la que el ministro ha estudiado con algún provecho, según se infiere de sus títulos de grado y posgrado.
  • Los economistas tienen fuertes divergencias en el campo del "deber ser", pero suelen coincidir en el plano del "ser". La inflación es un ejemplo de lo segundo: hay consenso en que es un fenómeno que afecta ante todo a los perceptores de ingresos fijos, o sea a los asalariados y jubilados. Y que en un contexto de fuertes aumentos en los precios de los alimentos, las personas con menores ingresos resultan aún más perjudicadas, ya que son las que deben asignar la mayor parte de sus recursos a ese tipo de bienes.
  • En cuanto al "deber ser", las diferencias tradicionales (mientras los ortodoxos recomiendan medidas monetarias, los heterodoxos prefieren las herramientas fiscales) parecen cosas del pasado. Hay poquísimos países en el mundo que padecen el flagelo, lo que induce a pensar que los hacedores de política económica urbi et orbi saben cómo deben ser las medidas para combatirlo con eficacia. Algunas excepciones: Zimbabwe, Venezuela, Argentina. En América Latina, Brasil, Chile y Uruguay son ejemplos de economías que crecen sostenidamente y con tasas de  inflación nulas o muy bajas.
  • Conclusión inevitable: el ministro pretende subestimarnos, por no decir que nos trata de idiotas. Ello, como corolario de la premisa básica de este gobierno: lo que importa es el relato.

jueves, octubre 28, 2010

La muerte, esa sorpresa




Ante la contundente irreversibilidad de la muerte, uno suele quedarse sin palabras. La gravedad del hecho posterga las discusiones, relativiza las afirmaciones y tiende a proponer treguas. Al menos, por un tiempo. Quizá sea porque el sujeto ya no puede argumentar, o tal vez porque la visión de La Parca nos recuerda que ella, tarde o temprano, vendrá a nuestro encuentro. Se lo puede llamar respeto, también -como señala Jorge Lanata en La Nación-  miedo.

Algo de eso sentí ayer, cuando supe que Néstor Kirchner había muerto. No experimenté dolor, tampoco sorpresa. Lo primero, porque su actuación como hombre público nunca despertó mi adhesión, sino todo lo contrario; lo segundo, porque su actitud y la del entorno íntimo frente al ostensible deterioro de su salud ("Hay Kirchner para rato") asignaban alta probabilidad de ocurrencia a un desenlace semejante.

Kirchner llegó a la presidencia en 2003 poco menos que desde el anonimato político y la asumió con un magro caudal de votos, en medio de una coyuntura muy compleja. Sin embargo, se convirtió en la figura predominante de la década, tanto como lo habían sido Alfonsín en los ochenta y Menem en los noventa. Por eso, su desaparición deja una fuerte sensación de vacío que abarca a la oposición, que hasta se sentía cómoda definiéndose siempre desde la postura "anti-k".

El país que nos deja Kirchner está marcado por un deterioro institucional tremendo, tanto como por indicadores sociales y económicos que la manipulación de la información (el famoso "relato") no consigue disimular. La Argentina es hoy insignificante para el resto del mundo, salvo para los países de la órbita chavista. La comparación con Brasil, Chile o Uruguay, por dar sólo algunos ejemplos, no puede menos que abochornar.

No obstante, hay características suyas que son aún más irritantes. La manipulación del tema de los derechos humanos, por ejemplo, es una de los más emblemáticas. Y su entorno insiste en ello: el decreto presidencial que declara el duelo nacional relata su trayectoria, inventando imaginando que fue un defensor incansable "como abogado en los tiempos dictatoriales" de dicha cuestión. De nuevo el relato, reescribiendo la historia al modo del Gran Hermano orwelliano.

Otra arista es el perfil confrontativo, la manía de considerar al adversario o al disidente como un enemigo al que hay que pulverizar en términos políticos. La descalificación del opositor fue su impronta, y lo doloroso es que muchos de sus adversarios la hicieron propia. De tal modo, el escenario político fue adquiriendo una configuración que espanta al ciudadano de a pie, alejándolo cada vez más de la participación. En el chiquero, sólo los puercos chapotean despreocupados sobre el barro.

La turbiedad de casos como los de Skanska o el de la valija de Antonini Wilson, así como de los manejos en favor de empresarios amigos (incluyendo el funcionamiento de una cuasi embajada paralela en Caracas) completan el cuadro, junto con la creciente influencia de una dirigencia sindical impresentable.  Una dirigencia  que, por cierto, se convenció de su impunidad cuando provocó la renuncia de la ministra Ocaña que denunció sus negociados.

Lo que vendrá en materia política es bastante incierto. La estrella de Kirchner venía apagándose, como quedó demostrado con ciertos movimientos de Daniel Scioli, el eterno maltratado, así como de varios intendentes bonaerenses y de dirigentes del sector empresario hasta hace poco defensores "del proyecto". Los primeros movimientos de la oposición han mostrado, en general, cierta grandeza, más allá de la sobreactuación no exenta de hipocresía de algunos dirigentes. El problema, mirando a las elecciones de 2011, es que la mayoría no parece prometer otra cosa que "buenos modales" para cotninuar con el modelo.

Entre tanto, aún es una incógnita lo que hará la presidenta, que deberá lidiar con una situación completamente nueva para ella: el hombre junto al cual construyó su vida familiar y su entera carrera política, simplemente ya no está. Uno tiende a pensar que va a recostarse en su círculo íntimo y, siendo fiel al sello de su marido, procurará redoblar la apuesta. Veremos qué sucede.

(La imagen pertenece a Perfil.com)

lunes, octubre 25, 2010

Malas compañías



Mi santa madre
me lo decía:
"Cuídate mucho, Juanito,
de las malas compañías".

El terrible episodio que la semana pasada culminó con el asesinato de un joven militante del Partido Obrero no es excepcional. En realidad, si sus consecuencias no hubieran alcanzado ese grado trágico (además de la muerte de Mariano Ferreyra, una mujer resultó con gravísimas heridas y aún lucha por su vida), la noticia hubiera durado bastante poco, tanto en las primeras planas de los diarios como en la consideración de los ciudadanos de a pie.

Es que la disputa por la ocupación del espacio público entre grupos de particulares (piqueteros, gremialistas, militantes de diversas corrientes), y su resolución por medios más o menos violentos, forma parte de la cotidianeidad argentina desde hace ya demasiado tiempo, y por lo tanto casi no llama la atención. Salvo que el desborde sea excesivo, como en el caso que nos ocupa. Es una cuestión de la que el Estado se desentiende, en el mejor de los casos, o con la cual coadyuva ("no hay que criminalizar la protesta").

No es posible olvidar que el miércoles pasado, ante la pretensión de los militantes del PO y de los "tercerizados" de cortar las vías del ferrocarril Roca, quienes procuraban impedirlo no eran los agentes de policía que cualquier ingenuo podría imaginar como encargados de velar por el orden público, sino un conjunto de miembros del sindicato ferroviario que preside desde hace un cuarto de siglo José Pedraza, apoyados por unos tenebrosos patoteros profesionales ("barras bravas" de clubes de fútbol) contratados ad-hoc. Poco importa que se haya tratado de una "zona liberada" o de  una delegación de facultades de hecho: cualquiera de esas posibilidades tiene idéntica gravedad. Y lo cierto es que a algún barra se le fue la mano en el celo vigilador, por lo que Ferreyra terminó muerto.

Hay otras aristas de este hecho que me interesa señalar. Una de ellas es la relación que el gobierno mantiene y cultiva con una dirigencia sindical impresentable que conserva sus peores rasgos,  los mismos que viene poniendo de manifiesto desde tiempos inmemoriales.Menos de una semana antes, las máximas autoridades del país habían participado del acto que el líder cegetista Hugo Moyano organizó por el "Día de la Lealtad", transmitiendo una imagen de dependencia respecto del poderoso gremialista camionero que resultó patética.


Tan patético como el proyecto que el diputado moyanista Héctor Recalde impulsa en el Congreso para, supuestamente, instaurar la distribución de utilidades de las empresas entre los trabajadores.
No es difícil imaginar las consecuencias prácticas en caso de concretarse esa iniciativa. Gremialistas de la calaña de Moyano y de Pedraza, terminarían tomando decisiones en las empresas, y en caso de desacuerdos no trepidarían en recurrir a la ayuda de los barras. Tampoco es necesario tener mucha perspicacia para sacar conclusiones acerca de cómo influiría dicha realidad en las decisiones de inversión de los empresarios.

Otro aspecto es el del manejo por lo menos poco transparente de ese ramal ferroviario, en manos de un ente, el UGOFE,  que no se sabe bien si es una agencia estatal, una organización no gubernamental, una empresa privada, una mixta o qué. Lo que quedó claro es que maneja una robusta caja de caudales provenientes del fisco (acerca de cuya distribución, justamente, giró el "debate" del miércoles pasado), y también -a estar por las declaraciones del barra brava Cristian Favale- que para trabajar en ella no hay que presentar un CV ni rendir un examen de aptitud, sino colaborar dando algunos puñetazos y lanzando unas pedradas en pos de la solución de conflictos que puedan afectarla.


Violencia institucionalizada, pujas por fondos fiscales mediante prácticas cuasimafiosas, desprecio por la vida, ausencia absoluta de respeto por el estado de derecho. Un cuadro de situación preocupante, que el oficialismo intenta maquillar con alusiones cada vez menos creíbles a una gesta liberadora que sólo existe en la imaginación de sus acríticos adláteres.


Mis amigos son gente cumplidora
que acuden cuando saben que yo espero.
Si les roza la muerte disimulan,
que para ellos la amistad es lo primero.

lunes, octubre 04, 2010

Zapatos italianos


Es el sexto libro del sueco Hennig Mankell que he leído, y el que más me ha gustado de todos ellos. Después de paladear cuatro entregas de la serie de policiales negros protagonizadas por el comisario Wallander ("Asesinos sin rostro", "Los perros de Riga", "La leona blanca", "La quinta mujer") y "El chino", del mismo género pero sin la presencia del policía residente en Ystad, "Zapatos italianos" -publicada en 2006- lo consagra para mi gusto como un gran novelista.


Tras un traspié profesional, un médico cirujano se ha retirado a su antigua casa familiar en una isla de la costa del Báltico. Separado y sin hijos, lleva allí doce años y parece resignado a esperar el final de su vida. Jansson, el hombre que reparte el correo cada semana, es prácticamente su único contacto con el resto del mundo, aunque él ya casi no recibe correspondencia. Fredrik se deja estar allí, recordando su infancia, las lágrimas de su madre y las charlas con su padre, mientras va rumiando su amargura ("¿Conversaciones? No, no puede decirse que Jansson y yo conversemos"). Sin embargo, algo inesperado -una visita que jamás imaginó-   lo habrá de confrontar de golpe con una parte del pasado que creía haber olvidado para siempre.

A partir de ese encuentro, a las imágenes quizá entrañables que su memoria recuperaba cada tanto se sumarán con crudeza las vivencias -muchas de ellas desagradables- que vienen de la mano de su visitante, por quien, además, se enterará de que tiene una hija. De pronto, aquella relativa placidez de su lánguido retiro se convierte en una dura remoción de escombros, cuando las circunstancias lo ponen ante la necesidad de saldar un pasivo muy gravoso.

La pluma de Mankell va desarrollando la trama al mismo tiempo con morosidad y ritmo, de manera magistral. Hay una descripción precisa  de los caracteres austeros y sin embargo intensos de esas personas que parecen carecer de emociones y que, no obstante, sufren, aman y ríen, como todos nosotros. La atmósfera despojada del relato le abre la puerta, no obstante el planteo reflexivo, a una emoción que por momentos entra a raudales. El protagonista, al fin de cuentas un hombre como cualquiera, hace lo que puede: algunas deudas serán canceladas y otras, más allá de su voluntad, deberán esperar.

De lo mejor que he leído últimamente.

jueves, septiembre 30, 2010

Está en su naturaleza


"Llegados al medio del gran río, allí donde se crean los remolinos, de repente el escorpión picó al sapo. Éste, sintiendo que el veneno mortal se extendía por su cuerpo, mientras se ahogaba junto con el escorpión, le gritó:
-Pero, ¿cómo es posible?
-No pude evitarlo- contestó el escorpión antes de desaparecer en las aguas- Está en mi naturaleza."


Los miembros de la Suprema Corte de Justicia quizá no salgan de su asombro. El mismo gobierno que propició su llegada al máximo tribunal, hoy embiste contra ellos cubriéndolos de insultos, mientras organiza operaciones para condicionar sus fallos.

Tal vez el Dr. Zaffaroni se pregunte hoy cómo es posible que ocurra lo que está ocurriendo. La respuesta está en la historia: Kirchner desarrolló toda su actuación política en Santa Cruz ejerciendo el más absolutista y despiadado poder sobre todos los estamentos del Estado y también, en el ámbito privado. Por eso fue que el inefable Zannini pudo decir, días atrás, que "ellos pusieron a esta Corte para otra cosa".


Bienvenido a Macondo, Dr. Zaffaroni.

miércoles, septiembre 29, 2010

Responder al censo



Mediante cadenas de e-mails y en comentarios en foros y en las llamadas "redes sociales", algunas personas están proponiendo no responder al Censo de Población, previsto para el próximo 27 de octubre. En mi opinión, ese llamado a una suerte de "desobediencia civil" está equivocando el camino.

Cierto es que el prestigio del Indec, organismo rector del sistema estadístico oficial, se encuentra en uno de sus peores momentos, a partir de los despropósitos cometidos por su conducción desde fines de 2006. Este blog se ha hecho eco, en más de una oportunidad, de esa tan bochornosa como indignante situación. En particular, las quejas -que surgen de una evidencia cada vez más incontrastable-  están referidas a las manipulaciones en el cálculo del índice de precios al consumidor, justificadas de una manera por lo menos insólita por uno de sus directivos como parte de una "estadística militante", especialidad hasta entonces desconocida en los ámbitos académicos.

Las derivaciones de este hecho, relacionadas con temas de trascendencia no menor (como la proporción de población bajo la línea de la pobreza,  los rendimientos de los bonos de la deuda soberana y los cálculos de la evolución del PBI) han sido comentadas y criticadas con fundamento por especialistas serios y respetados.

Sin embargo, la idea de extender esa crítica linealmente  al operativo censal en ciernes merece reparos. Por un lado, porque su instrumentación requiere de una participación muy fuerte de las oficinas provinciales de estadística, organismos que -no obstante su dependencia presupuestaria y funcional respecto del ente nacional-  en general están en condiciones de garantizar y satisfacer unas condiciones de profesionalismo, objetividad y eficacia más que razonables. Se trata de oficinas cuyos integrantes aquilatan en promedio bastante experiencia en la función, lo que se traduce en un compromiso con estándares de calidad que ya tienen una tradición muy fuerte.Y que han demostrado ser capaces de remontar condiciones sumamente adversas: el censo de 2001 se ejecutó con éxito apenas un par de meses antes de que el país ingresara en una de sus peores crisis estructurales.

Pero, además, si la intención es dar testimonio de oposición al gobierno y sus políticas, creo que la vía elegida está equivocada y, en cierto modo, expresa la pérdida de la brújula en materia institucional. En otras palabras: no me cabe duda que si la intención es quejarse por los desaciertos y/o las tropelías del kirchnerismo, negar el acceso o la respuesta al censista es sólo una manera de eludir la verdadera responsabilidad cívica. Por el contrario, quienes quieran plantarle bandera al oficialismo, harían mejor en participar en política en la medida de sus posibilidades, o al menos esperar hasta las próximas elecciones y ejercer con cuidado y responsabilidad su derecho al sufragio.

Pegar un cartelito con un texto más o menos ingenioso en la puerta de casa, como se está proponiendo en Internet, no tendrá más efectos que molestar al censista y dejar al "renegado" contento por un rato, además de profundizar el daño al sistema estadístico por cuya precariedad se protesta. En cambio, si esa energía opositora se orientara a una mayor y más enérgica participación en la política partidaria o, al menos, a configurar  un buen caudal de votos, quizá el objetivo de terminar con las prácticas oficialistas estaría más próximo. 

lunes, septiembre 27, 2010

Primero cazar el oso, luego vender la piel


Cuando leí la noticia en Sur54, pensé que los tipos están vendiendo la piel antes de cazar el oso.  Jorge Martín, intendente radical de Río Grande que está por culminar su tercer período como tal, y Jorge Garramuño, miembro del Movimiento Popular Fueguino y, a su turno, intendente de Ushuaia durante tres fases consecutivas, han alcanzado según parece un acuerdo con vistas a las elecciones a gobernador de 2011.

Lo llamativo, o lo que suena un tanto ruidoso, es que la coincidencia consistiría ante todo en una "coparticipación del gobierno", expresión que significa -según lo aclaró luego un operador del riograndense-que habrá un reparto previo de los cargos ministeriales entre ambas fuerzas políticas. Esto es, que la primera acción conjunta será la definición acerca de qué ministerios y secetarías corresponderán a una y otra fracción.

Nada se ha dicho, en cambio, sobre las coincidencias programáticas que uno, en su ingenua inocencia, consideraría prerrequisitos imprescindibles para cualquier acuerdo. Pero, claro, estamos en la Argentina, un país en el que los partidos políticos han desaparecido, siendo desplazados por los "espacios" cuando no por los personalismos duros y puros.

Así que podemos imaginar esta secuencia: primero, la distribución de ministerios; a continuación, la campaña electoral que culmina en el acto eleccionario; seguidamente, y considerando el mejor escenario posible para esta alternativa, la asunción del gobierno. Y sólo en último término, la realización de una reunión de gabinete en la que el flamante gobernador y sus ministros se preguntarán: "Y ahora, ¿qué hacemos?"

miércoles, septiembre 22, 2010

Cuadernos


 
El más reciente libro de Juan José Sebreli constituye una novedad por el género de que se trata. Lo compone una serie de notas, de distinta extensión, agrupadas por temas, que el autor ha ido volcando a la manera de los apuntes que -según él mismo nos cuenta- tomaba Thomas Mann o de los dibujos que Van Gogh o Mattisse hacían en las legendarias Moleskine.

 
De esa forma se manifiestan los diversos perfiles de este intelectual que nunca deja indiferente al lector. Aparecen allí el ensayista, el crítico literario y el cinéfilo, junto con el analista político, el militante (fue fundador del Frente de Liberación Homosexual)  y el testigo de las vivencias de personajes de Buenos Aires de diversa laya, desde Cabito Bioy (primo de Bioy Casares) hasta Blas Matamoro.

 
Muy buenos son los análisis de las vidas y obras de Niní Marshall, el cantante Charlo y el escritor Roberto Arlt. A este último le dedica varias páginas, desde las que lo reivindica como un precursor del existencialismo sartriano.

 
Me resultó novedoso el capítulo dedicado a las citas, donde se destacan las del maestro del policial negro Raymond Chandler. El campo de intereses del Sebreli lector se revela amplísimo, pero uno enseguida reconoce que ello no podía ser de otra manera.

 
La mirada que despliega sobre el escenario político argentino es tan aguda como poco complaciente. Quien haya leído su "Crítica de las ideas políticas argentinas" sabe a qué me refiero.

 
Sebreli siempre incomoda, sorprende, obliga a repensar. No admite prejuicios, a los que embiste sin estar armado, a su vez, con otros prejuicios. Leerlo es un ejercicio gratificante y un desafío.

 
Para conocer más acerca de Sebreli, sugiero leer:

miércoles, septiembre 15, 2010

Obstrucción arterial


El episodio de la obstrucción arterial sufrido por Néstor Kirchner lo visualizo como una pequeña metáfora de varias cosas que ocurren en la sociedad argentina.

Mirando su patética imagen, tomada en el acto que organizó ayer la "juventud kirchnerista",  me preguntaba hasta qué punto estarán dispuestos a llegar -él y su entorno íntimo-  para demostrar que la angioplastía que le practicaron (apenas siete meses después del default de su arteria aorta) es poco menos que una operación del Grupo Clarín.

En todo caso, las declaraciones de su esposa ("hay Kirchner para rato") y la misma presencia del líder en un acto cuando apenas habían pasado un par de días de una severa intervención quirúrgica, son expresiones de una negación de la realidad típicamente argentina.

No nos va mal por errores propios, sino por una implacable campaña en nuestra contra, protagonizada ora por el imperialismo, ora por los poderes concentrados, ora por los medios. Kirchner no padece males físicos severos, tiene cuerda para rato, y se banca lo que venga.

Observe el lector la imagen, tomada de La Nación, que ilustra este post. Ese hombre está en el límite.

Metáfora de la Argentina...

lunes, septiembre 06, 2010

Entre Fidel y Adolf


 
El ícono viviente de la Revolución reapareció la semana pasada en La Habana. Su discurso, aunque no tan largo como los que supo enhebrar en la época de plenitud física, no fue diferente en esencia de aquellos. Y aunque quizá ya no ejerza el poder como antaño, demostró que sigue dispuesto a perorar a troche y moche, por más que la tropa de sus  magnetizados admiradores haya disminuido.

 
La imagen y las palabras de Fidel deben haber representado un respaldo formidable para los entusiastas estudiantes de la Capital Federal que mantienen ocupadas varias escuelas secundarias. Varios de sus líderes son, después de todo, confesos admiradores de la prédica castrista, según se desprende de una nota publicada el pasado domingo por el diario Perfil.

 
Quizá esos jóvenes, cuya formación intelectual está recién comenzando, desconozcan algunas peculiaridades del paraíso que gobiernan los Castro desde hace más de medio siglo (por cierto, sin tener que recurrir a cansadores procesos reeleccionarios). Por ejemplo, que los aspirantes a matricularse en el ciclo preuniversitario cubano deben atenerse a los siguientes estrictos preceptos:

 
"Acerca del uniforme: Las hembras no usarán más de un par de aretes. Las camisas y blusas se usarán por dentro. No se les harán pinzas, recortes para ajustar al cuerpo o que queden por encima de la saya o pantalón. No sustraer los bolsillos. Las sayas deberán tener un largo de 4 centímetros por encima de las rótulas de las rodillas. No se permitirán sayas pélvicas, decoloradas o con marcas de planchado. Los pantalones deberán ajustarse a la altura de los zapatos. No se permiten pantalones pélvicos. Las hembras no usarán maquillaje. No se permiten pulsos, collares, cadenas ni anillos. Los atributos religiosos no podrán estar visibles. Los zapatos serán cerrados y las medias blancas y largas. No se portarán MP3, MP4, celulares. Los varones no usarán aretes, presillas ni piercing . Los cintos deberán ser sencillos y sin hebillas excéntricas, grandes o a la moda, estos deberán ser de color negro o carmelita.

 
Acerca del cabello: Los pelados, peinados y afeitados deben ser los correctos, eliminando toda excentricidad y modismos ajenos al uso del uniforme. No se permite en los varones: el pelo largo, pintado, pinchos largos, ni figuras en el cabello. Las hembras no usarán aretes colgantes. Las prendas a usar en el cabello deben ser: azul, blancas o negras. Estas tendrán un tamaño acorde. El cabello de los varones no debe exceder los 4 centímetros." (Fuente: Generación Y).

 
Es muy posible que también ignoren, porque no han leído aún lo suficiente, que los antecedentes más notorios de la modalidad del "escrache" con que se aprestan a hostigar a autoridades y funcionarios,  fueron las cruces esvásticas pintadas por los nazis en las puertas de las casas de familias judías en la década del treinta del siglo pasado.

 
Sin embargo, no hay mucho por lo cual culparlos. El talante vociferante, la invasión del espacio público, la adopción de medidas de protesta extremas, son ejemplos que los adultos les brindamos en forma cotidiana. La confusión respecto del rol del Estado y de las políticas públicas están también presentes en el imaginario de los mayores, por lo que es comprensible que -pese a ser alumnos de escuelas estatales gratuitas del distrito con uno de los mejores niveles de ingreso familiar del país- exijan becas y comedores.

 
Son al mismo tiempo el reflejo de los tiempos que corren, y -mucho me temo- el anticipo del país que vendrá.

Links:

jueves, agosto 26, 2010

El nuevo tren bala


Tengo la sensación de que lo que parecía ser una maniobra destinada a tener una profunda repercusión tanto en el ámbito político como en la sociedad en su conjunto, va a terminar convirtiéndose en un globo que empezó a desinflarse en el preciso momento de ser lanzado al espacio. Una suerte de nuevo tren bala o, retrotrayéndonos un poco más, un bluff similar al de las supuestas megainversiones chinas que iban a hacerse cargo de nuestra deuda pública.

El informe (pomposamente subtitulado como "La verdad") sobre la compra de Papel Prensa S.A. por parte de los diarios Clarín y La Nación en 1976, había despertado desmesuradas expectativas entre la tropa nac&pop, que se regodeaba con la futura imagen de Héctor Magnetto y Bartolomé Mitre en prisión. Expectativas que muy posiblemente también hayan asolado las mentes de estos últimos, por más que la redacción del voluminoso documento hubiera sido encomendada a funcionarios de tan baja credibilidad como Guillermo Moreno y Beatriz Paglieri, en cuyos respectivos CVs se destaca la destrucción del Indec. Pero la verborrágica y patoteril irrupción de Moreno en una reciente asamblea de la empresa, daba pie para imaginar que el tipo tenía entre manos algunas cartas ganadoras.

No sé qué habrá sucedido, pero el show montado para que la Presidenta hiciera un tremebundo anuncio al respecto no tuvo el brillo que el oficialismo esperaba. Más allá del discurso plagado de furcios e inexactitudes de la protagonista principal, lo cierto es que el acto terminó con un pase a la Justicia y al Congreso que hasta podría ser calificado como una muestra de moderación y respeto por la institucionalidad, virtudes ambas que no suelen adornar al elenco gobernante ni enamorar a sus adherentes. Y bastante llamativas fueron, asimismo, algunas ausencias en la clacque, como las de los representantes de la UIA, hasta ayer nomás tan fieles al proyecto.

Quizá unas declaraciones que la semana anterior hizo Isidoro Graiver, condensadas sin merma de contundencia en una solicitada que se publicó el mismo día del "lanzamiento", hayan menguado el empuje inicial. Tal vez alguien atinó a darle una leída al documento-proyectil y advirtió, tardíamente, que la pólvora en el mismo estaba mojada. Lo más probable es que nunca sepamos la verdad, pero el globo empezó a perder altura demasiado rápido.

Lo que queda una vez más en evidencia, y que los jóvenes harían bien en registrar, son las oscuras relaciones entre los miembros de la guerrilla montonera y el financista David Graiver, que muy lejos estaban del idealismo romántico con que suelen ser justificadas sus acciones. Relaciones que se tensaron con el fallecimiento de aquél en un accidente aéreo ocurrido en México, cuando representantes de la organización armada comenzaron a apretar a los familiares para que les devolvieran los cuantiosos depósitos (se habla de 17 millones de dólares) que habían confiado al banco. Fondos que provenían de robos y secuestros extorsivos, y que la retórica montonera definía como "recuperados para el pueblo". Ergo, las presiones a la viuda Lidia Papaleo y el hermano Isidoro Graiver no tenían otro fin que reintegrar el dinero a las arcas populares, custodiadas, claro, por Firmenich y sus acólitos.

Otro aspecto inocultable -en especial, después de las contundentes declaraciones del ex fiscal Julio C. Strassera- es la inescrupulosa manipulación de la cuestión de los "derechos humanos" por parte del kirchnerato, que sólo las preclaras mentes del grupo Carta Abierta o las de personajes mediáticos como Florencia Peña, Gastón Pauls, Alejandro Dolina, Víctor Hugo Morales, etc. no advierten.

En fin: el globo no sólo no levantó vuelo, sino que puede sufrir una metamorfosis, reciclándose como boomerang.

Ahora, hay que esperar la actuación de los jueces, algunos de los cuales es posible que se sientan un tanto incómodos con la situación.

(La imagen muestra al ex presidente Kirchner con la maqueta del nonato tren bala)

lunes, agosto 23, 2010

Rumbo a Venezuela


"El gobierno de Venezuela aseguró este viernes que no se "dejará chantajear" para autorizar un aumento en el precio de la carne, en medio de un cuadro de escasez azuzado por la detención de varios carniceros, acusados de especular con los precios." Fuente: BBC de Londres.

"Hay unos indicadores que tiene el Banco Central, pero sólo recogen los precios del sector comercial, del sector privado. No incluye cómo se beneficia la inmensa población venezolana en materia de alimentos, educación y salud con programas que son gratuitos o con subsidios. Pero si hacemos un cruce entre el indicador comercial y estos programas que se llaman sociales, podemos decir que la inflación venezolana no es como dicen, sino que es relativa", le dijo a BBC Mundo (el presidente de la comisión de finanzas de la Asamblea Nacional, Simón Escalona). Fuente: BBC de Londres.

"La policía política se presentó con una orden de arresto en una casa de Guillermo Zuloaga, presidente del canal de noticias Globovisión". Fuente: Diario Los Andes de Mendoza.

Quien quiera encontrar similitudes con la situación política en la Argentina, puede.

jueves, julio 29, 2010

Amigas son las amigas


Los indicios acerca del alineamiento de Fabiana Ríos con el kirchnerismo son, desde hace algún tiempo, groseramente explícitos. Los motivos de tal fenómeno, aunque sorprendentes para un observador que recuerde por lo menos la denuncia penal que la actual gobernadora presentó años atrás contra el entonces presidente Kirchner, son comprensibles. La Argentina, un país formalmente federal, es unitario de facto, en especial en lo referido a la asignación de los recursos fiscales. De tal modo, la caja -que le dicen-  es el instrumento del gobierno central para disciplinar a los gobernadores, característica que la actual administración ha perfeccionado hasta niveles casi perversos. Se trata de la reproducción, corregida y aumentada, del mecanismo que Kirchner llevó a cabo con mano de hierro durante sus años como gobernador de Santa Cruz, con respecto a los intendentes de esa provincia.

Por más que el sistema de coparticipación de impuestos nacionales contempla un determinado esquema de reparto, la Nación -que es la que recauda los tributos por delegación de las provincias-  abre o cierra el grifo para las jurisdicciones locales en forma discrecional. El kirchnerismo ha agregado a ello los llamados "superpoderes" por los que cambia a su gusto y paladar la composición de las partidas presupuestarias, y los "fondos fiduciarios", un invento dado a luz durante los malditos noventa para manejar recursos públicos por fuera del Presupuesto, que las actuales autoridades no sólo abrazaron sin mayores escrúpulos sino que también perfeccionaron.

Como resultado de tal entramado, la mayoría de las provincias depende de las asignaciones de coparticipación para pagar los sueldos, y de la plata de los fondos fiduciarios (cuyos caminos conducen, invariablemente, al Ministerio de Planificación Federal) para ejecutar obras.

Cuando Fabiana Ríos asumió, la situación fiscal de la Provincia casi no podía ser peor. La sucesión de disparates irresponsables perpetrados por sus antecesores, Colazo y Cóccaro, dejó al tesoro provincial inmerso en una crisis gravísima. Para colmo, la mezcla de improvisación y de terco ideologismo que caracterizó al gobierno en sus primeros momentos, tendía a agravar el cuadro. Los sindicatos estatales, por su parte, alimentaban el incendio con algunos baldes de combustible.

Esto es lo que permite comprender que la administración provincial haya virado, lenta pero inexorablemente, hacia el campo político del oficialismo nacional, que poco a poco fue aportándole -en dosis homeopáticas-  el oxígeno necesario para evitar su hundimiento. Comprensible, insisto, al punto que es lo que hacen todos los demás gobernadores; más aún, es probablemente lo que hubiera hecho cualquier otro elenco político dadas las circunstancias apuntadas.

Pero no por comprensible deja de ser, por un lado, bastante triste. La fragilidad institucional argentina, por no hablar de decadencia, se manifiesta con este tipo de episodios de manera clarísima.

Pero hay algo que a uno lo subleva. Me refiero al disfraz ideológico con que los funcionarios provinciales pretenden cubrir una decisión signada por la necesidad, haciendo que parezca dictada por la voluntad. En un reciente reportaje televisivo, la gobernadora se refirió a la expropiación de la cuasi quebrada Aerolíneas Argentinas y a la apropiación compulsiva de los ahorros privados depositados en las AFJPs, como ejemplos de acciones del gobierno nacional que le permiten a ella no tener (no lo dijo con estas palabras, claro) cargos de conciencia al momento de alinearse con las políticas de Cristina Fernández. La potencia de tales medidas es notable, ya que logran evitarle además cualquier incomodidad ante tropelías como el caso Skanska, las valijas voladoras, los negociados de la diplomacia paralela con Venezuela o el sostenido crecimiento patrimonial del multimillonario matrimonio gobernante.

Entre tanto, sus funcionarios señalan que el gobierno ha logrado seguir pagando los sueldos sin efectuar ajustes. Nada dicen, tampoco, de la postergación de los vencimientos de la deuda con que han sido beneficados por el gobierno central, deuda que por otra parte, la próxima administración deberá afrontar, ni del estado patético de los servicios que el Estado provincial brinda a la población, porque de eso no se habla. En cambio, como ícono de la supuesta identidad ideológica con el proyecto, el Canal 11 de Ushuaia ha pasado a denominarse "la televisión pública fueguina". Por suerte, no emite -hasta el momento- una versión local de 6, 7, 8.

domingo, julio 25, 2010

Después del patriotismo


Lejos quedaron el Bicentenario y el Mundial de fútbol. Junto con ellos, los argentinos dejamos atrás el sentimiento patrioteroótico que en aquellos casi románticos días expandió a medidas monumentales nuestras cajas torácicas, requisito imprescindible para que los corazones latieran con fervor a tambor batiente y los pulmones surtieran a las cuerdas vocales del aire necesario para gritar al mundo cuán buenos, solidarios y unidos éramos.

Todo volvió a la normalidad. El kirchnerato renovó sus intrigas palaciegas, los jueces volvieron a activar o a cajonear -con exquisita selectividad basada en sus conveniencias personales-  las causas que involucran a políticos de nota, los legisladores insistieron en sus marchas y contramarchas.

Aquí, en el llano, los ciudadanos comunes recuperamos la rutina cotidiana: comprar/vender sin factura mediante, pasar cuando la luz del semáforo está en rojo, reclamar a terceros la solidaridad que uno no practica, tirar el auto encima del prójimo que osa cruzar por el sitio establecido.

Tinelli lidera el rating con Bailando por un sueño, Cristina F. nos convence de que el relato es la realidad, Macri enfrenta a Macri, Lilita Carrió fulmina desde su pedestal a enemigos y futuros ex amigos, Diego ama a Hugo y a Fidel, nosotros amamos a Diego,

Argentinos, al fin y al cabo.

viernes, julio 23, 2010

Un solo corazón

Buen artículo de Carlos Reimundo Roberts en "La Nación". Tiene algunos párrafos destacables, como los siguientes:

"...con Carlos y Néstor, se reconcilian -y la historia se pone de pie- el neoliberalismo con las Madres de Plaza de Mayo, la década del 70 con la del 90, los indultos con el museo de la ESMA, la Sociedad Rural con Carta Abierta, Bernardo Neustadt con Horacio Verbitsky, el cohete intergaláctico con el tren bala, María Julia con Cristina, Alberto Fernández (ex funcionario de Menem) con Alberto Fernández (ex jefe de Gabinete de los Kirchner), el 1 a 1 con el 4 a 1, el mercado con el Estado."

"¿Cuánto falta para que Zulemita se sume a las huestes de La Cámpora, comandada por el hijo de los Kirchner? ¿Cuánto para que los viernes en Olivos no se juegue un picado de fútbol sino unos hoyitos de golf?"

"...hay otras cosas, tan propias de las dos eras, que no cambiarán: los helicópteros y aviones privados, las fortunas amasadas no gracias al poder sino a un esforzado trabajo de sol a sol, el sacrosanto respeto por la independencia de la Justicia, el celo para no interferir en el Congreso, el uso de los fondos reservados de la SIDE sólo para tareas de alta inteligencia."

A quienes quiera incrementar el nivel de veneno en el torrente sanguíneo, recomiendo su lectura completa, haciendo clik en la imagen pegada a continuación:

martes, julio 20, 2010

Felíz día, amiguito


El término está algo banalizado. Hay tipos que tienen como 854 amigos en Facebook, a la gran mayoría de los cuales nunca han visto cara a cara. Así que muy lejos están de haber compartido con ellos una lágrima por una pena de amor o un abrazo por un gol de 30 metros. Y aún así sostienen que son sus amigos.

Claro, están los otros. Son esos que tienen una trayectoria en común con vos, desarrollando la cual conformaron una historia de sinsabores y alegrías que vos y él conocen desde sus orígenes. Me refiero a esos momentos de vida implícitos, que ninguno de los dos necesita llevar al plano explícito, porque no hace falta.

Algunos son de vieja data, los de la infancia y adolescencia; otros se relacionaron de manera más reciente, pero con igual intensidad. Porque la amistad no es (o, no sólo es) cuestión de antiguedad, sino de espesor, de profundidad.

El sentimiento contiene muy elevadas dosis de tolerancia, porque al amigo uno es capaz de perdonarle todos los defectos, salvo la deslealtad (y a veces, hasta eso). Es una expresión del amor entre los seres humanos, que en muchas ocasiones alcanza niveles supremos.

Como un año atrás, se me ocurre que el Negro Fontanarrosa es, para los argentinos, el personaje que mejor representa los valores y principios de la amistad, por eso he querido ilustrar esta nota con una imagen de sus últimos tiempos.

Porque este post está dedicado a mis amigos. Ellos y yo sabemos a quiénes nombro tanto.

miércoles, julio 14, 2010

Salud, campeón!


España ha sido el merecido ganador del Mundial de Sudáfrica. Y me gusta que ello haya ocurrido.

Fue el mejor equipo, con un sentido colectivo del juego que primó sobre las individualidades. Antes que esperar la inspiración de alguna figura, la Roja apostó siempre por el funcionamiento armónico y por el cuidado de la pelota, concepto este que -aunque elemental- muchas veces resulta olvidado. Pese a disponer de jugadores de gran calidad -Iniesta, el primero para mi gusto, pero también Xavi, Alonso, Ramos, entre otros- la preocupación central fue siempre el juego de conjunto. En la final, además, contó con un arquero muy firme.

En ese último partido me decepcionó Holanda, por basarse ante todo en el juego sucio (la patada de De Jong en el primer tiempo hubiera justificado una causa penal por intento de homicidio) como método principal para tratar de neutralizar al rival. Las quejas de su técnico contra el arbitraje no se pueden creer. El domingo, por suerte, hubo justicia en el resultado, algo que no siempre se da en el fútbol.

Alemanes y uruguayos también merecieron integrar el top four. Lo de nuestros vecinos es muy meritorio, ya que casi sin estrellas (la excepción era su abanderado, Forlán) completaron un campeonato excelente.

El nivel general del torneo fue discreto. Cuesta encontrar en el recuerdo grandes momentos futbolísticos, más allá de lo puramente emotivo (como la clasificación de Uruguay ante Ghana). España jugó bien, y la comparación con Italia, el opaco campeón anterior, la favorece. Sin embargo, me parece que en ningún momento deslumbró y, además, mostró un notorio déficit en materia de definición (sus tres triunfos de la fase final fueron por 1 a 0). Corro el riesgo de caer en aquello de "todo tiempo pasado fue mejor", pero me animo a decir que este campeón no sólo hubiera sido vapuleado por el espectacular Brasil de 1970, sino también que la hubiera pasado mal con la Holanda subcampeona de 1974, la Argentina de 1978 y hasta con los dos mejores de 1982, los italianos (de Antognoni y Paolo Rossi) y los brasileños (con Falcao, Sócrates y Zico). Por supuesto, me apresuro a decir que se trata de afirmaciones tan incomprobables como inútiles... Sin embargo, sostengo que la calidad del juego muestra una tendencia descendente desde hace varios mundiales.

Los argentinos nos volvimos a casa antes de tiempo, por razones que ya hemos comentado en este blog. Una suerte de "operativo clamor" parece estar preparando el terreno para que Maradona continúe siendo el técnico del equipo.  Si ello ocurre -cosa que creo altamente probable- será una actitud típicamente argentina: negar la realidad, ignorar los errores para recaer en ellos, pensar que haciendo siempre lo mismo se conseguirán resultados diferentes, aludir a factores externos como causas de las frustraciones y confiar, finalmente, en que lo que nunca funcionó bien, "esta vez" sí lo va a hacer...

Con este post, P & M abandona por un tiempo la cuestión del fútbol.

miércoles, julio 07, 2010

No llores por mí


Un baño de realidad, eso fue. Una bofetada (o cuatro, mejor dicho) que nos hizo recordar, no sin cierta crueldad, que toda acción tiene consecuencias. Porque la goleada que nos propinó la selección alemana el domingo pasado tuvo su origen en hechos acaecidos bastante tiempo atrás. Más o menos, desde que Julio Grondona, el padrino presidente de la AFA, designó a Diego Maradona al frente de la selección de fútbol.

Aunque no serviría de consuelo pronunciar ahora una típica frase de idische mame ("Te dije"), es cierto que el blog manifestó su escepticismo más de una vez (por ejemplo, aquí y aquí). Sin embargo, su autor quería creer. La mente le oponía razones que su corazón se empeñaba en ignorar o subestimar, pero el esfuerzo fue en vano.

En la cancha se vió, por un lado, a un equipo bien plantado, cuyas piezas parecían formar parte de un mecanismo de relojería; y por el otro, a una escuadra desbordada desde el inicio del juego (el acoso alemán de los primeros 15 minutos fue abrumador) que no atinaba casi a nada. Los temores previos resultaron confirmados con una rapidez fulminante, ya que desde la misma pitada inicial  afloraron los problemas defensivos, la descompensación en el mediocampo, los errores tácticos en la distribución de los delanteros. Fallas que se habían avizorado en los encuentros anteriores,  que la dimensión de los rivales disimuló en parte.

Fallas en lo individual y lo colectivo.  Otamendi -un promisorio marcador central- terminó inmolándose por su inexperiencia para jugar por el lateral, algo parecido a lo que le sucedió a Di María, aplicado a una labor de volante que no siente y que condicionó las posibilidades que le brindan su buen manejo y su velocidad. Mascherano bregó en su soledad habitual para contener lo que esta vez resultó incontenible. Messi naufragó nuevamente por  arrancar demasiado atrás.  Como los laterales no se proyectaban y los volantes no acompañaban, las maniobras ofensivas eran siempre forzadas, dependientes de un arresto individual.

El supuesto planteo ofensivo resultó pulverizado por un equipo que, lejos de pretender abroquelarse atrás como Nigeria o México, salió a atacarnos y terminó vapuleándonos. El temible noqueador terminó noqueado (una figura aludida por P & M aquí, luego repetida por Juan Pablo Varsky en dos de sus columnas de La Nación, ésta y esta otra, aunque sin reconocimiento de copyright...)

El equipo no tuvo respuestas. Maradona volvió a exhibir su falta de reflejos para tratar de torcer la adversidad haciendo modificaciones. El trámite del partido pedía el reemplazo de Otamendi por Clemente Rodríguez ya desde la media hora, pero  ello nunca ocurrió. Verón, alguna vez catalogado por el propio DT como líder del equipo, siguió en el banco hasta el final. En base a una actitud más combativa, a puro corazón, la selección trató de apurar al rival en los primeros tramos del segundo tiempo, arriesgándose a sufrir lo que finalmente sucedió desde los 22 minutos: una goleada.

Fue un duro final para un ciclo caracterizado por los despropósitos, las contradicciones, la improvisación. Representa un gigantesco paso atrás, no sólo por lo que marca la estadística (fue la tercer goleada sufrida en mundiales, después del 1-6 de Checoslovaquia en 1958 y el 0-4 ante Holanda en 1974). Si el desempeño de Menotti a partir de 1978 representó una bisagra, dejando atrás una etapa  frustrante signada por la desorganización y la inconducta, esta gestión de Maradona parece más propia de aquella era negativa.

Es posible que la agonía se prolongue, si Maradona intenta otra de sus habituales "resurrecciones" y se mantiene en el cargo, para lo cual  tal vez cuente -por razones que uno supone inconfesables-  con el aliento gubernamental. Pero en ese caso la historia se repetirá, porque la naturaleza del personaje no va a cambiar. Este Maradona apichonado, lloroso, casi quebrado, es muy capaz de reflotar en cualquier momento con su soberbia, sus descalificaciones contra quienes osen contradecirlo, sus desplantes. Y siempre contará con titiriteros que moverán los hilos para aprovecharse de un carisma que para mí ya resulta incomprensible.

jueves, julio 01, 2010

Angustia futbolera


El Mundial de Sudáfrica entró en su fase definitoria. La condición de elminatorio que tiene cada partido le da una característica muy particular al campeonato, no sólo al confrontarlo con las ligas locales (donde juegan todos contra todos, y en muchos casos incluyen una rueda de revanchas) sino también comparándolo con torneos como la Copa Libertadores, en la que los partidos de la etapa final son de ida y vuelta. No podría imaginarse un escenario más dramático.

¿Cómo mantener la calma, entonces? ¿Es posible pretender de nosotros -apenas unos sufridos hinchas- ecuanimidad, equilibrio, objetividad?

En menos de treinta y seis horas, la selección argentina se estará midiendo con Alemania. Los teutones infunden miedo, más que respeto, tras su contundente triunfo sobre Inglaterra.  ¿Cómo no sufrir por adelantado?

Las peores pesadillas de los argentinos, en estos días, tienen por protagonistas a Klose encarando a Demichelis. Revolviéndose en la cama, el hincha albiceleste se esfuerza por borrar esa imagen con una de Carlitos rematando al gol  tras una gran apilada de Messi. No es fácil, y nadie dijo que iba a serlo.

¿Dos líneas de cuatro para aguantar la potencia de los germanos y sorprenderlos de contra? ¿O mejor jugarnos la nuestra con un planteo ofensivo? Maradona parece haberse decidido por esto último.

Yo espero que el equipo, cualquiera sea su plan táctico (o aún cuando no lo tenga),  muestre grandeza. Esto significa pelear por la victoria con buenas armas, incluyendo todo el vigor lícito posible.

Es curioso lo que despierta el fútbol. Esta selección argentina ha recorrido un camino tortuoso hasta aquí. Empezó mal las eliminatorias bajo la conducción de Basile, quien tuvo que renunciar. Asumió Maradona basado en su pasado como incomparable jugador, ya que no tenía pergaminos que mostrar como DT. La conformación de su equipo de trabajo fue poco menos que escandalosa, con enfrentamientos cruzados entre el presidente de la AFA, el manager Bilardo, el mismo Maradona y hasta el impresentable Oscar Ruggeri,con su insólita pretensión de integrarse al cuerpo técnico a cualquier costo.  Escenas más propias de una disputa entre bataclanas de un cabaret de cuarto nivel que de un staff profesional dispuesto a conducir a un plantel de deportistas de alta competencia. Las penurias de la fase eliminatoria fueron consecuencia lógica de semejante desbarajuste.

La clasificación y el paso del tiempo parecieron serenar los ánimos.  El fixture del torneo -nos tocó un grupo bastante accesible, como se dice ahora-  ayudó, permitiendo que creciera la confianza. En términos estrictamente futbolísticos, el equipo desarrolló su tremendo potencial ofensivo y patentizó sus problemas defensivos. Luces y sombras, es lo que hay.

En estas instancias decisivas, las cuestiones técnico-tácticas son sólo un componente del rendimiento, y no el más importante. Quizá el principal tenga que ver con aspectos psicológicos o anímicos: el temple que cada jugador tenga para desplegar sus recursos, las reservas físicas y anímicas, la actitud ganadora. Y la suerte, porque la diosa Fortuna también mira el Mundial desde su litera en el panteón romano.

Decía, vuelvo atrás, que es curioso lo que despierta el fútbol. Maradona no me resulta una figura simpática. Todo lo contrario, creo que representa o posee varios de los peores atributos de nuestra identidad:  la incapacidad para hacerse cargo de los errores ("me cortaron las piernas"), la soberbia y la fatuidad en los momentos favorables, la tendencia al exceso y a las conductas descontroladas, la disposición para sacar ventajas con engaños. Por lo tanto, creo que envía un mensaje negativo a la juventud que, en caso de coronarse campeón, puede confundir el mérito deportivo con una actitud ante la vida reñida con determinados principios y valores.

Sin embargo, y a sabiendas de todo esto, quiero que le ganemos este sábado a Alemania. Repito: no me pidan objetividad. Se trata de fútbol.

La imagen es de la obra "El grito" (1893) del pintor noruego Edvard Munch.

miércoles, junio 30, 2010

Matrimonios y algo más


El Senado analiza en comisión  un proyecto de ley que ya cuenta con la media sanción de Diputados, por el que se modificaría el Código Civil habilitando el matrimonio entre personas del mismo sexo. Como ha ocurrido en otras partes del mundo, la cuestión moviliza intensos debates.

El asunto tiene muchas aristas. Una de ellas, en mi opinión, es la confusión entre el ámbito religioso y el del derecho civil. La Iglesia Católica no se opone sólo a que los homosexuales celebren un matrimonio religioso, sino que va más allá,  al pretender que tampoco puedan hacerlo en el ámbito civil incluso aquellos que no profesen dicha fe.  El amplio espacio que la institución ocupa en el debate refleja, por supuesto, la proporción de católicos entre la población total, pero esa "mezcla" (¿intromisión?) no puede menos que ser llamativa.

Esta postura no es exclusiva del catolicismo. En el mundo islámico la cuestión de la homosexualidad (ni pensar en el matrimonio)  recibe un tratamiento, digamos, muy poco tolerante. No hay más que recordar la opinión al respecto del pintoresco (llamémoslo así) Mahmud Ahmadinejad, presidente iraní, cuando dijo: "En nuestro país no tenemos ese problema".  De ser ello cierto, debería atribuirse a la eficacia de la pena de muerte con que lo combaten...

Otro enfoque es de supuesta índole moral. Quienes consideran a la homosexualidad como una perversión o algo por el estilo, alertan sobre un eventual "contagio" que se dispararía con la legalización del matrimonio gay, como si la preferencia sexual fuera determinada por una bacteria. Y desde allí dan un paso más, presagiando la destrucción de la institución familiar. Este punto requeriría la previa definición del concepto de familia, ya que la composición tradicional (padre, madre, hijos) convive desde hace tiempo con otras (como las monoparentales).  Pero más allá de esto, el prejuicio ignora que entre las familias de heterosexuales no son infrecuentes las situaciones aberrantes (abuso sexual de padres a hijos, violencia física de género, etc.),  mientras que son numerosas las parejas homosexuales bien avenidas. Por supuesto que en uno y otro campo -si se me dispensa la discriminación- se dan los casos contrarios (heterosexuales bien avenidas, homosexuales problemáticas) pero lo concreto es que no está demostrado que la orientación sexual sea determinante al respecto.

También está la mirada ideológica. Tanto en la Argentina como en los países nórdicos, España y Canadá, por citar a algunos, la reivindicación del matrimonio gay es de izquierda; por el contrario, sus enemigos suelen estar enrolados en la derecha. Sin embargo, de un modo paradojal la historia muestra que las discriminaciones y hasta las persecuciones más despiadadas contra los homosexuales fueron perpetradas en las llamadas repúblicas socialistas, desde la implacable URSS de Stalin hasta la Cuba del presente. Una variante caricaturesca de esta mirada es la de la corrección política, que en su versión llevada al extremo consistiría en lo siguiente: el hombre/mujer que elije tener sexo con otras mujeres/hombres es poco menos que un retrógrado filofascista.

Para cerrar estos apuntes sueltos, un comentario sobre cierta actitud bastante frecuente en diversos ámbitos de la comunidad, independientemente del nivel de ingreso o estrato social. Me refiero a esa postura que se sintetiza en frases como "No tengo nada contra la homosexualidad, mientras no la hagan obligatoria", que tras la máscara irónica rezuma un miedo tal vez inconfesable. Quienes la repiten ¿acaso temen que la autorización del matrimonio gay haga tambalear sus propias preferencias sexuales? ¿Significa que el casamiento entre las dos lesbianas que habitan el departamento vecino puede, de pronto, incitar a un señor hasta entonces convencidísimo heterosexual a relacionarse con alguien de su mismo sexo? ¿No es esta idea demasiado simplona y estúpida como para autosostenerse?

¿Saben qué es lo que pienso de todo esto? Pues, algo muy simple: hay que vivir y dejar vivir...

martes, junio 29, 2010

Ganar bien sin jugar bien


Analizando el partido contra México surgen algunas sensaciones extrañas, que se superponen con la alegría por la victoria.

Por un lado, creo que Argentina no jugó bien, pero su triunfo no admite mucha discusión. Claro, si esto lo lee un mexicano seguramente pondrá el grito en el cielo, dado que nuestro primer gol debió haber sido anulado por la más que evidente posición adelantada de su autor. Sin embargo, el trámite del encuentro -que no fue bueno- marcó otra cosa. Lo que pudo haber sucedido si el árbitro hubiera invalidado esa conquista forma parte de un ejercicio contrafáctico, imposible de corroborar, como todos ellos...

Me parece que el planteo defensivo del técnico de México, a primera vista eficaz, terminó condenando a su equipo a la derrota, confirmando las reservas de más de uno de sus compatriotas. Esa mezquindad, no obstante, pudo haberle dado resultados en los primeros tramos, cuando -mientras Argentina no conseguía hilvanar acciones de ataque-  sendos pelotazos de Salcido (¡qué bien y qué fuerte le pega!) y Guardado, por muy poco no terminaron en goles. A su turno, en cambio, Argentina mostró su eficacia. Tras varios escarceos en la mitad de cancha, donde los aztecas habían organizado una resistencia digna de una trinchera que a los argentinos les costó trasponer, sobrevino una breve ráfaga de encuentros de Messi, Tévez e Higuain que terminó en dos goles. Esa es la principal virtud de este equipo argentino: si consigue llevar las acciones a los últimos cuarenta metros de la cancha imprimiendo celeridad a su juego, la capacidad individual de sus tres hombres de ataque para crear y aprovechar oportunidades resulta temible.

Para colmo, a poco de empezar el segundo tiempo Carlitos Tévez clavó ese golazo desde fuera del área, y pareció que la cosa estaba liquidada. México por entonces trataba de modificar su actitud, pero la desventaja ya era muy grande, y no le alcanzó la levantada para capitalizar el flojo desempeño argentino después del tercer gol. Maradona hizo ingresar a Verón por Tévez, con la idea de armar una segunda línea de cuatro en la zona de volantes y así "cerrar" el partido. Por una parte, se trató de una decisión bien diferente a la que adoptó contra Corea del Sur, cuando, ante el crecimiento del rival, reemplazó al Apache por Agüero y liquidó el partido con un par de letales encuentros del Kun y Messi. Este domingo, en cambio, optó por una idea más conservadora, pero la cosa no funcionó. Argentina no logró el control de la pelota pese a intentarlo y, por lo tanto, no pudo armar contraataques; así, los mexicanos "se nos vinieron", consiguieron un tanto (¡qué facil es "arrear" a esta desteñida versión de Demichelis!) y estuvieron a punto de marcar el segundo. Argentina se fue metiendo, quizá inconscientemente, cada vez más atrás, pero México no tuvo tiempo ni convicción para trepar ese último par de escalones.

De nuevo, vuelvo a las sensaciones "raras". Ganamos bien sin jugar bien, mostramos nuestras virtudes y, también, nuestros defectos, en especial en la segunda parte. Allí Verón no llegó a jugar el rol de conductor que se espera de él. Es posible también que el ingreso de Jonás Gutiérrez haya sido tardío, cuando desde hacía rato el cansancio no le permitía a Di María (que, dicho sea de paso, aún no ha podido  demostrar sus condiciones ofensivas) seguir colaborando en la recuperación. Me parece, además, que Messi jugó su partido más flojo del Mundial, pecando de un exceso de individualismo.

Un comentario al margen: lo sucedido con ese primer gol debiera servirnos a los argentinos para desterrar las teorías conspirativas cada vez que nos va mal (lo cual no ocurre, por cierto, sólo en el plano futbolístico). En otras palabras,  ya es hora de que dejemos de quejarnos por el penal en contra que nos cobró Codesal en la final de 1990, y/o de las decisiones arbitrales que terminan favoreciendo a Brasil. Con la mano de Dios que levantó Maradona en 1986 y la mano que no levantó esta vez el juez de línea italiano, deberíamos tapar nuestras bocazas.

Ahora nos toca Alemania. Pero P & M esperará un par de días más para dar su pálpito. ¿Miedo, desconfianza?  ¡De ninguna manera! Sólo es prudencia...