jueves, junio 17, 2010

Otro paso


La Argentina jugó un buen primer tiempo, contra un rival como Corea del Sur que salió dispuesto a colgarse del travesaño para defender el cero en su arco. Mantuvo la calma, movió la pelota de un lado a otro y mostró variantes.  También evidenció un error táctico: hacer arrancar a Messi  de muy atrás, con lo cual tenía que sortear un nutrido escalonamiento de rivales. La solución la aportó Tévez, con su atrevimiento -esta vez, con menos "barullo"-  para encarar rompiendo líneas, tocando y haciendo asistencias. Pero, en el segundo tiempo, las cosas cambiaron.

En efecto, el resultado holgado no debería hacernos olvidar que en ciertos momentos estuvimos bastante preocupados. De hecho, promediando esa segunda etapa, sólo la torpeza al tratar de definir de ese delantero coreano (no me pidan el apellido...) que apareció libre por el sector izquierdo del área argentina impidió un empate transitorio en dos goles. El equipo había perdido el control de la pelota y hasta la "apostura", con lo cual terminó agrandando a los contrarios. Por suerte, el ingreso de Aguero y su inmediato feeling con Messi posibilitaron liquidar el partido.

La frase, últimamente bastante repetida, se la escuché por primera vez al brasileño Tim, el DT del formidable San Lorenzo de 1968, los famosos Matadores (aquí, el lector debe ponerse respetuosamente de pie; gracias, seguimos): "el fútbol es una frazada corta". Resulta esperable que una propuesta con tres hombres en franca posición ofensiva, tenga como contrapeso algunos problemas de orden defensivo. Yo creo que de todos modos esa apuesta es muy buena, ya que el plantel dispone de mitad de cancha para arriba jugadores de una calidad superlativa en cantidad asombrosa. Sin embargo, me gustaría que en el plano defensivo las cosas se organizaran mejor.

Si fuera un boxeador, la selección sería un noqueador de manos picantes y precisas, pero con una peligrosa permeabilidad defensiva. El cuadro queda demasiado "largo" porque la línea del fondo no siempre achica bien a espaldas de los volantes, y también porque el adelantamiento de los laterales -hoy ocurrió por el lado de Heinze- deja demasiados espacios libres. Falta sincronización y, tal vez, alguna voz de mando (que, además, logre sobreponerse al estruendo de las dichosas vuvuzelas...).

Nada que no pueda mejorarse. Por ejemplo, hoy la presencia de Maxi Rodríguez sobre el costado derecho protegió mejor al improvisado marcador Jonás Gutiérrez, cuyo escaso aporte ofensivo, sin embargo, siguió sin justificar su ubicación en ese puesto.

El equipo va evolucionando, aunque tiene cosas que corregir, y es de suponer que la confianza va aumentando. Será cuestión de mantener el equilibrio y no caer en una euforia contraproducente. Los rivales nos van a temer por el poder de fuego ofensivo y tratarán de explotar nuestras flaquezas. Ojalá tengamos la inteligencia y la capacidad para aprovechar las fortalezas y minimizar las debilidades.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ah, bueno!! pero a UD. no hay nada q le venga bien!!!
El abuelo Lelo

NOTA: Reconozco que coincido en muchos aspectos

Miguel Miranda dijo...

Upsss, Tocayo, creo que vamos contra ustedes... glup!