miércoles, junio 16, 2010

¿Indignación o asco?


La escasez de monedas en la ciudad de Buenos Aires y alrededores se ha convertido en una endemia. La prensa da cuenta del mercado negro que se ha formado como consecuencia de este fenómeno, expresión de la canallesca irresponsabilidad del gobierno.

El problema no es nuevo. Todos recordaremos que durante la campaña electoral de 2007, la por entonces candidata Cristina Fernández se encargó de anunciar con bombos y platillos que en caso de resultar electa, instrumentaría un sistema de tarjetas electrónicas para el transporte urbano y suburbano, que abarcaría tanto a los colectivos de línea como al subterráneo. No era una medida demasiado revolucionaria que digamos (ya que sistemas parecidos se usan desde hace tiempo no sólo en los países europeos, sino en ciudades argentinas como Rosario y Córdoba) pero en caso de concretarse, hubiera sido una solución.

Hoy comprobamos que se trata del enésimo anuncio del gobierno no concretado. Pero hay una vuelta de tuerca más: las víctimas de ese mercado informal son los pobladores de las barriadas más humildes, que no tienen otra alternativa que pagar una prima para conseguir las monedas que necesitan para trasladarse en colectivos hasta sus lugares de trabajo. Mientras esto ocurre, el kirchnerato -que ya ha venido derivando ingentes recursos al barril sin fondo del "fútbol para todos" televisivo-  destinará gruesas sumas para distribuir gratuitamente unos decodificadores que permitirán el acceso a señales de televisión por las que se propalará propaganda electoral oficialista.

En síntesis: fondos públicos asignados discrecionalmente a objetivos electorales de tinte clientelista, jerarquizados por encima de las necesidades de los segmentos pauperizados de la población del conurbano. Una maravillosa demostración de progresismo redistributivo, que seguramente contará con el beneplácito de los irónicos amanuenses de "6,7,8" y de los ceñudos intelectuales del grupo "Carta Abierta".

"Indignación" es insuficiente, "asco" sería la palabra apropiada.

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