sábado, diciembre 29, 2007

Brindo por eso


Por los seres queridos, los que están conmigo y los que añoro. Porque espero que a ellos les vaya bien, que disfruten momentos de felicidad y puedan llevar adelante sus proyectos, que es lo mismo que deseo para mí.

Por los que ya no están, a los que recuerdo con cariño y sin tristeza, porque me dieron mucho sin pedir nada a cambio.

Por los que tienen que tomar decisiones que nos afectarán a todos, para que aumente su hasta ahora magro porcentaje de aciertos.

Por que haya menos sufrimiento a causa de la violencia, la discriminación, la falta de oportunidades. Es decir, y aunque para algunos suene cursi, por que haya algo más de paz y amor en este mundo que se obstina en parecer cada día más brutal.

Por eso brindo. Por un buen 2008 para todos.


domingo, diciembre 23, 2007

Aforismo: dólar alto, peso bajo




El ministro de economía Martín Lousteau ha hablado poco desde que fue designado por el gobierno anterior para ejercer el cargo en el gobierno actual.

Ahora ha dado un par de reportajes, simultáneos, a Clarín y P/12, donde -palabras más, palabras menos- ha mostrado su pensamiento sobre algunas cuestiones controvertidas de la política económica oficial.

En materia de inflación, admitamos que no la ha negado como suele hacerlo el jefe de gabinete (ese creador de eufemismos a una velocidad superior a la empleada por José Narosky para crear sus aforismos). Hay inflación, pero ello sólo "ocupa" al gobierno, no lo preocupa.

Además, confirmando el atrevimiento que exhala su imagen, Lousteau ha desmentido al ex presidente ("los números del Indec son perfectos"), diciendo que la medición oficial está en una etapa de modificación (equipo que anda bien no se cambia, es un clásico aforismo de los futboleros sabios).

Supongo que estas dos pequeñas gaffes le serán perdondadas, ya que también ha explicitado el axioma preferido por el productivismo en el poder: "Necesitamos un tipo de cambio competitivo. Siempre. (...) Hace que nos reindustrialicemos." Aclaración para despistados: tipo de cambio competitivo significa dólar alto, o sea peso bajo.

Acabáramos, era eso. Ud. devalúa, el país se torna competitivo y se reindustrializa. Haberlo dicho antes, y nos hubiéramos evitado muchos males.

(¿En la época de Alfonsín el tipo de cambio no era alto? No puedo asegurarlo, el alemán hizo estragos en mi memoria.)

Entonces, sólo es cuestión de devaluar, digamos, una o dos veces por año, y en menos que canta un gallo estaremos en condiciones de repetir la consigna del gobierno peronista 1973-1976, "Argentina potencia".

¿Calidad, eficiencia, productividad? Esas son macanas de los neoliberales, simples operaciones-basura.

Devaluar es ser productivo y, encima, nacionalista. Que el bajo valor del peso posibilite que empresas argentinas sean compradas desde el exterior (Loma Negra, Alpargatas, QuickFood, y siguen las firmas) es sólo un efecto colateral.

Y que el tipo de cambio alto sea la garantía de una caja robusta, con la cual se puede "hacer política" (subsidios cruzados, disciplinamiento de gobernadores, fondos para las Madres de Plaza de Mayo, etc.) es una idea ridícula.

"Dale nomás, que allá en el horno..."

miércoles, diciembre 19, 2007

"Y lo dijo sin ponerse colorado"



"Mi deber no es aferrarme a cargos ni mucho menos obstruir el paso a personas más jóvenes". Fidel Castro, jefe del Estado cubano desde el 1º de enero de 1959.

"El gobierno nacional apoya a quienes fueron legitimados por las urnas". Florencio Randazzo, ministro del Interior, tras asistir al acto de asunción de la gobernadora Fabiana Ríos.

"Los argentinos estamos siendo manoseados por una banda de mafiosos". Néstor Kirchner, ex presidente.

"Decidimos darnos una impasse hasta febrero". Norita Bustos, combativa dirigente del combativo sindicato de los docentes de Tierra del Fuego, al ser consultada sobre los reclamos del gremio justo antes de salir de vacaciones.

sábado, diciembre 15, 2007

El nuevo Marxismo-Vuittonismo



El socialismo y el comunismo fueron definidos (mucho más el primero que el segundo) en el plano teórico por el filósofo y economista alemán Karl Marx (1818-1883), por lo cual la escuela de pensamiento que él creó ha sido denominada "marxismo". Quizá porque sus escritos no fueron lo suficientemente claros, o tal vez por esa manía de los discípulos de interpretar a sus maestros, lo cierto es que a lo largo de la historia esa denominación ha recibido aditamentos que se aplicaron a diversas corrientes.

Entonces, encontramos en la Rusia de Lenin al marxismo-leninismo, desginación que luego -con la ascención al poder del casi angelical Stalin- se amplió a la de marxismo-leninismo-stalinismo. En China, entre tanto, estaba la vertiente maoista, mientras que al tiempo surgía en América Latina el guevarismo. Y así por el estilo.

El fuerte compromiso, tanto del iniciador como de sus seguidores, con la causa de la clase trabajadora ha servido para crear la imagen de que los socialistas -y los izquierdistas en general- son individuos ascéticos, no contaminados por las frívolas prácticas propias del capitalismo, su enemigo mortal.

De hecho, las biografías de Marx resaltan las privaciones y los padecimientos que él y su familia sufrieron a lo largo de sus vidas, atenuados por el mecenazgo de su amigo y colaborador Friedrich Engels con los recursos que obtenía de la capitalista industria textil que su padre poseía en Manchester y que él gerenciaba.

Por eso me sorprendí hace un par de años cuando, de viaje por la República Checa, supe que Marx solía concurrir con cierta frecuencia a la bellísima localidad balnearia de Karlovy Vary en busca del relajamiento que proporcionan sus aguas termales y su entorno paradisíaco. Testimonio de ello es el monumento que lo recuerda en uno de sus parques, cuya foto ilustra este post. Supongo que los gastos serían sufragados por Engels, o, mejor dicho, por una parte de la plusvalía que él extraía a sus obreros.

De manera que el marxismo y los placeres mundanos no estuvieron divorciados siquiera en sus orígenes. Por ello, no debería extrañarnos el simpático episodio protagonizado recientemente por el bolivariano Ministro del Poder Popular para las Relaciones Interiores y Justicia, don Pedro Carreño, donde se develó su condición de usuario de una marca de accesorios para la indumentaria que es casi un ícono del capitalismo y la globalización. Es más, en el video que encontrarán a continuación, él explica con una claridad meridiana y un énfasis revolucionario, las razones de ello. Sólo le faltó decir que el chavismo venezolano está pariendo una nueva corriente de pensamiento, que quizá termine llamándose marxismo-vuittonismo.

Pasen, vean y escuchen (es cortito), luego hago un comentario final.





Una interesante conclusión que los argentinos podemos sacar de este divertido incidente, es que la costumbre de los gobiernos K de no dar conferencias de prensa resulta muy acertada. Imaginen Uds. lo que sucedería si en una ronda con periodistas, a alguno de los más incisivos -como Gustavo Sylvestre, Rosario Lufrano o Marcelo Bonelli- se le ocurriera preguntarle a nuestra Presidenta por la relación entre su evítico gesto crispado y la marca de su cartera.

lunes, diciembre 10, 2007

Ahora, Fabiana


La semana próxima dará comienzo en Tierra del Fuego la gestión de gobierno del ARI, encabezada por Fabiana Ríos y Carlos Basanetti, respecto de la cual es posible identificar algunas características particulares.

Será el primer experimento provincial de una concepción que asigna al Estado un rol preponderante, por no decir excluyente. Lo diferencio en este sentido de lo actuado por administraciones anteriores, las cuales -lejos de abrevar en ideología alguna- usaron el poder y el gasto público con el más crudo pragmatismo, oscilando entre el clientelismo y la corrupción pura y dura.

En el caso del elenco entrante, se trata más bien de una convicción aparentemente muy firme, sobre el infalible criterio de los funcionarios estatales no sólo para proveer bienes públicos (ver definición cliqueando aquí) sino para decidir sobre cuestiones tan diversas y complejas como la cantidad, precio y calidad de los bienes que consumirá la población; el destino, el momento y el valor de las inversiones en infraestructura y equipo productivo; los niveles razonables de ingresos (rentas, salarios, alquileres) de personas y empresas; etc.

Posiblemente este sesgo tan marcado tenga relación con las historias personales de los principales exponentes del gobierno que asumirá el 17 de diciembre. En efecto, leyendo en Internet los CV de la futura gobernadora Ríos (ver acá), del legislador provincial Marcelo Raimbault (ver), del diputado nacional Leonardo Gorbacz (buscar acá) y del senador nacional José Martínez (aquí), se comprueba que las respectivas experiencias laborales de cada uno de ellos están restringidas al ámbito estatal o, como en el caso del abogado Raimbault, a lo sumo extendidas al asesoramiento profesional a sindicatos estatales.

También resulta claro que una alta proporción del caudal electoral de la agrupación proviene de los empleados públicos, y que varios de los futuros funcionarios estuvieron vinculados de una manera muy fuerte a los planteos y reclamos de ese sector en los últimos años. El rechazo de varios de sus dirigentes gremiales a la "tregua" planteada por Ríos es entonces un dato relevante.

Otro elemento importante es la posición antagónica que mantiene el ARI fueguino con el gobierno nacional, dato que no deja de ser muy significativo si se tiene en cuenta el rudo criterio con que desde Buenos Aires se vincula al ejercicio del poder con la caja. Por un lado, la ley de presupuesto -convertida por los "superpoderes" en poco más que letra muerta- se combina con la de emergencia económica, conformando una formidable herramienta para disciplinar opositores. Por el otro, el desborde en que incurrió la administración saliente le deja a Ríos un panorama fiscal durísimo, por el que deberá recurrir al auxilio federal.

Y también habrá que considerar ciertos indicios, aún no demasiado evidentes, de interna propia, que en caso de confirmarse harían dudar sobre las posibilidades de articulación entre el ejecutivo provincial y sus legisladores, tanto locales como nacionales.

El panorama, entonces, es incierto. La difícil coyuntura requerirá de las nuevas autoridades una sintonía fina en el diseño de las primeras medidas.

Por ahora, el aullido de los lobos no es audible, pero se sabe que están ahí.

Link: se puede leer un interesante comentario del economista español Juan Carlos Martínez Coll sobre la influencia del Estado en la actividad económica pulsando aquí.

martes, diciembre 04, 2007

Grandes demócratas


En Venezuela, los comicios del pasado domingo determinaron el fracaso de la propuesta de Hugo Chávez para modificar la Constitución.

Como el líder bolivariano ha aceptado su derrota, nuestro Presidente se apresuró a decirnos, desde su atril, que ello demuestra que se trata de un gran demócrata.

Tiene razón. Respetar el resultado de las urnas es un rasgo esencial de toda democracia que se precie de tal. Esto está claro, aunque a mi me queden algunas dudas respecto del personaje.

Me podrán decir que soy un desconfiado, y es posible que así sea.

Me acuerdo de otro gobernante que aceptó el resultado adverso de un plebiscito que él creía tener ganado de antemano. Ocurrió hace casi 20 años, el 5 de octubre de 1988. El hombre se llamaba Augusto Pinochet, y pese a ese acto -digamos- de pudor democrático, jamás se me ocurrió calificarlo como un gran demócrata.

sábado, diciembre 01, 2007

El cambio ya empezó




La consigna del Frente para la Victoria (de paso, nombre que es toda una definición de objetivos) en la campaña electoral por la presidencia era algo así como "El cambio recién empieza". La candidata triunfó pero los partidarios del cambio no han tenido que esperar a su asunción, ya que el mismo empezó casi al día siguiente del acto eleccionario. Como para muestra basta un botón, ahí está el nuevo gabinete ministerial.

Ah, sí, habrá un ministro de economía distinto. El actual parece que no sintonizaba con cierto funcionario de modales un tanto... particulares. Entonces, lo reemplazará el bombón egresado de la Universidad de San Andrés. Es un cambio.

El que continuará es Moreno, ¿lo recuerdan? Es el secretario de comercio interior, un hombre tan trabajador que es capaz de ocuparse, además de sus tareas específicas, de conducir oficinas que no están dentro del organigrama de la Secretaría a su cargo. Como el Indec.

A propósito, en este organismo los cambios continúan con el mismo vigor. Ahora, fue desplazada María Angélica Barrientos (ver crónica clickeando aquí).

Antes de que el fárrago de las noticias arrastre su nombre al olvido, quiero dejar acá un par de comentarios al respecto. Se trata de una economista con una trayectoria tan extensa como sólida en el sector público, primero en el Consejo Federal de Inversiones (allí la conocí, hace más de dos décadas, cuando ella integraba los equipos que asistían a las provincias en los cálculos del Producto Bruto) y luego como funcionaria del sistema estadístico.

Cuando años después actuó como Directora de Estadística de la Provincia de Buenos Aires, tuve oportunidad de compartir diversas actividades con ella, ya que yo ejercía un cargo similar en Tierra del Fuego (aclaración necesaria: similar no quiere decir de la misma complejidad, ya que dirigir la oficina bonaerense -por obvias razones de escala- es posiblemente más arduo que hacerlo con el propio Indec). Así es que puedo afirmar con conocimiento de causa, que reúne idoneidad profesional con integridad personal.

Pero lo grave de su desplazamiento radica, más allá de lo anterior, en el puesto que venía desempeñando. María Angélica era la responsable del Censo Nacional Económico. Así como el censo de población es la madre de toda la información demográfica y social de un país, los datos del CNE conforman la base imprescindible de las estadísticas macroeconómicas. En mi humilde opinión, la evidente decisión de meter mano (léase: adulterar, dibujar, mentir) en esta área es tanto o más peligrosa que los atropellos cometidos respecto del cálculo de la inflación y en el sector de la encuesta de hogares.

La presidente electa ha dicho que la realidad no es la que describen los medios. Uno supone que no se estaba refiriendo, por caso, a Página/12 ni a las afiladas dos voces del Grupo Clarín. De todos modos. se la puede parafrasear diciendo que la realidad no es la que muestran las estadísticas oficiales. Y que no lo será mientras el Indec, otrora uno de los organismos más prestigiosos de América Latina, siga cayendo por el abismo del descrédito.

La atmósfera orwelliana continúa densificándose. Los jóvenes que crean que Gran Hermano es sólo un programa de televisión, harían bien en leer "1984".