jueves, enero 29, 2009

Dulces nostalgias de verano


El verano es una linda estación en Ushuaia, por varios motivos. El clima se torna menos riguroso (aunque mantiene su inestabilidad), el monte circundante aporta su verdor y, desde los jardines y las plazas, plantas como lupinos, retamas y muchas otras regalan el colorido de sus flores.

Es la época en que arriban los cruceros turísticos, esas naves gigantescas desde las cuales descienden unos visitantes ávidos por conocer las peculiaridades del lugar en el que pasarán sólo unas pocas horas. También llegan muchos por vía aérea, así como por tierra: hay familias que vienen en sus casas rodantes o en camionetas 4x4, tipos con apariencia ruda en sus formidables motocicletas y hasta ciclistas sobre los que uno se pregunta cuántos sacrificios habrán hecho para devorar pedaleando las interminables y ventosas rutas patagónicas.

El centro de la ciudad se llena de paseantes y a los lugareños eso nos gusta, porque sentimos que contribuyen a nuestra evolución económica, aún cuando como este año -por la crisis- restrinjan muchísimo sus gastos. Aquí y allá, en los bares y restaurantes como en las tiendas y en las veredas, escuchamos lenguas extrañas y vemos fisonomías diferentes. Campea un cosmopolitismo despreocupado y vital.

Y también es el tiempo en que vuelven los adolescentes y jóvenes hijos de familias locales a pasar unas vacaciones en su lugar de origen. Están estudiando en Buenos Aires, Córdoba o Bahía Blanca, o trabajando en distintas partes del país y del mundo. Años atrás desplegaron sus alas y abandonaron sus nidos, a los que vuelven -en muchos casos, cada vez más esporádicamente- para recargar sus baterías con afecto familiar.

Los más jovencitos provocarán pronto el desencanto y el fastidio de sus padres, porque la irresistible atracción de las salidas nocturnas hasta cualquier hora, determinará que duerman luego casi todo el día. Sus familiares terminarán contentándose con compartir la última hora de la tarde y, con suerte, el momento de la cena, interrumpido por una sucesión interminable de llamados telefónicos y SMS.

Me gusta cuando los veo por la calle y reconozco, detrás de esas figuras cuasiadultas, al chiquilín o la muchachita que conocí tiempo atrás, dando mis clases de economía en el Colegio Nacional. Y me siento colmado de felicidad y -por qué no- de orgullo cuando uno de ellos me llama con un cálido"¡Profe, cómo le va!" y se acerca con una sonrisa fresca para abrazarme y charlar unas palabras conmigo. Me llena de gusto comprobar que han crecido, que tienen proyectos por los que se esfuerzan y para los que se preparan, y que son, ante todo, buenas personas.

Estos encuentros me recuerdan que el tiempo pasa muy rápido, pero también que no ha transcurrido en vano. Entre los afectos que conforman lo más valioso de mi patrimonio, estos chicos y chicas ocupan un lugar muy importante.

(Nota: en la foto, chicos de la segunda promoción del CNU, que cursaron entre 1995 y 1999. En este último año, tuvieron que sufrir mis peroratas sobre Adam Smith, Keynes y la escasez...)

El modelo Pastorutti


Si algo caracteriza al gobierno en materia económica es la evidente desconexión entre una serie de medidas -varias de ellas, contrapuestas entre sí- que son anunciadas por la presidente, en forma casi diaria, desde el atril donde suele tomar de sus golletes a un par de trajinados micrófonos. Así, los asuntos económicos siguen su marcha como solía hacerlo antiguamente el ganado arreado por los gauchos, con la ayuda del revoleo de sus ponchos.

Este modelo de decisión a los ponchazos, que remite al gesto que la cantante folklórica Soledad Pastorutti popularizó como homenaje a aquellos arrieros, no puede ser calificado de "política económica". No hay aquí un programa de medidas gubernamentales destinadas a influir sobre la marcha de la economía en su conjunto (que de eso trata toda política económica, cualquiera sea su signo), sino una serie de reacciones poco menos que espasmódicas a estímulos reales o hasta imaginarios, con el objetivo único de preservar la liquidez de la caja fiscal, algo que el credo kirchnerista ha identificado como instrumento disciplinador y reaseguro de su poder.

Esto explica que coexistan medidas que procuran expandir el consumo (como los tan promocionados planes para comprar vehículos, heladeras, termotanques y calefones) con otras que apuntan a contraerlo (como la reducción de subsidios). O las modificaciones impositivas que mejoran la posición de los segmentos de mejores ingresos, mientras se proclama la defensa de los pobres. También, que una decisión de la envergadura y la trascendencia que tiene la confiscación de los ahorros previsionales del sistema de capitalización no figurara entre los anuncios de la presidente ni de ningún funcionario del gobierno, hasta casi el mismo día de su puesta en práctica.

La inexistencia de una política económica, entendida como un programa más o menos elaborado con objetivos prefijados e instrumentos concatenados, es coherente con el desquiciado sistema de estadísticas oficiales. Esto es así porque uno de los fines principales de los diversos indicadores, es el de alimentar a la política económica con datos que permitan primero establecer un diagnóstico y luego observar sus resultados para, de ser necesario, corregir los desvíos. Pongo un sólo ejemplo sencillo: una de las variables más importantes que la política económica tiene como objetivo es la inflación, cuya medición en nuestro país es objeto de una grosera manipulación desde hace dos años. Ergo, cualquier conclusión que se pretendiera sacar del comportamiento de los precios estará viciada de nulidad desde su mismo origen.

Tras los anuncios presidenciales, aparecen los funcionarios -la ministra de la producción, el secretario de comercio, el titular de la AFIP, el secretario de agricultura y ganadería- a interpretar y reinterpretar a su gusto y paladar las medidas, mientras los agentes económicos intentan comprender lo que sucede, muchas veces sin lograrlo.

Y así vamos, a los ponchazos, bajo los designios del modelo Pastorutti.

miércoles, enero 28, 2009

Desapareciendo del mapa

Entre la búsqueda desesperada de una foto con Fidel y la discusión de una agenda bilateral por parte de Brasil y los EE. UU. existe la misma distancia que hay de Lula a Cristina.

Dice la letra de tango: "Si arratré por este mundo, la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser..."

martes, enero 27, 2009

Clientelismo rural


Las malas relaciones del gobierno con el sector productivo rural reconocen un origen bastante distinto al de la puja ideológica, con que se lo ha querido caracterizar desde la corrección política. La feroz inquina del kirchnerismo con los ganaderos y agricultores proviene de la posición dura que estos mantuvieron, cuando el año pasado se pretendió incrementar la intervención estatal y presión tributaria a niveles intolerables.

La impericia y ceguera del gobierno en el manejo de este asunto, no sólo derivó en un consmo del capital político que había logrado construir (en las elecciones de 2007, Cristina Fernández compensó en las poblaciones más involucradas con esa actividad el bajo caudal obtenido en las grandes ciudades) sino también en la pérdida de una excelente oportunidad para aprovechar la coyuntura favorable y mejorar el desempeño competitivo del sector.

Ahora no sólo las condiciones económicas han cambiado, al compás de la crisis internacional, sino que se ha agregado una sequía de proporciones devastadoras, que está afectando de modo muy severo a los productores de amplias zonas del país.

El gobierno, mientras declara la emergencia agropecuaria junto con algunas medidas que han sido criticadas como insuficientes por los dirigentes rurales, comenzó sotto voce una acción encomendada al inefable Secretario de Comercio, Guillermo Moreno. La operación es sencilla: el funcionario ha tomado contacto con algunos chacareros desesperados por la carencia de alimentos para sostener sus planteles, ofreciéndoles el suministro de maiz para paliar la situación. Para ello, ha amenazado a los exportadores con trabarles sus ventas al exterior, si no proveen del grano a los beneficarios que él ha elegido, mediante procedimientos y criterios de selección que no han sido dados a conocer, como así tampoco la imputación presupuestaria de los fondos que el Estado aplicará a esto. Se trata, es indudable, de una maniobra divisionista, que intenta "quebrar" el frente ruralista.

Seguramente los especialistas (por ejemplo, el Abuelo cuando vuelva de sus vacaciones) opinarán con fundamento sobre los aspectos políticos y técnicos de las medidas que comento, pero entre tanto queda en evidencia la catadura moral de un gobierno que, aprovechando la emergencia, lleva a cabo una cruda política clientelista avalada por un despiadado apriete. Además, claro, del carácter "todoterreno" del funcionario, capaz de manipular estadísticas, intervenir en los mercados, demorar exportaciones y, según puede intuirse, de muchas cosas más.

En fin, dicen que una mancha más no le hace nada al tigre...

(Nota: la imagen es del diario Uno Santa Fe.)

viernes, enero 23, 2009

Gira mágica...


La reciente gira de la Presidente le posibilitó alcanzar algunos importantes objetivos. En Cuba, consiguió entrevistar a su admirado ícono revolucionario. No sólo eso: logró tomarse una foto con él, recibiendo una copia -tras cuarenta y ocho horas de sugestiva demora en estos tiempos de digtalización- en Caracas de manos del vicecanciller cubano, entre cuyas funciones parece estar la de encargado del delivery. Este episodio y varias reuniones con el hermano que está heredando el poder en la isla, le impidieron tomar contacto tanto con los disidentes (en cualquier otro país del mundo, salvo China continental y Corea del Norte, tales personas serían denominadas apenas "opositores") como con la ex jerarca del régimen caída en desgracia hace una década y media, Hilda Molina.

En Venezuela, participó de uno de los kilométricos shows televisivos de Hugo Chávez, con cancioncilla incluida, reforzando de tal modo la campaña en la que el bolivariano está empeñado para conseguir su reelección ilimitada. Hay que decir que aprovechó también para agradecer el apoyo financiero del gobierno chavista (caro, quizá no el mejor, pero apoyo al fin) y para hacer lobby en favor del grupo Techint, multinacional quejosa por no haber cobrado aún la indemnización derivada de la estatización de su empresa Sidor. Cristina lo hizo, y Chávez avisó que va a pagar.

Mientras esta nutrida agenda se desarrollaba con tanto éxito, los gobernantes de los restantes países latinoamericanos tenían la atención enfocada en cuestiones sin duda menores, como la asunción de Barack Obama. Allí estuvo, por ejemplo, el brasileño Lula.

No importa que el mundo siga viviendo equivocado. El gobierno argentino continuará dando cátedra, sustentado en unas estadísticas impecables que dan cuenta de su eficiencia y calidad.

Los que no piensan esto tienen ánimo destituyente.

viernes, enero 16, 2009

Viejos son los trapos


Con esa frase me contestaba mi mamá cuando, en mi primera adolescencia, me dirigía a ella diciéndole "Vieja".

"Viejo es el viento, y sigue soplando" respondía, siendo ya veterano, el boxeador panameño Roberto "Mano de piedra" Durán cuando algún periodista le hablaba de la necesidad del retiro.

Chesley Sullenberger, "Sully" para sus amigos, piloto del Airbus siniestrado ayer poco después de despegar de un aeropuerto neoyorquino, tiene 57 años. Si en algún momento de, digamos, la última década hubiera sufrido la desgracia de quedar sin empleo, muy posiblemente hubiera tenido el mismo destino de tantos cuarentones y cincuentones (ni hablar de los sexagenarios) a lo largo y ancho del planeta: quedar fuera del mercado de trabajo, por siempre jamás.

Por suerte (para él y el centenar y medio de personas a las que salvó la vida) eso no ocurrió. "Sully" dió una soberbia muestra de presencia de ánimo, idoneidad técnica, solvencia profesional, capacidad de decisión, etc. concretando la hazaña de posar la monumental aeronave sobre las heladas aguas del río Hudson.

Dudo mucho que un piloto joven hubiera tenido esas dotes, que en su mayor parte sólo se obtienen con la experiencia de los años. Está claro, por otra parte, que a su edad actual "Sully" transita por el mejor momento de su vida profesional.

La funesta cofradía de empresarios, especialistas en recursos humanos, jefes de personal, consultores y demás especímenes por el estilo, que suscribe la estúpida idea de que una persona a los cincuenta y pico de años es un inútil sólo merecedor del geriátrico, haría bien en tomar nota de este incontrastable dato de la realidad.

Nota: la foto de "Sully" la obtuve de La Nación.

jueves, enero 15, 2009

Navegando en el Hudson


Yo no sé cuál es el nombre del piloto, pero me imagino que esas 148 personas, de aquí en más y hasta que abandonen este valle de lágrimas, le rendirán la pleitesía que se merece.

Por de pronto yo, en el lugar de ellos, le tributaría una sesión de pesto & (abundante) malbec al menos una vez por año.

Mamma mía!!!

miércoles, enero 14, 2009

Indec, el bochorno


Hubo un tiempo en que los comunicados de prensa del Indec eran esperados con sumo interés por los distintos sectores de opinión. Y es que, en un país acostumbrado a la poca o nula efectividad de los servicios del Estado, el organismo llegó a forjar un notable prestigio institucional, basado en su desempeño profesional y en la calidad de sus productos.

En ese tiempo, los procedimientos del Indec se publicaban y estaban sujetos al escrutinio de organismos internacionales. Había un cronograma para la publicación de datos, como los que respetan las principales oficinas de estadística del mundo.

No era un mundo felíz. Sus resultados solían desatar controversias, pero -curiosamente- quienes más se quejaban eran las autoridades del mismo gobierno, desconformes con lo que los indicadores revelaban.

Todo eso ha cambiado de un modo dramático. A dos años de la irrupción de las huestes de Guillermo Moreno en el organismo, sus informes casi pasan inadvertidos, debido a que ya casi nadie los consulta. Esto es así porque, sencillamente, esas cifras no sirven para nada. El Indec ha perdido la confianza pública, que le costará muchísimo recuperar.

Hoy asistimos al colmo de los colmos: Hugo Moyano, máximo cacique sindical y aliado fundamental del gobierno, además de vicepresidente del partido oficial, se ha referido de manera casi bochornosa al asunto, al declarar que para las próximas negociaciones salariales se guiará "por el Indec de las amas de casa". Habló tras saberse que según el Instituto, los precios de los alimentos crecieron menos de 6% en 2008.

Lo único que falta es que el ministro de economía ridiculice al organismo, lo cual es muy poco probable sólo porque este funcionario no hace declaraciones de ninguna índole, pase lo que pase.

El país, como anestesiado, no parece reaccionar. Como lo expresa Jorge Oviedo en La Nación, si un gobierno es capaz de manipular así las estadísticas, ¿respetará el veredicto de las urnas?.

"Dan ganas de balearse en un rincón".

Nota: el de la imagen es un dibujo de Miguel Brea.

martes, enero 13, 2009

La fama es puro cuento

(click en la imagen para verla mejor)

A estas alturas es muy posible que los autoproclamados ambientalistas de Gualeguaychú estén reflexionando sobre lo efímero de la gloria, asunto sobre el cual ya se habían explayado los poetas del tango ("Y es que la gola se va / y la fama es puro cuento"). Sucede que en la retórica del kirchnerismo, su accionar contra la instalación de una planta fabril en la orilla oriental del río Uruguay pasó de ser "causa nacional" a objeto de represión policial, según se ha ocupado de señalar el gobernador entrerriano Sergio Urribarri, un hombre que no luce como propenso a la rebeldía respecto del poder central.

La cosa no deja de llamar la atención, cuando uno tiene frescas en la memoria las imágenes del bochornoso maltrato a que fue sometido el presidente uruguayo Tabaré Vázquez por parte de Cristina Fernández, durante su discurso en la ceremonia de asunción del mando ante la asamblea legislativa, algo más de un año atrás. Algunos hasta fantasearon con una ruptura de relaciones con el país vecino, tanta era la crispación de este lado del Río de la Plata. Ni siquiera la supuesta afinidad ideológica con un gobierno de centroizquierda como el del Frente Amplio morigeraba la virulencia del planteo.

Hoy la posición del oficialismo en su conjunto ha virado por completo. Primero fue el vocero semioficioso Luis D'Elía quien dejó por unos momentos de abogar en favor de Irán y Hamas para dedicar algunos de sus proverbiales exabruptos a los manifestantes. Y hasta Daniel Scioli, un maestro en el difícil arte de surfear la ola política para no irritar a Néstor, ha cruzado de vereda (o de orilla, digamos, para estar a tono con la ambientación del tema).

Es posible que tamaña modificación tenga su origen en el veto uruguayo a la postulación de Kirchner para la presidencia de la Unión de Naciones Sudamericanas. Y también puede que el gobierno haya recibido señales acerca de un más que esperable fallo negativo para las aspiraciones argentinas por parte de la Corte Internacional de La Haya.

En cualquier caso, lo burdo del viraje no dejará de sorprender a quienes llegaron a dictar el curso de las relaciones exteriores del país y hasta a privatizar los controles migratorios en la frontera.

Quizá puedan consolarse recordando la fábula del alacrán y la rana: actuar de esa manera, está en la naturaleza del kirchnerismo.

lunes, enero 12, 2009

El sari rojo


La India ha sido siempre para mi un misterio, una sociedad enigmática, compleja, capaz de provocar tanta fascinación como rechazo. En los últimos años, los datos de su formidable crecimiento económico redoblaron su atractivo, alimentaron mi curiosidad.

Después de leer "El sari rojo", un libro del escritor español Javier Moro, buena parte de esa expectativa ha sido satisfecha. Aunque es posible que me haya creado una nueva.

La obra cuenta la historia de la familia Nehru-Gandhi, que ha dejado su impronta en la historia política del gigantesco país desde las luchas por la independencia, en la primera mitad del siglo pasado, hasta el presente. Repaso la historia con rapidez:

  • Jawaharlal Nehru, mano derecha del Mahatma Gandhi, fue líder del partido del Congreso y jefe del primer gobierno indio, como primer ministro, en 1946.
  • Su única hija Indira (casada con un Gandhi que no tenía parentesco con el patriarca) ejerció el mismo cargo entre 1966 y 1977, y luego desde 1980 hasta su asesinato en 1984.
  • El hijo menor de Indira, Sanjay, considerado su seguro sucesor pese a su controvertida actuación política, murió a los 33 años, en 1980, al estrellarse con una avioneta que piloteaba.
  • El hijo mayor, Rajiv, se casó con la italiana Sonia Maino, a quien conoció cuando ambos estudiaban en Inglaterra. Aunque no participaba de la política (era piloto aerocomercial), asumió como primer ministro a la muerte de su madre, y renunció en 1989. Fue asesinado en 1991, cuando tenía 46 años, a pocos días de unas elecciones en las que se descontaba su triunfo.
Prima facie, el país parece ingobernable. Desde la extensión territorial y el tamaño de su población, unos 1.100 millones de personas, hasta el número de religiones así como de idiomas (hay 18 lenguas oficiales) y dialectos (más de 500), todo resulta desmesurado. La superpoblación urbana estremece: Bombay alberga 17 millones de almas, Calcuta a 13, la capital Nueva Delhi a 11, Madrás a 7, y así. Aunque los gobiernos democráticos abolieron el ancestral sistema de castas, las tensiones interreligiosas subsisten. De hecho, el proceso de la independencia del Reino Unido es también denominado como "la Partición", ya que el territorio fue repartido entre hindúes y musulmanes; estos se afincaron en Pakistán -al oeste- y lo que hoy es Bangladesh, al este. Pero, además, hay budistas, sijs, cristianos, parsis y varias religiones más.

El libro se adentra en la complejidad y vastedad de este cuadro, mostrando los avatares de una familia signada por su relación con el poder y la violencia política. Como uno de los protagonistas dice, sus miembros nunca fueron dueños de la familia, la compartieron con el país.

Hay también una semblanza del partido del Congreso, la mayor organización política del mundo por el número de afiliados. Un populismo de centroizquierda que a los ojos de un lector argentino quizá se parezca al peronismo, mientras que a un mexicano tal vez le recuerde al PRI. Su aparato omnipresente, el clientelismo mezclado con una corrupción estructural, la capacidad para reinventarse tras cada revés, su olfato para cortejar y conquistar al poder.

Cuarenta años de la historia reciente de la India son vistos a través de la mirada de Sonia, la bella jovencita italiana educada para ser una ama de casa de clase media piamontesa, que terminó sintiéndose tan india como el que más, y constituida en el referente máximo de la vida política de su patria de adopción. Y la historia continúa, ya que su hijo Rahul es hoy dirigente partidario.

Un libro bien escrito, que atrapa desde el primer momento con una trama en la que coexisten la tragedia y el romanticismo.

viernes, enero 02, 2009

Mirar para atrás, medio siglo después


“Para combatir mejor al enemigo, escuchamos su música, jugamos su deporte nacional y... usamos su moneda”. Luego de pronunciar esta frase, el guía nos dedicó un guiño cómplice y, sonriendo, abrió la puerta de la combi en la Plaza de la Revolución. Yo estaba con mi familia en La Habana, en marzo de 2004, y esa fue su respuesta a la consulta de otro turista, recién llegado como nosotros, acerca del uso del dólar en la Isla. Antes nos había hablado de la pasión isleña por el béisbol, el deporte creado por los estadounidenses.

Por entonces, la moneda norteamericana podía ser utilizada tanto por los turistas como por los pobladores, pero en noviembre de ese mismo año comenzó a regir una restricción, por la cual los verdes billetes ya no pueden ser aceptados por los comercios. Quienes los poseen y quieren comprar algo, tienen que canjearlos antes por “pesos convertibles” sufriendo una quita.

El salario medio equivale a unos 15 dólares, un muy buen sueldo llega a 19, y un televisor —por ejemplo— cuesta 200. La cartilla de racionamiento (lista de productos que se pueden adquirir a precios subsidiados por el gobierno) se limita sólo a algunos alimentos y en cantidades más bien modestas: entre otros artículos, mensualmente incluye para cada persona una ración de menos de 220 gramos de arroz, un pan diario y un cuarto kilo de pollo.

Una muy importante fuente de financiamiento de los presupuestos familiares es lo que los cubanos llaman “resolver”, lo cual traducido a lunfardo argentino sería algo así como “rebuscárselas”. Están los que resuelven de manera sencilla, porque sus actividades dependen del floreciente turismo: los mozos de cafés y restaurantes para quienes una propina de un dólar representa el diez por ciento de su sueldo mensual oficial, los músicos que actúan en todos los bares cobrando rigurosamente “a la gorra” (¿pasión por el arte o necesidad de resolver?) y los choferes y guías de los buses turísticos que piden por el altavoz a los pasajeros que al descender dejen su óbolo en una canastita.

A otros les resulta más complicado. Como a los que abordan al visitante por la calle, para venderle una moneda con la efigie del Che, un nuevo remedio para el colesterol o un cigarro hurtado de la fábrica Partagás. O el vendedor de una tienda oficial que despacha 900 gramos de pan, cobrando el precio por un kilo, procedimiento con el que contribuye a resolver tanto su problema como el del gerente del establecimiento, al tanto del asunto. Claro que esos 100 gramos de pan que van a “la bolsa negra”, como le llaman allí al mercado informal, arrastran una cadena de resoluciones que empezó con quien vendió la harina en el molino... Y si algún inspector husmea, no es problema: él también tiene que resolver.

También están los que piden por la calle un jabón, un bolígrafo o, directamente, algo para comer...

En suma, lo que existe allí es una economía informal de dimensiones monumentales, lo cual permite que algunos segmentos de la población sostengan un módico nivel de consumo, que de todos modos excede en forma holgada al que les resultaría accesible con los magros (por decirlo de un modo elegante) sueldos formales. Hay también algunas paradojas: mientras el exilio contribuye a financiar con sus transferencias al régimen que combate, el cerril bloqueo de los EE.UU. es (además de injusto) funcional al discurso nacionalista con que el gobierno martilla en forma permanente desde los medios de comunicación.

La estructural ineficiencia económica ha perdurado gracias a que se reemplazó al subsidio implícito en los precios políticos con que la ex URSS pagaba el azúcar y cobraba su petróleo, por la petrochequera bolivariana, las transferencias de la diáspora y los ingresos del turismo, paradójicamente a través de empresas capitalistas (en su mayoría, de accionistas españoles) con las que el Estado se ha asociado aportando terrenos y autorizaciones para operar. Quizá para aliviar alguna conciencia oficial atribulada, en el acceso a la ciudad de Varadero un gran cartel reza “Aquí se recauda para el pueblo”.

En la celebración del medio siglo de la revolución, Raúl Castro dió un discurso llamativamente corto (para los parámetros familiares) y sin los ribetes espectaculares que tenían los pronunciados por su hermano y antecesor. Un par de días antes, en unas declaraciones periodísticas, había reiterado que el igualitarismo salarial llegó a su fin, anunciando además recortes en los subsidios y la extensión de las edades mínimas exigidas para acceder al sistema jubilatorio.

Pero el patetismo del fracaso revolucionario está representado, mejor que por las medidas de ajuste económico, por aquello en lo que se convirtió el "hombre nuevo" que prometía forjar Guevara: un "buscavidas".

Si hoy Fidel accediera a mirar para atrás, como en la famosa foto que le tomó el periodista Enrique Meneses en la selva, quizá se sentiría avergonzado.

jueves, enero 01, 2009

Año nuevo con Astor

Nada mejor para P & M que empezar el año en la web con la compañía de Astor, a través de una de sus más hermosas composiciones, "Oblivion". Es una obra tal vez no muy conocida en nuestro país, pero que alcanzó gran reconocimiento en el ámbito internacional. Ya fallecido, en 1993, Piazzolla fue nominado al premio Grammy por esta pieza.

Hay muchísimas versiones del tema. Entre las que escuché, me gusta mucho la del Quinteto del maestro que cuenta con la voz de la italiana Milva cantando en francés. Pero hoy he querido dejar en el blog la interpretación del conjunto argentino "Cuartoelemento", grabada en vivo en Bariloche.

Se trata de la agrupación que dirige el flautista Rubén "Mono" Izarrualde, quien a lo largo de su rica trayectoria tocó en la casi mítica banda "Anacrusa" que dirigía José Luis Castiñeira de Dios, y en "Músicos Populares Argentinos", del Chango Farías Gómez. Aquí lo acompañan el guitarrista Néstor Gómez, el contrabajista Matías González y Horacio lópez en batería.

Salud.