martes, diciembre 30, 2008

Ocasión para hacer un brindis


Es difícil sentirse compenetrado del espíritu solidario y pacifista que se supone debería imperar a esta altura del año, en especial si uno -por esa maldita costumbre de leer los diarios- comprueba las barbaridades de todo tipo que se cometen en el mundo y en nuestro país.

Pero, haciendo un esfuerzo de abstracción y superando el desaliento, se puede admitir que la época es propicia para intentar un balance, emitir buenos augurios y expresar algunos deseos.

En esa línea, me parece que la revisión del debe y el haber no resulta favorable para nosotros, los argentinos, que una vez más llegamos hasta aquí con muchos gestos crispados, de esos que complacen a nuestra copresidente. Estamos enojados con lo externo, en una reiteración de la conducta digna de un adolescente que nos caracteriza como sociedad. Somos tan importantes y nuestras potencialidades resultan tan maravillosas, que las privaciones de amplios segmentos de la comunidad, la dilapidación serial de oportunidades y los retrocesos colectivos sólo pueden ser explicados por la campaña (exitosísima, esto al menos deberíamos aceptarlo) que el resto del mundo se empeña en sostener contra la Argentina.

Es el mensaje que baja desde el poder, sin duda, pero también es la concepción que emana de la gente, como gustan denominar políticos y periodistas al conjunto de la población. Gente que insiste en comportarse como si las leyes y las normas en general fueran de cumplimiento optativo o hubieran sido establecidas sólo para los demás. Gente que, ante las consecuencias de las transgresiones, sólo atina buscar en forma desesperada a culpables externos, lejos de la más mínima introspección.

Tal vez sea por eso que el mundo "apareció de repente" a los ojos de los gobernantes, despertándolos quizá de manera tardía de su ensoñación.

Tampoco el balance de los fueguinos se presenta demasiado alentador. Seguimos esperando todo de papá-Estado, y así fue que en 2007 elegimos para gobernarnos a un elenco que profesaba un militante optimismo estatista, casi tan intenso como su sospecha incriminatoria ex-ante hacia toda iniciativa privada. Un año más tarde, el resultado de llevar esa concepción teórica al ejercicio concreto del gobierno ha sido un crecimiento... de las penurias financieras del fisco, sin que la realidad impulsara a Fabiana Ríos a intentar siquiera alguna medida correctiva. Lejos de ello, la masa salarial continuó aumentando del mismo modo que el endeudamiento público, y esto, se supone que hasta niveles extremos. Después de todo, que el gobierno incurra en esa conducta no debería resultar demasiado escandaloso para muchos miembros de esta comunidad, acostumbrados a vivir de prestado... La pregunta, claro, es hasta cuándo el fisco y la gente podrán seguir actuando de esa manera.

Las cosas pueden mejorar, tanto en el plano nacional como en el provincial, y bien dicen que la esperanza es lo último que se pierde. Claro que para confiar, uno debería ver en las autoridades de ambos niveles una propensión a la autocrítica y al diálogo con los diversos sectores productivos, pero eso no es lo que se avizora. Para Cristina como para Fabiana, los que opinan distinto esconden aviesas intenciones, y los empresarios sólo cuentan a la hora de aportar recursos al fisco.

Releyendo lo escrito hasta aquí, debo admitir que se me acuse de pesimista. Sin recurrir al viejo ardid de declarar que soy, más que eso, realista, ensayo una probable justificación: soy hincha de San Lorenzo de Almagro, de modo que puede que mi ánimo aún se encuentre afectado por la pérdida del campeonato en el último partido. Confío en que los lectores sabrán comprenderme.

P
& M
, no obstante todo esto, brinda esperanzado por un nuevo año en el que podamos llevar a cabo nuestros proyectos, disponiendo para ello de buena salud, lo que junto con el cariño de nuestros seres queridos, constituye el único tesoro digno de ser defendido.

lunes, diciembre 22, 2008

Cristina y Medvédev



Los dislates del kirchnerismo en materia económica son comentados con acierto y fundamentos en la blogosfera especializada (ver links al pie), y -lo que es más interesante- desde distintos enfoques normativos.

Una conclusión parecería ser que, más allá de las divergencias político-ideológicas, un cada vez más amplio segmento de los economistas coincide en criticar las decisiones oficiales en la materia. Y lo mismo sucede con muchos politólogos y militantes, como ellos gustan denominarse. Uno de estos, a quien podría achacársele cierta morosidad en darse cuenta de ciertas cosas (algo curioso por tratarse de un intelectual de prolífica obra literaria) es Miguel Bonasso, pero su caso no es el único.

Objeción: con todo el respeto que me merecen tales analistas, me parece que ese debate no tiene entidad.

La verdad es que creo que discutir sobre la sustentabilidad técnica o, incluso, la lógica política de las medidas del gobierno es gastar pólvora en chimangos.

Me parece que no tiene sentido perorar sobre una sucesión de decisiones descerrajadas desde una confortable residencia en El Calafate cada fin de semana, como manotazos espasmódicos, muchas veces contradictorias entre sí, y orientadas ante todo a satisfacer dos premisas centrales: acrecentar el poder de la caja fiscal y perjudicar -o en lo posible, destruir- a los identificados como enemigos ("adversario" es un término demasiado blando para el oficialismo).

La profesión sabrá disculparme, pero me resisto a creer que la maratón de anuncios de las últimas semanas sea la consecuencia de aplicaciones más o menos sesudas del modelo IS-LM o cualquier otra herramienta por el estilo. Digo más: antes que devoto de Hicks y Hansen, veo a Kirchner como un seguidor de Vladimir Putin y su gélida estrategia asociativa entre ciertos negocios y el poder político.

A lo que no me atrevo es a esbozar un paralelo entre Cristina y Medvédev.

Links a algunos blogs sobre economía:

Abuelo Económico
Economista Serial Crónico
Exabruptos de M. Olivera
La Ciencia maldita
50 Amaneceres
Finanzas públicas

El día que estuvimos en peligro


Mi esposa y yo llegamos desde Buenos Aires a Ushuaia por primera vez, a fines de julio de 1978 (éramos tan jóvenes...) con muy poco equipaje pero sobrecargados de esperanzas e ilusiones. Estábamos concretando nuestro propósito de vivir fuera de la gran ciudad, aunque no teníamos idea de cómo iba a desarrollarse aquella aventura.

Eso, que se trataba de una aventura, era una de nuestras pocas certezas, junto con sendos empleos en la gobernación local (por entonces, Tierra del Fuego era un "territorio nacional" dependiente de la presidencia de la nación) y la amistad de Alberto y Leticia, que habían venido a vivir aquí un mes antes . Ushuaia era poco más que un aldea y por lo tanto, su sociedad resultaba bastante cerrada. Los nycs ("nacidos y criados"aquí) hacían sentir la "extranjería" a los recién llegados, que sólo con el paso del tiempo lograríamos ir insertándonos en el medio.

En eso estábamos unos meses más tarde. Tras conocer los rigores climáticos del invierno, nieve incluída, cosechamos algunas nuevas amistades y en los fines de semana de esa primavera empezábamos a descubrir las bellezas de los bosques y los ríos circundantes. Las cosas marchaban razonablemente bien, lo que morigeraba la nostalgia por los afectos dejados en el lejano lugar de origen.

Había sólo un asunto preocupante: Argentina y Chile mantenían un contencioso por la posesión de tres pequeñas islas cercanas que las negociaciones diplomáticas no conseguían resolver. Por supuesto, que ambos países estuvieran gobernados por dictaduras militares era un factor muy perturbador. No se trataba de una mera especulación: desde el mes de octubre, la llegada de sucesivos contingentes de tropas a la zona nos demostraba que el problema empeoraba. Los rumores decían que "del otro lado" ocurría lo mismo...

Se establecieron unos ejercicios preventivos para la población civil, entre ellos los denominados "oscurecimientos", ante la posibilidad de ataques aéreos. Esto no estaba exento de cierta gracia, porque en diciembre -en pleno solsticio del hemisferio sur- las horas de oscuridad son muy pocas; de hecho, la mayoría se tomaba las prácticas bastante en solfa. Supongo que era un mecanismo psicológico de autodefensa, porque en el fondo nadie creía que el procedimiento fuera eficaz.

Para diciembre, al paisaje plagado de tropas y pertrechos se sumaban las cada vez más preocupantes noticias de la prensa Los negociadores no avanzaban hacia un acuerdo, tampoco alcanzado en dos encuentros mantenidos entre los dictadores Pinochet y Videla. Con una mezcla de incredulidad e impotencia, sentíamos que un desenlace bélico era inminente.

Después nos enteraríamos de que, en efecto, la guerra estuvo a pocas horas de iniciarse. El 22 de diciembre, hace hoy treinta años, los militares de ambos bandos se trasladaban a sus posiciones de combate. Recuerdo que en el pequeño muelle local ya no estaban las embarcaciones de la Armada que solían estar apostadas allí. También pienso que, pese a esas evidencias, los civiles no habíamos tomado conciencia de la gravedad de la situación. Quizá los militares, tampoco...

Lo demás es sabido. El Papa designó ese día al cardenal Antonio Samoré para iniciar una mediación, y fue el urgente llamado telefónico anunciando esa decisión lo que hizo suspender a último momento los desplazamientos definitivos de los militares.

En este aniversario, se me ocurre un pequeño ejercicio contrafáctico.

El llamado del Vaticano llega tarde o es ignorado, y en las primeras horas del 23 de diciembre comienzan las acciones de guerra. Algunos bombarderos sobrevuelan Ushuaia, tratando de alcanzar los depósitos de combustible cercanos a la Base Naval, mientras son hostigados desde tierra con fuego de artillería y desde el aire por aviones cazas. Desde el canal de Beagle resuenan los intercambios de disparos efectuados por naves de ambos países.

Los combates continúan hasta el atardecer, cuando se anuncia una tregua por Nochebuena, acordada tras una desesperada intervención del Vaticano y del secretario general de las Naciones Unidas. También se sabe que se reabrieron las negociaciones diplomáticas.


En la tarde/noche ushuaiense el paisaje es desolador. Edificios y vehículos destruidos por doquier, entre columnas de humo y grandes cráteres abiertos por las bombas. Aquí y allá, pobladores que deambulan sin rumbo, ambulancias que trasladan heridos a los hospitales y camiones que se llevan los cuerpos de los muertos. No se conoce el número de víctimas y todavía no hay noticias sobre lo que ha sucedido en otras zonas del país.

Sin embargo, los que aún sobreviven saben qué es lo que ha comenzado: un período de profundo odio entre argentinos y chilenos, con recurrentes enfrentamientos armados y sus consecuentes pérdidas de vidas, que durará siglos.


Afortunadamente, nada de esto ocurrió, ya que la capacidad diplomática de aquel hombre de semblante afable (que en medio de la insensatez reinante vió "la lucecita de esperanza al final del túnel") logró que el disparate bélico se postergara por siempre.

Transcurridas tres décadas, la perspectiva obliga a reflexionar en lo absurdo de los reclamos de "soberanía" sobre esas tres islas, cuya posesión quedó finalmente en manos de Chile sin que ello afectara en modo alguno el honor ni los más hondos sentimientos de los argentinos. Soberanía, cuántas barbaridades se han hecho en tu nombre...

Estoy convencido de que argentinos y chilenos deberíamos recordar agradecidos a Antonio Samoré, por siempre.

domingo, diciembre 21, 2008

Comediantes y mártires


Juan José Sebreli es un intelectual de una gran erudición, pese a (o, tal vez, gracias a) que no ostenta un título académico. Fue existencialista sartreano de la primera hora, luego marxista y ahora -a sus 78 años- es un pensador libre, quizá inclasificable.

Su amplio campo de intereses, de la sociología a la filosofía y de la historia a la teoría política, otorga a su obra un atractivo especial, así como su tendencia a las posiciones provocadoras, dicho esto en el mejor sentido posible: sus ideas provocan la obligación de pensar. Le mueven a uno el piso, quiero decir, porque así como están basadas en su amplísimo bagaje cultural y en una valiosa bibliografía, se caracterizan por la originalidad y la falta de ataduras a cánones previos.

En "Comediantes y mártires - ensayo contra los mitos" se ocupa de cuatro personajes que, luego de que el libro fuera escrito, fueron designados por la presidente Cristina Fernández como íconos culturales argentinos para la Feria del Libro de Frankfurt: Gardel, Eva Perón, el Che Guevara y Maradona. La decisión desató tanta polémica que luego se agregaron a la lista Cortázar y Borges. Sebreli aporta una mirada aguda a esa discusión.

La cita de Brecht al comienzo es reveladora temprana del contenido: Pobres los pueblos que necesitan héroes! El autor analiza cómo se desarrolla un mito, esa especie de dios terreno que depende de los mandatos del sentimiento: al creyente en un mito, dice Sebreli, le está vedado analizarlo y explicarlo, debe limitarse a su fe y no tratar de razonarla, porque el mito es inefable, se lo siente o no.

Desfilan luego los cuatro personajes, bajo la lupa implacable sebreliana, que analiza coincidencias y contradicciones desde una perspectiva histórica lúcida y no complaciente. Señala cómo los cuatro, además de estar influidos por las circunstancias de sus respectivas épocas, se ocuparon de construir sus personajes, y observa que la condición mítica de los tres primeros fue fortalecida por las muertes tempranas, mientras que la de Maradona resulta amplificada por la tecnología en que se apoya la comunicación de masas en esta época.

El libro "se deja leer" desde el comienzo y no cae en el floreo intelectualoide (pese, repito, a la erudición del autor). Creo que es una obra muy recomendable.

jueves, diciembre 18, 2008

Balance del primer año


La administración provincial encabezada por Fabiana Ríos cumple su primer año de gobierno. Tal como podía preverse al inicio de su gestión, las cosas no le han resultado fáciles, en particular debido al gravísimo -tirando a caótico- estado de asfixia financiera y descontrol administrativo que encontró al hacerse cargo. Un paisaje muy parecido al que queda tras una devastación, como lo dijo ayer en su discurso la gobernadora.

P & M se ocupó algunas veces de estos asuntos, por ejemplo aquí, acá y acullá. La cuasi catastrófica situación heredada se agravó a lo largo del año, debido primero al enfriamiento de la economía nacional (con su impacto sobre la coparticipación tributaria a las provincias) y luego por las consecuencias locales de la crisis financiera internacional (fenómenos ambos muy palpables, por más que el kirchnerato pretendió negarlos).

El problema es que a estos factores que se podría calificar de exógenos, ya que no fueron provocados por acciones propias, se agregaron otros, a los que a contrario sensu llamaré aquí endógenos.

El principal ha sido la falta de un plan o, al menos, de una estrategia para afrontar el delicado cuadro descripto. Ni el efímero ministro de economía Sideris ni su sucesor Crocianelli dieron a conocer un programa para al menos empezar a sanear las finanzas locales, atacando algunos problemas que ya eran evidentes antes de que Ríos asumiera:

  • La estructura del gasto fiscal, concentrado en las erogaciones corrientes, motivo por el cual las erogaciones de capital (en particular, la obra pública) quedan sujetas a la voluntad del gobierno central.
  • La rigidez de ese gasto, determinada por la muy elevada masa salarial, así como por los mecanismos establecidos de coparticipación a municipios y el peso de los intereses de la deuda.
  • Consecuencia de lo anterior, el déficit fiscal crónico.
  • El elevado nivel de endeudamiento, lo que junto con el esquema deficitario dificulta las posibilidades de acudir a ese mecanismo de financiamiento en el futuro.
Por supuesto que no se acudió a la "receta neoliberal": ni emergencia económica, ni denuncia de convenios laborales, ni plan de austeridad. En lugar de ello, la masa salarial ha seguido creciendo, al compás de los reclamos sindicales, aún después de largos y desgastantes conflictos. Por otro lado, los pagos por coparticipación a los municipios sufrieron retrasos, al igual que los destinados a proveedores y contratistas.

De la fragilidad fiscal han derivado algunas consecuencias políticas llamativas. La renuncia del vicegobernador Basanetti tras apenas siete meses de ejercicio fue una de ellas. Más reciente ha sido la condena que el ARI nacional, alineado en la Coalición Cívica, ha hecho de la actitud acuerdista respecto del oficialismo por parte de los legisladores aristas fueguinos en el Congreso Nacional. De todos modos, esto último puede resultar comprensible, ya que es archisabido que en el ríspido universo K, manda la caja por sobre el proyecto, y que al entorno presidencial no le tiembla la mano para cerrar el grifo financiero a los gobiernos provinciales díscolos.

Otra derivación ha sido el recurso a mecanismos que cuando Ríos y sus principales espadas (el legislador Raimbault y el diputado Gorbacz, entre ellos) revistaban en la oposición, eran considerados poco menos que traiciones a la patria. No me refiero solamente al pago de sueldos mediante fondos de la Cuenta Unificada (que en su momento motivó una denuncia contra el entonces gobernador Cóccaro), sino en especial al proyecto para adjudicar a una empresa privada en forma directa, sin proceso licitatorio, la explotación de gas para la producción de metanol.

Esto no sólo representa una claudicación respecto de una premisa fundacional del elenco gobernante, como lo es su profesión de fe estatista (cosa que confieso no me preocupa), sino a algo bastante más grave, como lo es la postergación de la consigna de la transparencia presentada con orgullo como un ícono del fabianismo.

Así, con pocos logros para exhibir (a menos que uno considere como tales pagar los sueldos a duras penas e incrementar el endeudamiento), Ríos encara el 2009 planteando más dudas que certezas a la sociedad. No ayuda, por supuesto, el díficil momento que afronta el sector privado, por la caída de la demanda agregada y los desaciertos de la política económica nacional.

Quizá el permanente estado de beligerancia de los gremios estatales, ante un gobierno cuyo caudal electoral se nutrió principalmente de los votos de los empleados públicos, sea una preocupante síntesis del duro trance por el que atraviesa la provincia.

lunes, diciembre 15, 2008

Los cuadernos de Don Rigoberto


Después de bastante tiempo, volví a uno de los autores preferidos en mi juventud, Mario Vargas Llosa. La primera de sus novelas que leí (y que lo lanzó a la fama internacional), "La ciudad y los perros", me atrapó desde el comienzo con su atmósfera turbia y su tono denunciante. Enseguida devoré de modo sucesivo "La casa verde" y "Conversación en la Catedral", en las que su prosa -por la técnica, el manejo de tiempos y climas, y la riqueza argumental- alcanzó en mi humilde opinión, cumbres a las que no volvería a llegar.

Digo esto, pese a que también disfruté del humor y la agudeza que expuso tanto en "Pantaleón y las visitadoras" como en "La tía Julia y el escribidor".

Al grano: "Los cuadernos de Don Rigoberto" no es, desde ya, una graaaan novela, pero me pareció muy buena. En ella están ese juego intertemporal y esa mezcla difuminada de la realidad y la fantasía característicos del peruano, que capturan la atención del lector desde las primeras páginas. Hay además otras constantes del autor, como el humor a veces ácido y las actitudes entre ambiguas e inquietantes de sus personajes respecto del sexo y el statu-quo. Un Vargas Llosa puro y duro, después de todo.

Porque quien escribe esas largas cartas cuyos destinatarios nunca leerán (las diatribas contra el deportista y el lector de Playboy, los alegatos contra el patriota y el burócrata, la defensa de las fobias) no es Don Rigoberto -ese oscuro funcionario de una compañía de seguros que se refugia en la fantasía para encontrar un sentido a su vida- sino el propio narrador, con su encendido discurso individualista que, como a él mismo le gusta decir, no es conservador.

Sin ser, insisto, de lo más destacable de su producción, la leí con placer (que es, después de todo, lo que justifica a un buen libro).

En 1990 Vargas Llosa fue candidato a la presidencia de su país, pero tras liderar las encuestas durante varios meses, fue derrotado por otro outsider de la política, Alberto Fujimori. Vistos los acontecimientos posteriores, alguien podría pensar que Perú resultó perjudicado por aquel resultado. En cuanto a mi respecta, y desde mi condición de lector, me alegro de que las cosas hayan sido de esa manera. En parte porque no estoy tan seguro de que al novelista le hubiera ido bien en las pantanosas aguas políticas (hace pocos días, una diputada chavista propuso expulsarlo de Venezuela por sus opiniones negativas sobre el proyecto re-re-reelecionista del bolivariano) y también porque gracias a ello, podemos esperar nuevas muestras de su talento.

sábado, diciembre 06, 2008

"Habrá señales en el cielo y en la tierra..."



Parece que el titular de la Tesorería provincial está por renunciar. Cuando leí la noticia, me acordé de un ácido chiste radial del humorista Aldo Camarotta, apenas una corta frase a propósito de la volátil situación económica de 1989 que precedió a la (enésima aunque no última) crisis del país y derivó en la salida anticipada del gobierno de Alfonsín: "El problema en la Argentina es que los adivinos se están suicidando".

jueves, diciembre 04, 2008

El Palacio de San José

Dado que por razones profesionales tenía que viajar a la ciudad de Paraná, capital de la provincia de Entre Ríos, aprovechamos con mi señora para hacer algo de miniturismo. Así, nos trasladamos desde Buenos Aires en auto hasta Concepción del Uruguay (unos 300 km.) en el Este provincial, y de allí hicimos 23 km. más hacia el Oeste hasta llegar al Palacio de San José.

Se trata de una residencia construida durante diez años (desde 1848) por Justo José de Urquiza, uno de los "caudillos" del interior del país que tuvo un rol protagónico -político y militar- en la turbulenta época de las guerras civiles de mediados del Siglo XIX. Fue varias veces gobernador provincial, y primer presidente constitucional de la Nación, entre 1854 y 1860. En realidad, presidió la Confederación Argentina, la cual no incluía a la provincia de Buenos Aires, lo que reflejaba la magnitud de los conflictos de esos tiempos.

Pero no tema el lector, no voy a hacer aquí ejercicio ilegal de la historiografía, sino algo mucho más fácil y gratificante, como lo es transmitir las impresiones que me dejó esta visita al lugar donde Urquiza vivió con su numerosa familia y ejerció sus actividades políticas y empresarias, hasta que fue asesinado en abril de 1870, a sus 69 años.

Empiezo con un aspecto de la personalidad del caudillo que yo desconocía, como lo fue su perfil de pujante empresario. En efecto, parece que desde muy joven incursionó en los negocios (a los 21 años adquirió su primer campo) con notable éxito, por lo que puede afirmarse que cuando llegó a la política ya disponía de un patrimonio mucho más que considerable. Sus actividades no se limitaron a la producción agropecuaria (aunque llegó a ser propietario de un millón de hectáreas de campo), sino que se extendieron a una muy amplia gama de empresas agrícolas, industriales, financieras y de servicios. Fue accionista y director de bancos, navieras, ingenios azucareros y saladeros (en una época en que todavía no existía la industria frigorífica), entre muchos otros rubros. Exportó productos a Estados Unidos, Brasil, Uruguay, Perú y Cuba, así como a diversos países europeos.

Otra faceta interesante, derivada de su actuación política, fue una notoria preocupación por la educación pública. En efecto, además de crear varias escuelas primarias, fundó el actual Colegio Nacional de Concepción del Uruguay, en el cual estudiarían futuros presidentes como Roca y Frondizi.

Más allá de estos datos, las características del Palacio son sencillamente impresionantes. Sus principales roles fueron el de servir de sede a la dirección de un establecimiento rural de gran escala, así como el de alojar a Urquiza, su esposa y sus hijos, junto con una impresionante dotación de educadores, institutrices, personal doméstico y empleados de distintas jerarquías del establecimiento.

(Digresión: el de los hijos no fue un asunto menor, ya que el caudillo fue padre de veintitrés (sí, 23). Los primeros once los tuvo con distintas mujeres, y los siguientes doce con su única esposa, Dolores Costa. Pero los primeros fueron reconocidos por el General, quien se hizo cargo de todos ellos.)

El edificio, de una sola planta, está desarrollado en tres secciones. Al frente, y rodeando al Patio de Honor, están las salas de recepción, el salón de juegos, el escritorio de Urquiza, el comedor principal y las habitaciones para la familia y los huéspedes. Luego vienen los cuartos para el personal jerarquizado, otro comedor y la sección de la cocina y la despensa, en torno al Patio del Parral, así llamado por la hermosa parra que trepa sobre una magnífica estructura artesanal de hierro forjado. Después está el contrafrente, con las dependencias donde se alojaba el personal de servicio. En edificios separados, a un lado está la capilla y al otro, el área de panadería, almacén y cocheras.

La construcción está rodeada de hermosos jardines. En el frente, dos pajareras de hierro forjado albergaban especies traídas de distintos países del mundo. Detrás del edificio había una gran quinta con árboles frutales, y a unos doscientos metros, se construyó un lago artificial rodeado por muros de ladrillos.

Ahora, los detalles de fina terminación y buen gusto.

El Palacio fue la primera edificación del país que dispuso de un sistema de agua corriente (es decir, antes que la por entonces ya orgullosa Buenos Aires). En la foto siguiente se ven los restos de la noria que servía para extraer el agua de un río situado a dos kilómetros de distancia, y bombearla hasta el tanque elevado desde el cual circulaba por cañerías hasta la casa.



En el Patio del Parral hay un aljibe cuya parte superior está tallada en una pieza única de mármol importado de Italia.


Como derivación de la actividad de su dueño, el Palacio era un centro político nacional de gran importancia. Dirigentes de distinta extracción concurrían allí a sostener cónclaves con el General, así como diplomáticos y dignatarios extranjeros.

Uno de sus grandes rivales políticos, Domingo F. Sarmiento, lo hizo en febrero de 1870, mientras era Presidente. Se dice que Urquiza, tras recibirlo con honores que incluyeron la extensión de una alfombra roja en el frente, le asignó una habitación que disponía de una canilla de agua, para demostrarle cuán civilizados estaban los pobladores del interior. En esta foto se ve el grifo, en la pared de la izquierda junto a la cortina, y también el mueble que en su cajón inferior albergaba un pequeño bacín que el huésped podía usar para atender sus necesidades fisiológicas nocturnas...


El diseño de los cielorrasos no se repite en ninguna de las treinta y ocho habitaciones. Se destaca la sala de recepciones conocida como Salón de los Espejos, techado con cien piezas importadas de Francia.


El conjunto, caracterizado por una estricta simetría, rebosa refinamiento y lujo por los cuatro costados. En el patio del contrafrente, están los bustos que representan a Alejandro Magno, Julio César, Hernán Cortés y Napoleón: se ve que Urquiza admiraba a los conquistadores...



La capilla, construida por un arquitecto italiano, tiene una cúpula decorada por el plástico uruguayo Juan M. Blanes y una pila bautismal en mármol italiano, mientras que el altar y los púlpitos están tallados en cedro con aplicaciones de oro.


En el lago artificial había unos botes de remos, pero los visitantes podían navegar también en el "San Cipriano", un pequeño vapor que Urquiza mandó a construir especialmente.

La magnitud de la obra, la calidad de los materiales y de las ornamentaciones, sumados a la ubicación geográfica y a las limitaciones del transporte propias de la época, obligan a pensar en el formidable despliegue de recursos financieros, materiales y humanos que fue necesario para llevarla a cabo. Transportar piedras, hierros, maderas y hasta animales desde otras zonas del país, así como desde Europa y Africa, tiene que haber exigido una logística muy compleja.

Allí está ese monumento, como interesante testimonio de una época, mostrando la impronta de un personaje pleno de contrastes.

Trataré de conseguir alguna buena biografía de Urquiza, para saber más de él y su tiempo.

domingo, noviembre 30, 2008

Renuncia imposible

(Click en la imagen para ver algo desconocido por estos lares)

De algo estoy seguro: el Sr. Shivraj Patil nunca podría haber sido funcionario político en la Argentina.

¿Asumir la responsabilidad? ¿Qué es eso?...

Unas mentes brillantes


La esquizofrenia o doble discurso, llámelo como Ud. quiera, de este gobierno está alcanzando niveles paroxísticos. Veamos:

-Pago cash al FMI vs. Quita compulsiva a los bonos de los jubilados privados
-Compra por parte de la Anses de letras del tesoro a 9% en pesos vs. Venta de bonos a Venezuela al 15% en dólares
-Burla presidencial por el Efecto Jazz vs. Plan anticrisis
-Confiscación de ahorros jubilatorios vs. Plan de repatriación de capitales
-Traje a rayas para evasores vs. Moratoria para acusados de delitos tributarios
-Beneficios del desacople vs. Prórroga de la emergencia económica y del impuesto al cheque
-Eliminación del Ministerio de la Producción (2003) vs. Creación del Ministerio de la Producción (2008)
-Promoción de exportaciones vs. Gestión de Echegaray en la Oncca

Y la enumeración no es exhaustiva.

Me pregunto: ¿estos tipòs van a ganar las elecciones de 2009?

(La imagen pertenece a la película "Una mente brillante", del director Ron Howard. Fue protagonizada por Russell Crowe en el papel del premio Nobel John Nash)

sábado, noviembre 29, 2008

Fútbol, plata, violencia



Es sábado. En un rato más, mi querido San Lorenzo de Almagro jugará un partido decisivo (faltan tres fechas para terminar el torneo y estamos a dos puntos del puntero), contra Huracán, el clásico adversario zonal.

Los dos clubes fueron fundados hace 100 años, en unos arrabales pobres de la ciudad de Buenos Aires, luego denominados Almagro y Boedo (los barrios de San Lorenzo) y Parque de los Patricios (el de Huracán). En ellos habita hoy una clase media-media, digamos, que ha soportado con estoicismo nuestras crisis recurrentes, pero que muestra las huellas del castigo en el deterioro de las fachadas de muchas casas y locales comerciales que supieron de épocas mejores. Avatares históricos, que le dicen.

Aunque San Lorenzo ya no tiene su estadio en Boedo (lo perdió como consecuencia de malas administraciones, hace tiempo), el barrio sigue siendo azulgrana. O "cuervo", como se nos dice a los simpatizantes desde hace un tiempo. Una curiosidad: esta palabra era utilizada por los hinchas de Huracán en forma despectiva, aludiendo a la fundación del club por un cura salesiano, pero hoy nos identifica sin que nadie se moleste por ello.

La rivalidad ha perdurado a través del tiempo, pero en los últimos años ha alcanzado unos niveles de insólita barbarie. Parece ser que hace algo más de un mes, hubo un enfrentamiento entre "barras bravas" (eufemismo que alude a esos especímenes que bajo el disfraz de hinchas, dan rienda suelta a sus instintos criminales y trafican influencias y otras yerbas con la dirigencia de los clubes) que terminó con la muerte de un joven hincha de Huracán tras veinte días de agonía. Por tal motivo, toda la semana se estuvo hablando de la violencia o, dicho de otro modo, de la necesidad de que el espectáculo deportivo se pueda llevar a cabo sin hechos trágicos. No se trata de una novedad, por cierto, ni de una característica exclusiva del fútbol argentino, aunque entre nosotros viene creciendo con un vigor digno de mejores causas.

No pretendo hacer aquí un informe sociológico sobre las causas de este fenómeno, pero me pregunto sobre el grado de influencia que tendrán otros factores. Por ejemplo, estos:

-La organización del fútbol en este formato de "torneos cortos", funcional a los intereses de la televisión, en los que un equipo que pierde dos partidos seguidos puede quedar tempranamente sin posibilidades de alcanzar la punta. A raíz de ello, se ha instalado un clima de "matar o morir", una transformación del dramatismo más o menos natural (y atractivo) de toda competencia deportiva en una obra trágica, con protagonistas y espectadores desencajados.

Esta especie de inmediatez salvaje tuvo esta semana una manifestación notable. Miguel Russo, el DT de San Lorenzo, hace menos de seis meses que está en el cargo, desde que comenzó este torneo. El equipo logró muy pronto un buen rendimiento, alcanzando el primer puesto en la quinta fecha y se mantuvo en esa posición hasta el fin de semana pasado, cuando como consecuencia de una serie de empates y derrotas, quedó en un expectante segundo lugar. La campaña no sólo es buena, sino que quizá se vea coronada por el título. Sin embargo, después de la última derrota los plateístas lo insultaron con ferocidad, y ya circulan rumores sobre su alejamiento en caso de que el cuadro termine siendo... subcampeón. Rumores que posiblemente tengan origen en personas interesadas en "colocar" a algún otro técnico, y que consiguen que ese run-run sea transmitido por los medios.

-El fogoneo constante de la prensa. Cuando yo era pibe, las radios y los diarios se ocupaban en forma especial del fútbol entre el viernes y el lunes; de martes a jueves sólo se publicaban algunos comentarios generales. Hoy, varios cientos de periodistas, pseudoperiodistas y movileros, deben llenar interminables horas de televisión y de sitios de diarios en Internet con lo que se les pueda ocurrir. Desde la opinión lapidaria del presidente de un club a punto de irse al descenso sobre el pobre desempeño de sus players hasta la tristeza que denota el rostro de la madre del defensor central que se hizo un gol en contra en la fecha anterior.

Un ejemplo de esto último se dió la semana pasada, cuando en varios programas televisivos se ocuparon de los insultos que intercambiaron Bergessio y Barrientos, de San Lorenzo, durante el desarrollo de un partido. Cualquiera que haya jugado un poco al fútbol sabe que se trata de algo normal de este deporte. Quiero decir: si Barrientos intentó una gambeta fallida en vez de pasarle la pelota a su compañero, lo más probable es que Bergessio se lo reproche; y más, no lo hará diciéndole "Estimado compañero, le agradeceré que en la próxima oportunidad me habilite Ud. con presteza" sino algo parecido a "¿Qué hacés, salame? ¿Jugás para ellos? ¿No ves que estoy sólo?" Sin que ello perjudique al equipo ni signifique que ambos se transformen en enemigos irreconciliables. Pero machacar una y otra vez sobre ese desencuentro sirve para ocupar espacios televisivos y, de paso, echa nafta a la hoguera.

Todos estos ingredientes desagradables me hacen perder el entusiasmo por este juego tan lindo (más de una vez, cuando paso cerca de una plaza o de cualquier lugar donde unos pibes corren tras una pelota, no puedo evitar detenerme a mirar un rato). Bastante tengo con la contradiccion entre mi (supuesta) racionalidad y ese sentimiento tan irracional implícito en la pasión por el color de una camiseta, como para encima tener que lidiar con la sospecha (mejor dicho, la convicción) de que los intereses económicos y la violencia en torno al espectáculo van convirtiendo cada vez más al fútbol en un circo romano al que no vale la pena tomar en serio.

(La foto es del Rvdo. Padre Lorenzo Massa, sacerdote de la congregación salesiana que fundó el club -luego llamado con su nombre- en 1908).

jueves, noviembre 27, 2008

Fueguinos bien entretenidos



La actualidad política fueguina sigue resultando entretenida. Mientras proveedores que dicen tener acreencias vencidas e impagas con el gobierno por unos 15 millones de pesos protestan pasando la noche en el ministerio de economía, la gobernadora la emprende contra una "multisectorial privada", diciendo que ella desconoce la realidad de ese sector por no pertenecer al mismo. Enseguida, el ministro de gobierno se apresuró a aclarar las afirmaciones de su jefa, expresando que las autoridades esperan de los privados un paquete de alternativas válidas.

Es decir: casi un año después de haber asumido el poder, el gobierno de Fabiana Ríos no sólo parece no tener un programa propio -o al menos unos lineamientos estratégicos- para resolver la crisis, sino que avisa que está esperando que se lo acerque el sector privado. Hasta que eso llegue, se contenta con seguir incrementando la masa salarial, mientras destapa un agujero para tapar otro.

Como telón de fondo, la cuestión del acuerdo con una empresa de capitales chinos -sin licitación previa- para la instalación de una planta elaboradora de metanol sigue dando que hablar. Referentes del elenco gobernante (al menos un senador nacional, un legislador provincial y un combativo dirigente gremial) para quienes, poco tiempo atrás, comprometer reservas y adjudicar la explotación de hidrocarburos a empresas privadas (y ni hablar de hacerlo sin licitación) era poco menos que una traición a la patria, han salido ahora a defender este proyecto con notorio entusiasmo. Lo cual confirma, como mínimo, el irresistible encanto de los 300 millones de pesos que la empresa se comprometió a adelantar al fisco provincial de sus pagos por regalías .

Entre tanto, quizá como parte del Plan B que deslizó la gobernadora en caso que el acuerdo con los chinos no prospere, o quizá por mera casualidad, los diputados nacionales del SI (¿o son del ARI?) fueguino se vienen alineando con el kirchnerismo en las últimas votaciones en la Cámara. Lo hicieron primero con el proyecto de ley para confiscar los ahorros en el sistema de capitalización, y ahora con los que buscan prorrogar el impuesto al cheque (cuyo producido seguirá sin ser coparticipado a las provincias) y la emergencia económica (por séptima vez consecutiva, pese a que los argentinos disfrutamos de nuestro desacople con la economía mundial). ¿Acaso serán señales a la Presidente para que conceda un poco de oxígeno a las semiasfixiadas arcas provinciales?

Lo dicho: no hay motivos para aburrirse.

(La imagen reproduce la obra "La condición humana", del pintor belga Renée Magritte)

miércoles, noviembre 26, 2008

Autobombo


Mi editora Mariela Aquilano me informa que mi libro sobre la economía fueguina ya se encuentra a la venta en las siguientes librerías:

ANTÍGONA LIBROS
Callao 737, Capital Federal

YENNY/ATENEO/TEMATIKA
Patagones 2463, Capital Federal
En este caso se lo puede conseguir también vía Internet, haciendo una búsqueda desde el sitio web de Tematika

CUSPIDE
Montes de Oca 1601, Capital Federal
Aquí también está disponible mediante Internet, en http://www.cuspide.com/isbn/9870800254

LIBRERIA DE LA CAMPANA
Av. 7 Nº 1288, La Plata (Pcia. Bs. As.)

LA BOUTIQUE DEL LIBRO
Libertador 1033, El Calafate (Pcia. Santa Cruz)

Además, por supuesto, de los locales de La Boutique en Ushuaia (San Martín 1129) y Río Grande (San Martín 114), y del de la Editorial de los Cuatro Vientos en el barrio porteño de San Telmo (Balcarce 1053, oficina 1).

Bueno, ya pasé el chivo, ahora no me queda más que someterme a las leyes del mercado (nobleza obliga...)

martes, noviembre 25, 2008

Prueba de vida


Habló, había testigos, lo registró la prensa. Ergo, el ministro de economía vive.

Quién dijo que todo está perdido...

lunes, noviembre 24, 2008

No en nombre de Keynes


El antecesor y vocero de la actual presidente nos ha advertido que ellos (el gobierno, claro) van a seguir siendo keynesianos.

La polémica acerca de Keynes y sus revolucionarios postulados es un clásico entre los economistas, y aún tiene plena vigencia pese a que ya pasaron más de setenta años desde la aparición de la más celebre obra de JMK, La Teoría General.

Por fuera de la academia, el eje del debate ha sido el grado de participación del gobierno en los asuntos económicos. Como suele suceder en otros órdenes de la vida y respecto de tantos temas polémicos, con el correr del tiempo las argumentaciones -a favor y en contra- han sido objeto de peligrosas simplificaciones, y la discusión, ardorosa por cierto, se ha desnaturalizado.

Ello, pese a que el mismo Keynes en la obra citada avisaba: "el propósito de nuestro análisis no es suministrar un mecanismo o un método de manipulación ciega que aporte una respuesta infalible, sino adquirir un método equipado y ordenado para pensar ciertos problemas (...) esa es la naturaleza del pensamiento económico". Quizá esto no fue tomado en cuenta no sólo por sus adversarios ortodoxos, sino también por los propios keynesianos.

Todo ello viene a cuento porque hace tiempo que el kirchnerismo ha pasado de la simplificación a la distorsión, y -lo que es grave- no sólo en el terreno del debate. Las políticas procíclicas -es decir, medidas fiscales expansivas cuando el ciclo económico está en una fase de auge- son cualquier cosa menos keynesianas, y eso Kirchner lo hizo con el desbocado aumento del gasto público cuando la coyuntura internacional (y los frutos de las inversiones de los tardíamente denostados noventas, por parte de los no menos vituperados productores agrícolas) favorecía el crecimiento a tasas chinas. Error que además le restó margen para maniobrar ahora, cuando se vino la noche.

Como tampoco aparecen en ningún escrito de Keynes ni de sus seguidores, recomendaciones para

  • manejar dineros públicos a través del ardid de los fondos fiduciarios, como en el caso Skanska, para ejecutar obras de infraestructura o decidir sobre los planes de inversión de las firmas privadas.
  • falsificar las estadísticas económicas oficiales.
  • presionar por cualquier vía (desde el abuso regulatorio hasta el apriete verbal y el piquete con palos y capuchas) a dueños de empresas, con el fin de influir en su política comercial o para inducirlos a vender todo o una parte de su capital a empresarios afines al oficialismo.
  • confiscar los ahorros de los trabajadores en el sistema previsional, y convertir sus aportes en meros pagos impositivos.

Por todo esto y bastante más, sería mejor que el casi siempre exaltado vocero oficial deje en paz la memoria de aquel hombre de fina sensibilidad y aguda inteligencia, amigo de Bertrand Russell y Virginia Woolf, que un día escribió: "No abrigo la esperanza de tener razón. Abrigo la esperanza de progresar".

Link: ver un buen comentario sobre el keynesianismo redactado por Elemaco.

(La imagen es un retrato del joven Keynes, firmado por Gwen Raverat)

domingo, noviembre 23, 2008

Un Astor rioplatense

Los argentinos solemos utilizar con excesiva frecuencia el término "rioplatense" para apropiarnos en forma injustificada, aunque sea en parte, de méritos de uruguayos. Por ejemplo, apenas un equipo de fútbol de ese país alcanza un logro internacional, aparecen nuestros diarios alabando el gran triunfo rioplatense. Y así.

Desde la otra orilla del río color de león quizá se hayan vengado de esa transgresión nuestra, afirmando que Carlos Gardel, nada menos, era uruguayo. Si así fuera, es posible que lo tengamos merecido.

En este domingo, y en mi carácter de admirador de tantos uruguayos que con sus aportes enriquecieron a nuestro país en campos como la música, la literatura, el periodismo, la plástica y los deportes (estoy pensando en Zitarrosa, Benedetti, Víctor Hugo Morales, Julio Sosa, El Veco, Sábat, Horacio Ferrer, Francéscoli y tantos otros) dejo en P & M a manera de homenaje un video de un guitarrista y arreglador de esa nacionalidad, Agustín Carlevaro (1912-1995), interpretando "Adiós Nonino".

Dicen que cuando Astor lo escuchó, declaró que era el mejor arreglo que conocía de esa pieza, incluyendo los propios... Además, Carlevaro intercala en esta interpretación -cuya calidad de sonido deja que desear, aviso- algunas explicaciones muy interesantes.



viernes, noviembre 21, 2008

Todas las mañanas lo mismo...


Él lo reveló, sin sonrojarse. Ella le dice la misma frase, todas las mañanas.

¡Qué aburridas deben ser las noches para ambos!

jueves, noviembre 20, 2008

Patrones (de consumo)


Venezuela tiene un funcionario-espejo de nuestro inefable Guillermo Moreno, aunque con un título más pomposo: Presidente del Instituto para la Defensa a las Personas en el Acceso a Bienes y Servicios.

Este señor, que se llama Eduardo Samán, ha declarado -según da cuenta el diario El Universal- que "debe construirse una nueva doctrina de cómo será el comportamiento de los venezolanos ante el consumo, la cual debe estar orientada a cubrir las necesidades básicas de la población y no a la satisfacción de los deseos, originados por factores externos provenientes del capitalismo".

Más adelante expresa que el Estado bolivariano inculcará, mediante la educación, los patrones correctos de consumo, que supongo serán revolucionarios y socialistas. Y presumo otra cosa: además serán austeros...

En la Argentina, país donde también al gobierno le encanta inculcar a sus ciudadanos lo que deben consumir, intentamos recientemente algo parecido, pero no funcionó.

Links:


lunes, noviembre 17, 2008

Sorprendeme


Héctor Recalde es diputado nacional. No importa a qué provincia representa y cuál fue la lista peronista de la que formó parte, porque esas no son sus referencias: él está ahí por la CGT o -más precisamente- por el jefe de la misma, Hugo Moyano.

Pero además de eso, Recalde es abogado, especializado en derecho laboral. Su trayectoria es extensa, y aunque reconoce que ha tenido "menos éxito que los miembros de la Corte (Suprema de Justicia)", se reivindica como un estudioso de esos temas.

Hoy ha hecho unas declaraciones acerca del reciente fallo de la Corte que parece poner fin a la matriz sindicato único-columna vertebral del peronismo, diseñada por el General hace unos sesenta años. Se infiere de ellas no sólo que la cuestión le molesta, sino que en su carácter de hombre del derecho está introduciendo una interpretación de la división de poderes que quizá haya inquietado en su tumba al mismísimo Carlos de Secondat, barón de Montesquieu.

En efecto, Recalde dijo: "Este fallo sorprendió, los protagonistas pensaban que este expediente estaba terminado porque se había rechazado el recurso extraordinario y además este asunto estuvo circulando tres años en la Corte". Y remató afirmando que si la Corte llegara a sacar otro fallo que sorprenda al sindicalismo, ellos (se supone que los diputados) pueden sorprender con un pedido de juicio político.

La afirmación-amenaza implica pretender que el máximo organismo del Poder Judicial avise (¿a la Cámara de Diputados o a Moyano?: don Héctor no lo aclara) sobre los fallos en los que está trabajando o que se apresta a dictar. Le faltó citar a su odiado Carlos Menem, cuando decía con cinismo "el que avisa no es traidor".

Estas declaraciones son otra muestra (y van...) de la penosa degradación institucional que caracteriza a nuestro país. Porque, además, la frescura de Recalde al lanzar esta especie de "no lo vuelvan a hacer", insta a pensar que quizá en otros casos, hubo aviso.

Link: declaraciones de Héctor Recalde reproducidas en Perfil.com

domingo, noviembre 16, 2008

Un escualo en domingo

Los músicos que Astor Piazzolla seleccionaba para integrar sus conjuntos tenían una obvia condición común: un gran talento. Basta citar como ejemplos a unos pocos miembros de sus dos primeros grupos, que formó en 1957, la Orquesta de Cuerdas y el Octeto Buenos Aires: José Carli, Leopoldo Federico, Atilio Stampone, Horacio Malvicino, Enrique M. Francini y José Bragato, entre otros.

Fernando Suárez Paz, el violinista de la última formación del Quinteto Tango Nuevo (de 1978 a 1988) se formó en la Orquesta Sinfónica Nacional y tocó durante 17 años en la Filarmónica de Buenos Aires. Integró grandes orquestas típicas, como las de Troilo, Salgán, Mores y Stampone, entre otras agrupaciones.

Astor apreciaba de modo muy especial sus cualidades. A la vuelta de una agotadora gira por Europa con el Quinteto, Piazzolla viajó enseguida a New York invitado a hacer unas presentaciones con un grupo local. Un par de días más tarde telefoneó a Suárez Paz, que descansaba en Buenos Aires: "Tenés que venir urgente. El violinista es un tronco".

Tanto lo admiraba que compuso un tema para él, "Escualo" (a Astor le gustaba pescar tiburones) que se caracteriza por su dificultad acentuada por los constantes cambios de ritmo. Ya había escrito piezas para otros músicos suyos, como los contrabajistas Kicho Díaz y Héctor Console.

P & M trae hoy al Quinteto con el "Negro" Suárez Paz en el violín, tocando Escualo en un local porteño denominado "Shams", que estaba en Federico Lacroze casi esquina Cabildo. La grabación es de 1985, y muestra la "roña" de las actuaciones en vivo que el maestro prefería a las interpretaciones en estudios. Se lo ve allí, vistiendo de sport muy informal, suelto y de buen talante, disfrutando auténticamente del momento.



martes, noviembre 11, 2008

Vamos por más


Que la confiscación de los fondos del sistema de capitalización no tiene una motivación "de caja" me parece que ya no lo cree ni el propio Boudou o Bubú o Bidú o como se llame. Encima, las cosas ya no son como eran: hasta el venerado Stiglitz, que parecía ser un tipo del palo, critica al matrimonio presidencial.

Que a pesar del manotazo la posibilidad de un nuevo default no debe descartarse no es sólo una especulación de las usinas opositoras. Ahora hasta la prensa no destituyente (iba a escribir adicta u oficialista, pero me parecieron términos un tanto excesivos) la que juega con esa idea, subiendo la apuesta.

Dice en P/12 Miguel Teubal (economista, profesor de la UBA e investigador del Conicet) que en nuestro país existen dificultades para aplicar recetas keynesianas con que paliar la actual crisis, pero omite siquiera considerar si ello se debe a la aplicación de políticas procíclicas y al inusitado crecimiento del gasto público para apuntalar (con ayuda del contenido de ciertas valijas, parece ser) la campaña proselitista de 2007.

En lugar de eso, propone algo novedoso, tanto que a nadie se le ocurrió antes: no hay que pagar la deuda externa en los términos en que fue contraída o incluso negociada (por este mismo gobierno, agrego yo). Y termina su meduloso comentario con una frase de antología: "Además porque, como todos sabemos, es odiosa e ilegal".

Así que, muchachos, ya lo sabemos: si caemos en un nuevo default, será porque estamos en contra del odio (o a favor del amor, que viene a ser lo mismo) y por la legalidad.

Un médico por acá, please...

***

Upgrade: ergo, la deuda que pagamos "cash" al FMI era amorosa y legal. ¿Alguien tiene una aspirina?

Frasecitas


"Si permiten que la oligarquía regrese a la gobernación, a lo mejor voy a terminar sacando los tanques de la brigada blindada para defender al gobierno revolucionario y para defender al pueblo". Hugo Chávez, Presidente bolivariano de Venezuela, dirigiéndose al pueblo del Estado de Carabobo durante la campaña electoral en curso.



"(...) la señal que recibimos quienes vivimos y operamos en nuestro país es que si el Poder Ejecutivo llegara a necesitar el velador que tenemos en el dormitorio de nuestra casa, ingresaría sin más en nuestro cuarto y se lo apropiaría, y encima intentaría convencernos de que lo hace por nuestro bien". Juan Carlos de Pablo, en la Revista Fortuna.

lunes, noviembre 10, 2008

Semana complicada


La semana pasada fue bastante dura para mí, y no sólo porque San Lorenzo perdió la ventaja de cinco puntos que llevaba en el torneo Apertura con el que la AFA clausura el año futbolístico.

El gobierno nacional logró la aprobación en Diputados de su proyecto de ley para la confiscación de los fondos de los aportantes al sistema jubilatorio de capitalización. No es que ello no resultara esperable, puesto que en dicha cámara también había logrado avanzar la ley sobre retenciones al agro luego bloqueada en el Senado. Lo desalentador del hecho fue el pobre desempeño de la oposición, que en ningún momento logró plantear el debate en torno a los dos ejes, a mi humilde modo de ver, que debían ser centrales: uno, que el proyecto oficial no estaba respaldado por un análisis basado en estudios demográficos y proyecciones actuariales, y dos, la cuestión nada menor del avasallamiento al derecho de propiedad, y sus consecuencias sobre la calidad institucional y las perspectivas macroeconómicas. Para no hablar de la conversión de los aportes, que de ser un ahorro pasarán a constituir un impuesto, ni del desprecio por la voluntad de quienes optaron por no pasarse al sistema de reparto cuando el gobierno abrió esa opción el año pasado.

Además, supuestos opositores como María América González, Claudio Lozano y los ex aristas del SI liderados por Macaluse (entre los cuales se encuentran los diputados fueguinos que aquí aún dicen pertenecer al ARI), acompañaron la inciativa desde un enfoque ideológico, sesgo que también por momentos involucró a los radicales, aunque estos últimos no llegaron al extremo de aquellos. No es que el debate ideológico sea criticable, sino que en este caso -como en tantos otros planteados por el kirchnerato, empezando por la ya olvidada entelequia de la transversalidad- llevar las cosas a ese campo no fue más que hacerle el juego al oficialismo, y cada uno de nosotros deberá concluir si lo jugaron por ingenuos o por pícaros. Prueba elocuente de que la ideología no preocupa al gobierno es que encumbrados funcionarios gubernamentales actuales, como el secretario general Oscar Parrilli, fueron fervorosos defensores del sistema de capitalización en los debates parlamentarios de 1993.

En medio de esos devaneos, semioculto bajo las esquirlas de los epítetos cruzados por dos señoras diputadas, se produjo el recorte a las facultades de la Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas, que por obra de una resolución del Procurador General ha quedado reducida a una dependencia dedicada a sumariar a empleados de carrera, no a los políticos. Estamos hablando del organismo que investiga el caso Skanska, las manipulaciones de estadísticas de precios en el INDEC y las denuncias por supuestos pagos de sobreprecios contra el secretario de Transporte.

Cuando uno llega a cierta edad, cree que su capacidad de asombro está colmada. Sin embargo, la Argentina se encarga de advertirle, una y otra vez, que ese límite puede extenderse ad infintum.

Menos mal que ayer ganó San Lorenzo...

(Nota: la imagen, que pertenece al diario Clarín, es del Dr. Esteban Righi, Procurador General de la Nación. Quise recordar aquí su cara.)

viernes, noviembre 07, 2008

Avance


Cuando el pueblo de la por entonces República Democrática de Alemania -es decir, la comunista- derribó el muro de Berlín (me gusta decirlo de esta manera, con cierta precisión, ya que la más frecuente expresión "Cuando se derrumbó el muro" suena como si hubiera caído por defectos constructivos o debido a una catástrofe natural) tardé un poco en darme cuenta de la magnitud del hecho. Estupor es la palabra que mejor describe mi estado de ánimo de entonces.

Para los de mi generación (ver mi perfil) la división del mundo en dos polos de poder, simbolizada por ese amasijo de ladrillos y alambre de púa que partía en dos a la hermosa capital germana, era un parámetro, un dato inmodificable de la realidad sociopolítica, algo que no iba a variar jamás. Al Este de esa barrera estaba el formidable imperio soviético, imperturbable y orgulloso; al Oeste, el imperio estadounidense, no menos arrogante. El Tercer Mundo era un conglomerado heterogéneo de paisitos sobrepoblados y pauperizados, en el que se destacaba -más como amenaza que como realidad- la China misteriosa.

Sin embargo, la pueblada alemana tuvo continuidad en los demás regímenes comunistas de Europa, en un proceso que culminó un par de años más tarde nada menos que con la disolución de la URSS. In-cre-í-ble, repito, para las chicas y muchachos de mi edad...

Me acordaba de ello esta semana, porque el triunfo de un político de raza negra en una elección presidencial estadounidense era para nosotros algo tan impensable como la implosión soviética. Tratándose de un país donde el racismo alcanzó niveles insólitos -teniendo en cuenta los avances institucionales, políticos y económicos de esa sociedad- nadie en su sano juicio hubiera considerado, hasta hace muy poco, esa posibilidad. Las aspiraciones de Jesse Jackson en 1984 y 1988 eran miradas con indulgencia, casi como una travesura infantil.

Desde ese punto de vista, el triunfo de Obama me parece que representa un avance, tanto para los EE. UU. como para el resto de la humanidad, sin olvidar que se trata del mismo pueblo que cuatro años atrás reelegía al oscuro personaje que en su primer mandato había dado sobradas muestras de incompetencia, mendacidad y estupidez, entre muchas otras cualidades. Lo que ocurra de aquí en más, será harina de otro costal.

miércoles, noviembre 05, 2008

Argentino hasta la médula


Aunque apenas un año y medio atrás estaba más muerto que vivo, con el hígado colapsado por una desmesurada ingesta alcohólica, a nadie sorprendió su designación como Director Técnico del seleccionado de fútbol. Es que en el mundo-Maradona todo, pero todo, es posible.

No sólo lo hemos visto hundirse en el Averno de los excesos hecho una piltrafa para resurgir casi enseguida una y otra vez, fresco como una lechuga. También alternó momentos de amor y odio con Menem o Duhalde, así como con Julio Grondona, hasta hoy mismo. Su picardía callejera es tan característica como la ingenuidad patética que lo lleva a permitir que su figura sea usada por personajes nefastos. ¿Cuánto subirá el cachet internacional de la selección con él en el banco, para satisfacción de la empresa World Eleven que comercializa los partidos amistosos del equipo?

No es posible ser optimista sobre el resultado de su próxima gestión, lamentablemente. Su inestabilidad emocional será su principal enemigo. Además, el entendimiento del juego y la capacidad para transmitir conceptos son condiciones necesarias pero no suficientes para una función que, para colmo, en el fútbol actual ha adquirido una dimensión desmesurada. Conducir un grupo, planificar el trabajo, encauzar los conflictos, son aspectos primordiales para un DT en la actualidad, y mucho más cuando en el plantel hay varias estrellas más propensas al hedonismo que al rigor.

El amor por la camiseta es un argumento a su favor. Un sentimiento que demostró de manera conmovedora siendo jugador, pero que quizá no sea totalmente compartido por más de uno de esos jóvenes adoradores de la play-station que habrá de dirigir.

De algo estoy seguro: esa Ave Fenix del deporte, ese chiquilín-grandulón caprichoso e inconstante, ese hombre capaz de concentrar las más brutales contradicciones, adorador de Fidel y Chávez pero funcionario de Menem, nos representa a los argentinos, cabalmente.

viernes, octubre 31, 2008

Operación Traviata, bonus track


En el Epílogo de su libro sobre el asesinato de Rucci, Ceferino Reato aclara que no adhiere a la llamada teoría de los dos demonios, la cual asigna responsabilidades compartidas por los trágicos sucesos de los años setenta a militares y guerrilleros. El argumento es conocido y plausible: la barbarie perpetrada por la dictadura utilizando recursos del Estado no es comparable con nada.

Sin embargo, la propia lectura de su obra induce a pensar el asunto desde otra óptica. En efecto, tal como ellos mismos se encargaron de afirmarlo en innumerables oportunidades (y Reato da cuenta de ello), los montoneros perseguían la toma del poder para llevar a la práctica una política similar a la que se estaba instrumentando en Cuba. Para alcanzar ese objetivo, esgrimían la lucha armada como un elemento central, siguiendo el ideario plasmado por su admirado Ché Guevara cuando en 1967 resumió su concepción de la justicia con estas contundentes frases: "El odio como factor de lucha; el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones del ser humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar”.

No hay motivos para creer que, una vez en el poder, aquellos jóvenes idealistas (en el sentido guevariano del término) habrían cambiado de metodología. Por el contrario, y ya que -al igual que a sus enemigos militares- las vidas y las libertades de los demás nada les importaban, se infiere que habrían seguido avanzando en su propósito de eliminar a sus opositores, valiéndose (con efectividad, frialdad y odio intransigente al enemigo) de los medios del Estado.

Es esta última una afirmación incomprobable. Pero estoy convencido de que fueron dos los demonios que nos sumieron en el infierno de aquellos terribles años.

miércoles, octubre 29, 2008

La contrarreforma, cap. 3


  • La historia

En términos de la historia económica, la configuración de lo que hoy llamamos la seguridad social o el estado de bienestar (esto es, un sistema gubernamental de jubilaciones, de servicios de salud y educación y de asistencia a desempleados) es un fenómeno bastante reciente, ya que data de mediados del Siglo XIX. En las sociedades primitivas, los problemas de la vejez y -en general- los derivados de la imposibilidad de trabajar eran afrontados mediante la conformación de familias numerosas, en las cuales los hijos iban asumiendo las funciones de los miembros mayores y de los afectados por alguna incapacidad. Luego, y durante muchos siglos, fue el turno de la caridad, ejercida por individuos o por organizaciones (como la Iglesia), en tanto que en el medioevo surgieron los sistemas mutualistas y de seguros.

Tal vez muchos se sorprenderían si supieran que el primer antecedente del estado de bienestar no fue instaurado por un luchador social, sino por un aristócrata nacionalista y monárquico, el alemán Otto von Bismarck (1815-1898), quien para colmo fue un enemigo acérrimo de los socialdemócratas que con el correr del tiempo adoptarían programas en esencia no demasiado diferentes al suyo. Paradojas de la vida.

Ya en el Siglo XX, después de la Segunda Guerra Mundial, estos mecanismos proliferaron en las naciones de la llamada Europa Occidental (mientras en la parte Oriental primaba el estatismo absoluto de tipo soviético) hasta alcanzar un desarrollo notable, al amparo de las políticas keynesianas que posibilitaron el firme resurgimiento de sus economías.

Sin embargo, y tal vez por aquello de "nada es para siempre", los sistemas empezaron a tener problemas debido a cuestiones tales como el envejecimiento de la población (proporciones cada vez mayores de viejos deben ser atendidos con los aportes de los trabajadores), surgidas en buena medida -otra paradoja- de los avances científicos en materia de salud. En particular, los planes jubilatorios, de reparto, comenzaron a ejercer por esta causa una fuerte presión sobre los presupuestos fiscales.

En Europa el asunto está lejos de haber sido resuelto aún. Cada tanto, algún intento por modificar el esquema -por ejemplo, procurando extender la edad de jubilación- genera rechazo social y severos conflictos. El problema es que tu haber jubilatorio actual no depende de cuántos años ni de qué montos has aportado, sino de los aportes que ingresan hoy al sistema.

  • La caricatura

En la Argentina, el sistema jubilatorio estatal, junto al problema del envejecimiento poblacional, padeció por una evasión estructural y por la utilización que la política hizo de sus fondos para financiar al fisco, hasta que ambos -fisco y sistema- colapsaron con estrépito a fines de los ochenta. La alternativa fue la reforma sancionada en 1994, que instituyó el sistema de capitalización.

La idea era superar las restricciones del régimen de reparto con un mecanismo en el que los fondos irían a cuentas individuales de los trabajadores, administradas por empresas privadas, las AFJP. Como efecto indirecto pero no por ello menos importante, se buscaba generar un mercado de capitales de largo plazo, apuntando a financiar planes de inversiones que sostuvieran el crecimiento económico.

El sistema tenía fallas de diseño -una de ellas, el desfinanciamiento estatal por la derivación de los aportes jubilatorios- que, por supuesto, se hubieran podido corregir (y en algunos casos, así se hizo). Pero sufrió especialmente por los problemas de la economía nacional desde fines de los años noventa. Las carteras de inversiones de las AFJP, en particular, resultaron muy castigadas por decisiones oficiales que no repararon en las consecuencias de largo plazo tratando de apagar los incendios.

En 2007, el gobierno abrió la puerta para que los afiliados a las AFJP que quisieran traspasarse al sistema de reparto, lo hicieran. Comprometió en ello una intensa campaña publicitaria, en la que se involucró el por entonces presidente de la Nación, aunque sin preocuparse en aclarar los motivos por los cuales denostaba al sistema que había apoyado en la década precedente. Pese a semejante despliegue, varios millones de afiliados -testigos de las penurias de sus padres como beneficiarios del sistema de reparto- optaron por quedarse en el de capitalización.

Pero esos votos no fueron suficientes. Con declamado paternalismo, el kirchnerato decidió protegerlos, y para ello se apresta a confiscar tanto el flujo de sus aportes como los activos que administran, sólo administran, las AFJP. Las consecuencias de la decisión, en un entorno de pánico determinado por la crisis internacional, están a la vista. Pocos días después de afirmar que el mundo ha vivido equivocado, la administración de Cristina Fernández parece no poder salir de la sorpresa que le causa lo que a nadie, fuera del gobierno, sorprende.

Del otro lado, la oposición no insufla espesor al debate. Pseudo-opositores del tipo de María América González o Claudio Lozano plantean divergencias, si se quiere, instrumentales, apresurándose a declarar sus coincidencias ideológicas con la estatización. Como si la ideología fuera lo que motiva al gobierno. Otros, como Lilita Carrió, claman contra un despojo, cuando en los noventa consideraban al sistema de capitalización una estafa.

¿Es una ingenuidad esperar a que alguna vez llegue el momento en que nada menos que el problema de cómo hacer que sobrevivan las personas que ya no pueden trabajar -que de eso se trata, no de ideologías- se discuta en nuestro país con el sano objetivo de encontrar paliativos? Mientras tanto y ante ese ejemplo ¿deberíamos sorprendernos al saber que unos jóvenes torturan a un matrimonio de jubilados para robarles unos pocos billetes?

¿Es fantasioso pensar que los gobernantes consideran que no existen para ellos límites de ninguna naturaleza? ¿Debe sorprendernos, entonces, que en las calles, en los reclamos sindicales, en las demandas de justicia, prime la prepotencia, la fuerza antes que la razón, en suma: la ley de la jungla?

Link: Economía del envejecimiento, en el EMVI.

martes, octubre 28, 2008

Una historia, dos finales


La noticia, pese a ser frecuente, no deja de resultar agobiadora. Siete jóvenes, de entre 18 y 26 años, involucrados en un trágico accidente de tránsito en Buenos Aires: tres muetros, dos heridos graves. Tengo hijos de esa edad, no puedo menos que pensar en ellos.

Los chicos viajaban muy rápido en un Renault Megane, a las cinco y pico de la mañana, por la avenida Santa Fé, y se estrellaron contra un contenedor (o "volquete") de una obra en construcción, que estaba depositado en la calzada junto a la acera, entre Laprida y Anchorena.

Es algo desolador. Las vidas de tres chicos tronchadas, las de otros dos al borde del abismo. Un comisario que declara que "ese volquete no tenía que estar ahí". Alguien que afirma que el volquete se desplazó diez metros a consecuencia del impacto. Testigos-acusadores que aseguran que en la zona hay varios contenedores estacionados como ese.

De pronto, pienso que -como en una película- el final de la historia podría haber sido distinto.

Quizá de esta manera:

Ramón avanza por Anchorena aferrado al manillar de su bicicleta. Son más de las cinco de la mañana y tiene que llegar a tiempo al bar del Abasto en el que se gana la vida. Más tarde va a acompañar a su mujer a la consulta del ginecólogo: lo más probable es que ella esté embarazada del hijo de ambos. Su primer hijo. El semáforo de Santa Fé está en verde, y Ramón se alza presuroso sobre los pedales, mientras imagina la carita de ese chango que está por venir. Quizá por eso, distraído, no alcanza a ver al Renault Megane que acomete contra él desde su derecha. Hay un chirrido de gomas, un ruido sordo, un grito: "¿Qué hiciste, boludo?" Ramón no lo escucha, no puede escuchar: está inmóvil sobre el asfalto, y de su boca emerge un hilo de sangre.

¿Cuál de los dos finales, el real o el imaginario, es el más triste?