jueves, diciembre 29, 2011

Lo que deja el 2011


De un modo quizá inevitable, en esta época uno hace un inventario y procura confeccionar un balance. Es conveniente para ello no repetir la práctica, frecuente en ciertos contadores (aunque son los menos, me apresuro a aclarar…), de amañar las cuentas para llegar a resultados agradables a la vista, ya que no a la conciencia.

Aquí van, entonces, los estados de algunas partidas al fin del 2011, según el humilde y leal saber y entender de P&M.

El mundo ya no es lo que era.

Los cimbronazos de la crisis que desde poco antes del 2008 se abate sobre los países más desarrollados, están lejos de haberse aplacado. Por el contrario, el tsunami financiero sigue haciendo trastabillar a la más poderosa economía del planeta, y hasta amenaza con llevarse puesto al sistema del euro.

La polémica sobre lo que resultaría más adecuado para empezar a revertir la preocupante situación también subsiste, dando a entender que la argentina  no es la única dirigencia que parece no alcanzar la estatura que exigen las circunstancias.

Por un lado, no se entiende con claridad de qué manera podría arreglarse un problema de sobreendeudamiento, mediante más deuda, tal lo que parece proponer el premiado estadounidense Paul Krugman a su presidente. En cuanto a Europa, son evidentes las tensiones entre los países-hormigas que pueden exhibir cierta solvencia fiscal combinada con una respetable competitividad (Alemania, claro, pero también algunos escandinavos que están en la UE aunque fuera del euro) y aquellos que, cual  cigarras de fábula, no han hecho previsiones para el invierno que ya llegó.  Pienso en Grecia, con su superpoblada e improductiva burocracia estatal y su sistema jubilatorio cuasi-fueguino, así como en España, en la que “irse al paro” (subsidio al desempleo) se había convertido casi en un deporte para amplias franjas de la población. También pienso en Italia y, en general, en el estado de bienestar europeo que cruje lastimosamente...

En todo caso, uno podría pensar que en la mayoría de los casos mencionados, los gobiernos se gastaron antes de tiempo las herramientas que podrían haber constituido una batería de políticas anticíclicas en un escenario recesivo como el actual. Sin embargo, hay otros factores que juegan.

Por ejemplo, se está asignando una importancia sustancial a la perdurabilidad de muchos –demasiados- bancos que, a todas luces, no han sido prudentes a la hora de administrar inversiones y carteras de créditos, en lo que constituye, sin dudas,  un reflejo del esquema de poder vigente. Sin embargo, creo que los que defienden esta tendencia harían bien en reconsiderarla, ya que lo que ha ocurrido en algunos países árabes por motivos políticos, podría repetirse en Europa por razones económicas. Dicho de otro modo: si el CEO de una entidad financiera prefirió apostar a los beneficios de una timba de alto riesgo, olvidando las viejas y probadas reglas de la sana práctica bancaria,  lo razonable sería que tanto él como la institución que dirige afronten las consecuencias de su error. No son ellos quienes deberían ser sujetos de salvatajes, si es que se concretan

Entre tanto, algunas cosas están sucediendo. La imagen de Obama se ha deteriorado a ojos vista, mientras que el casi grotesco liderazgo de Berlusconi en Italia y la incompetencia de Rodríguez Zapatero en España han debido ceder espacio. Hasta Putin, el frío ex apparatchik ruso que parecía tener bien aceitado un mecanismo para perpetuarse en el poder, siente que el hielo se derrite a sus pies. Ergo, las perspectivas no pueden ser más inciertas.

Mientras China acusa algunos indicios que condicionarían, al menos, su ritmo de crecimiento (con lo que ello implica, en tanto se trata de la locomotora de la economía mundial) y Brasil se abre paso a codazos entre los miembros del G-7, el final de esta novela está abierto.
 
Sintonía fina, patria o dependencia, guarda con lo que vas a  hacer.


El contundente triunfo del Frente para la Victoria en las elecciones de octubre, ha sido seguido por algunas medidas llamativas por parte del gobierno nacional. La idea subyacente, en el plano económico, parece ser la de curarse en salud ante las amenazas provenientes del escenario global recesivo; el problema es que hay poco margen para políticas anticíclicas, debido al irresponsable manejo del gasto público de los últimos ocho años. De todos modos, los primeros atisbos de ajuste se llevaron a cabo con las características que han conformado un paradigma distintivo de esta administración, como son la recurrencia a despreciar u olvidar el análisis estratégico, la falta de pruritos técnicos e institucionales y la obsesión por el relato. Ellos dirán, quizá con razón, que hasta ahora les ha ido bien actuando de este modo, por lo que no existirían motivos para cambiar.

Así, los recortes de subsidios son presentados como ejemplos de “sintonía fina”, mientras que el control de cambios y las restricciones a la importación se relatan como actos de patriotismo que han derrotado a las “corpo” destituyentes. En cuanto a  las creativas estadísticas oficiales, el gobierno ya ni se preocupa en defenderlas. Sobre esa plataforma está plantado, con mayor firmeza que nunca antes, el poderoso Guillermo Moreno, aquí y ahora identificado como máximo e inapelable artífice del proceso de decisiones económicas oficiales (denominarlo "política económica" sería una indulgencia excesiva). Los ministros del área casi no han podido festejar su designación o confirmación, ya que en lo inmediato han pasado a revestir el carácter de invisibles.


El juego de intercambio de amenazas con Hugo Moyano es, sólo por ahora, una incógnita. El papel de la organización paragubernamental La Cámpora, tanto en el frente sindical como en la relación con los gobernadores (empezando por Scioli) será otro elemento a observar con atención.


El dato de último momento, por cierto importantísimo, es el de la enfermedad de la Presidenta, cuyas implicancias políticas permiten comprobar la realidad institucional del país. En efecto, y haciendo una enfática salvedad respecto de la deseable pronta recuperación de la salud de la Sra. de Kirchner, la diferencia de estatura entre ella y su vice es tal que nadie se atreve, siquiera, a imaginar lo que ocurriría en caso que el reemplazo deba prolongarse por más tiempo que el previsto. Por otro lado, hay que apuntar que la propia CFK abonó esta sensación, cuando advirtió a Boudou con la prontamente célebre frase "Guarda con lo que vas a hacer. Va en bromita y en serio".


E la nave va.

En Tierra del Fuego, como en muchas otras provincias, los candidatos basaron sus campañas proselitistas en el esfuerzo por mostrarse como más cristinistas que los demás.  En el camino quedó el candidato a vicegobernador que representaba a la Cámpora en la fórmula encabezada por Rosana Bertone, mientras que la gobernador Fabiana Ríos conseguía la reelección, quizá por haber logrado pagar los sueldos de los empleados públicos pese a las dificultades notorias de financiamiento.

Finalizando el año, el gobierno central ha prorrogado los servicios de las deudas de las provincias hasta 2014, en lo que aparenta ser la pretensión de inducir a sus autoridades a ordenar sus cuentas. Al mismo tiemp, en Río Negro, el gobernador Carlos Soria puso a 20.000 empleados públicos en disponibilidad y anunció un ajuste fiscal. Algo parecido está intentando el gobernador santacruceño Daniel Peralta, mediante un programa de ajuste que incluye al sistema jubilatorio y que ha despertado la vehemente reacción de los sectores afectados. Otro ingrediente es la aparente toma de distancia del kirchnerismo respecto de Peralta, lo que se manifestó con la falta de apoyo a su proyecto por parte de los legisladores que responden a la Cámpora.

Son datos a tener en cuenta, sin duda. Sin embargo,  Ríos no ha hecho otro comentario que el de aplaudir y agradecer la refinanciación. Aunque las (graves) dificultades de la tesorería y del sistema jubilatorio provincial siguen allí, la nave continuará su derrotero, ya veremos en dirección a qué puerto. Entre tanto, las empresas de turismo sienten la disminución de la demanda externa inducida por la crisis del hemisferio norte, y la industria reza para que el consumo no cambie de tendencia.

Muchas dudas, ninguna certeza.

sábado, diciembre 24, 2011

jueves, diciembre 22, 2011

No se olviden de Brecht



"Primero se llevaron a los judíos,
pero como yo no era judío, no me importó.
Despues se llevaron a los comunistas,
pero como yo no era comunista, tampoco me importó.
Luego se llevaron a los obreros,
pero como yo no era obrero, tampoco me importó.
Más tarde se llevaron a los intelectuales,
pero como yo no era intelectual, tampoco me importó.
Después siguieron con los curas,
pero como yo no era cura, tampoco me importó.
Ahora vienen por mi, pero es demasiado tarde."
Bertolt Brecht.

En forma inexorable, el gobierno nacional avanza con una serie de medidas que deberían preocupar a la sociedad, sin que ésta -concentrada, según parece, en los festejos de fin de año- aparente reaccionar.

Disipada la polvareda de la intensa pirotecnia verbal intercambiada por CFK con el (¿ex aliado? ¿ex compañero?) líder de la CGT Hugo Moyano, y en medio de los chispazos (por ahora, son sólo eso, pero hay llamas detrás) en la relación con el gobernador Scioli, la mayoría automática del oficialismo en el Congreso ha sancionado en trámite sumarísimo varias leyes significativas. De tal modo, dispone ahora de un instrumento legal -si además es constitucional, está por verse-  para regular la oferta de papel para diarios, así como de una ley antiterrorista que un funcionario anunció como una herramienta contra los "golpes de mercado" que también podría alcanzar a los medios de difusión. En paralelo, un juez de Mendoza en el marco de un reclamo judicial de la AFIP a 23 firmas televisivas por pago de impuestos, ordenó la intervención de Cablevisión, del Grupo Clarín (declarado por el propio gobierno como su principal enemigo), allanando su sede de Buenos Aires con un escuadrón de gendarmes, y omitiendo una acordada de la Suprema Corte de Justicia en contra de ese tipo de medidas hasta tanto se sustancie la cuestión de fondo en la causa.

Señalo que el conjunto de la sociedad no muestra preocupación por estos hechos, y supongo que esa actitud proviene de la indiferencia de quienes, no teniendo relación laboral con un diario ni acciones en una empresa de cable y no necesitando operar con divisas, siguen una lógica primaria y no se consideran afectados. Obvio: no han leído a Brecht o, si lo hicieron, ya lo olvidaron.

¿Habrán leído a Brecht los jóvenes que adhieren a este gobierno? No me refiero sólo a los incipientes funcionarios camporianos con que la presidenta ha superpoblado ministerios, secretarías, directorios de empresas -públicas y privadas- y medios de comunicación adictos.

Pienso también, en este caso,  en esa masa de votantes de 18 a 35 años de edad,  que ha comprado acríticamente el relato que propició la canonización política de Néstor Kirchner, no sólo olvidando sus buenas relaciones con funcionarios de la dictadura militar en la Santa Cruz de los setentas y su sobreactuado menemismo de los noventas (lo que incluye el el escandaloso manejo de los fondos provinciales a través de la banca internacional), sino -lo que es aún más grave- pasando por alto episodios no muy lejanos en el tiempo, como el de las valijas de Antonini Wilson, el de la compra de lotes fiscales a precio vil en El Calafate y las llamativas relaciones con empresarios como Cristóbal López, Lázaro Báez o Gerardo Ferreyra (Electroingeniería), por mencionar sólo tres casos. El producto de esa narración es un santo laico que a los ojos de estos chicos logró en vida el sincretismo del supuesto amor por los pobres con la concreta condición de multimillonario, algo nunca antes admitido por cualquier progresismo que se haya preciado de tal.

Tal vez se trate de la lógica militante. El término está muy de moda en el universo K. Los periodistas que adhieren al gobierno ejercen la profesión en carácter de militantes, así como lo hacen los economistas, los filósofos y los politólogos del arco oficialista. "Militar" es el verbo que conjugan con deleite. Un verbo que quien esto escribe no puede disociar del sustantivo, y que quizá permita explicar ese kirchnerismo a ultranza. Porque en la lógica militar, el disenso no existe, las órdenes se obedecen debidamente y el pensamiento crítico, a lo sumo, se reserva para la consulta -a veces inquietante- con la almohada.

miércoles, diciembre 14, 2011

La gestión transformadora de Ernesto Campos





La conmemoración de la gestión del gobernador Ernesto Campos, que se llevó a cabo la semana pasada en Ushuaia, fue a la vez un acto de justicia y una invitación a reflexionar sobre las posibilidades de una actividad como la política, hoy tan desprestigiada a los ojos de la ciudadanía.

Cuando el presidente Frondizi lo designó en el cargo,  Tierra del Fuego venía de transitar casi cuatro décadas de un estancamiento demográfico y económico sólo interrumpido por el empuje de los inmigrantes italianos que habían llegado en 1948 y 1949. El esfuerzo muchas veces lindante con el sacrificio extremo de los pioneros, de todos modos, no había sido suficiente para modificar las duras condiciones de vida  y la debilidad de una economía restringida apenas a la ganadería ovina, a un rudimentario comercio y a los servicios estatales, en su mayoría provistos por la Marina. Las dos localidades urbanas eran poco más que unas aldeas, mientras que en el ámbito rural, salvo en las grandes estancias de la zona norte, la situación mostraba rasgos de un atraso casi patético.

Sin embargo, la coyuntura ofreció a Campos una ventana de oportunidad que él no dudó en abrir. En efecto, el nuevo gobierno nacional había decidido librar lo que llamó “la batalla del petróleo”, procurando alcanzar el autoabastecimiento de esa fuente de energía mediante una política de adjudicación de contratos de prospección y explotación a empresas extranjeras. Esa actividad había comenzado en la isla en 1949 con la perforación por parte de YPF del “TF 1”, pero no alcanzó un desenvolvimiento significativo hasta que la decisión del gobierno frondizista de incorporar inversores externos posibilitó la instalación de la compañía “Tennessee” en Río Grande.

La explotación petrolera, en primera instancia, derivó en un interesante impulso  para el comercio regional. Asimismo, pronto comenzó a inyectar a las escuálidas arcas del Territorio el flujo de las regalías tributadas por las petroleras, lo que representó un profundo cambio para el esquema financiero del fisco fueguino. Hasta entonces, y dada la muy baja capacidad contributiva de la economía local, los gobernadores habían dependido de las partidas que, a las cansadas y en dosis homeopáticas, les asignaba el gobierno central.

De modo que Campos fue el primero que dispuso de un caudal de fondos relativamente importante sin depender de la benevolencia porteña. Puesto que conocía bien las necesidades de la región desde su época de marino en actividad, diseñó con rapidez un plan de obras públicas que comenzó a ejecutar al poco tiempo, orientado a resolver carencias de infraestructura sanitaria y escolar, a pavimentar calles y a ampliar la provisión de gas en Ushuaia y Río Grande, en la mayor parte de cuyos hogares todavía  se empleaba la leña para la calefacción y la cocción de alimentos. También apuntó a promover el turismo, habida cuenta de la baja perspectiva de contar con inversiones privadas en ese rubro: el primer hotel Albatros y las hosterías de Lapataia, el lago Escondido y la cabecera del Fagnano comenzaron a edificarse durante su gobierno.

El estímulo a la construcción provocó un eslabonamiento que benefició al comercio y el transporte, así como a una actividad maderera hasta entonces sólo incipiente: fue en esos años cuando crecieron los principales aserraderos de la zona.

Eficacia y eficiencia caracterizaron a la gestión. La primera quedó demostrada en la concreción de los proyectos, cosa que no fue fácil porque no obstante lo señalado, “Dios atendía en Buenos Aires”, con todo lo que ello implicaba. Por su parte, la transparencia que hoy recuerdan con afecto los antiguos pobladores, fue paralela a su eficiencia administrativa. Viendo los números del presupuesto de 1961, uno no puede evitar una sonrisa nostálgica al comprobar el equilibrio entre los ingresos y los egresos, así como que –algo  insólito para estos tiempos-  los gastos en sueldos no llegaban a representar siquiera el 9.5% de las erogaciones totales…

Por todo esto, no cabe duda de que la de Ernesto Campos fue una gestión transformadora, de aquellas, pocas por cierto, que no deberíamos olvidar.

(Publicado en la edición de El Diario del Fin del Mundo del 14-12-2011)

domingo, diciembre 04, 2011

Tristeza não tem fim: murió Sócrates

De tanto regodearse con el recuerdo de la formidable selección brasileña de 1970 (la de Pelé, Tostao, Rivellino, Jairzinho y Clodoaldo), uno comete la injusticia de olvidar a otro maravilloso equipo de ese origen: el que participó del Mundial de 1982, dirigido por Telé Santana.

La imprevisibilidad del fútbol es quizá uno de sus principales valores, o al menos el que lo torna tan atractivo. No siempre los mejores ganan, y en los Mundiales ello ha ocurrido varias veces. Por ejemplo, en 1954 y 1974, cuando los húngaros (de Albert y Puskas) y los holandeses (de Cruyff) perdieron respectivamente las finales ante las sólidas maquinarias de Alemania Federal.

Algo parecido pasó en 1982, pero aquel equipo brasileño ni siquiera llegó a semifinales, siendo eliminado en la segunda fase (tras dar cuenta, casi con facilidad, de la Argentina de Kempes y Maradona) por la Italia de Paolo Rossi, que sería  el campeón venciendo, al fin, a los alemanes. Sin embargo, la memoria siempre rescatará el maravilloso juego desplegado por aquellos artistas verdeamarillos: desde el marcador lateral Junior hasta el puntero Eder, pasando por los mediocampistas Sócrates, Falcao y Zico, verlos jugar era como escuchar a una maravillosa orquesta.

Flaco, alto y desgarbado, con más pinta de vendedor playero de artesanías que de jugador, Sócrates era el estratega del cuadro. Su muerte, ocurrida hoy en Sao Paulo, no puede menos que entristecer a quienes amamos el fútbol.

Para recordarlo con nostalgia,  en sus mejores momentos junto a sus compañeros de aquel "dream team", P & M deja aquí este video.



martes, noviembre 29, 2011

Algo menos


Ahora que el ajuste que jamás iba a llegar, inexorablemente ha llegado.

Ahora que el gobierno ha decidido recortar subsidios, estimulando a faranduleros como Marcelo Tinelli y Susana Giménez; gobernadores como Sergio Urribarri y José Alperovich; actores como Lito Cruz; periodistas militantes como Daniel Tognetti y Víctor Hugo Morales; y  periodistas independientes como Marcelo Zlotogwiazda y Gustavo Sylvestre (entre muchos, muchos otros) a ejercer el patriótico impulso de renunciar a los subsidios estatales (que tarde o temprano les iban a ser quitados) debido a proclamadas razones de una sensibilidad social  que recién se les ha despertado a instancias del oficialismo, tras ocho años de profundo e imperturbable letargo.

Ahora que el gobierno establece límites a las negociaciones sobre salarios entre empresarios y sindicatos.

Ahora que la hasta hace poco impecablemente gerenciada Aerolíneas Argentinas, orgullosa por incluir en sus menúes de a bordo -como lo señaló su presidente- platos para celíacos, ha decidido encarar una vigorosa revisión -a la baja- de sus destinos internacionales, por crudos motivos de mercado (léase, no seguir perdiendo plata con muchos de ellos).

Ahora que estas y otras cosas que son del dominio público están ocurriendo, apenas transcurrido mes y pico de las elecciones y restando doce días para la asunción por parte de CFK de su segundo mandato, me pregunto varias cosas.

Una de ellas, la principal: ¿qué hubiera ocurrido en el país en caso de haber ganado Binner, Alfonsín o Carrió, y a continuación el/la vencedor/a hubiera apenas insinuado una cualquiera de tales medidas? Y me contesto: muy posiblemente, estaría incubándose un nuevo estallido social, con epicentro en el conurbano bonaerense, ese sitio cuasimedieval donde los barones siguen y seguirán teniendo el control.

Sin embargo, comprendo que mi respuesta es una sentencia del todo incomprobable, así que mando las actuaciones a archivo...

lunes, octubre 31, 2011

El estudiante




Sostenida en los pilares de una magnífica dirección de actores y de la llamativa excelencia de todos los rubros técnicos, esta película ofrece una perspectiva interesantísima del ejercicio de la actividad política en la universidad pública.

Roque es un joven que llega a la Capital Federal desde un pueblito de provincia, tratando de empezar una carrera en la Universidad de Buenos Aires (la cual es reconocible, pese a que nunca se la nombra). Está bastante desorientado, aunque no tanto como para desaprovechar -mientras trata de insertarse de algún modo en la cuasi caótica comunidad universitaria-  las oportunidades para relacionarse con chicas. Pero poco a poco, y de la mano de una de sus conquistas (Paula, una joven docente, militante de una agrupación que participa del proceso electoral para la elección del Rector y sus consejeros) va ingresando en ese mundo en el que las convicciones teóricas deben pasar la prueba de la experimentación en la realidad. Claro que a medida que aumenta su compromiso con la praxis política, su rendimiento estudiantil va disminuyendo hasta casi desaparecer.

Una vez que empieza a recorrer el ripioso camino de la política, Roque no tarda en descubrir sus innatas habilidades para la negociación, y también su capacidad para dejar de lado ciertos escrúpulos. Esto es advertido también por Acevedo, un profesor con vasta trayectoria política que es el principal referente de la agrupación, y que ve en esas dotes de Roque un valioso insumo para su proyecto de alcanzar el rectorado. Comienza entonces una trama de alianzas y traiciones, contada con buen ritmo (lo que hace que el espectador no se dé cuenta de que el film dura casi dos horas), sin concesiones efectistas, alejada del lenguaje panfletario y -me gusta insistir en esto-  con buenísimas actuaciones de todos los miembros de un elenco sin estrellas. No hay parlamentos discursivos ni mensajes moralizantes; los protagonistas van accediendo poco a poco a territorios propios de lo que podríamos llamar "la política profesional", incurriendo muchas veces en las mismas conductas que desde el presumible idealismo juvenil se suelen criticar. No obstante, el director se permite -sólo al final-  una suerte de guiño esperanzador que no le queda nada mal a la película.

Para quien transitó las aulas de la U.B.A en los complejos años setenta, "El estudiante" le posibilita comprobar que las cosas no han cambiado mucho, desde el ruinoso estado de las edificaciones, con sus paredes descascaradas y el mobiliario semiderruido, hasta la retórica de los militantes, tanto arengando en las asambleas como interrumpiendo las clases con sus consignas inmutables. Quizá hay sólo dos diferencias con la universidad que este dinosaurio conoció hace cuarenta años: hoy no están los inquietantes "fierros" de aquél entonces, y en cambio muchos jóvenes conviven -como en otros ámbitos de la sociedad- con la droga, cosa antes muy rara.

Mi opinión es que se trata de una de las mejores películas argentinas de los últimos diez o doce años, a la altura de "El bonaerense", "El secreto de sus ojos", "Nueve reinas" y "Elsa y Fred", entre las que yo vi. Un peliculón, bah.

viernes, octubre 21, 2011

Elecciones



La candidata del peronismo kirchnerista nos dice que estamos en la gloria: sin inflación, blindados ante eventuales efectos de la crisis internacional, con el fenómeno de la pobreza en franco e irreversible retroceso y la producción en vigoroso y constante crecimiento. En síntesis, somos una nación exitosa, o mejor aún, quizá la única verdaderamente exitosa del mundo.

El candidato del Frente Amplio Progresista nos asegura que está preparado para gobernar y tiene el mejor equipo para ello. Como ejemplo, revela su receta para combatir la inflación: que los empresarios ganen menos y los trabajadores dejen de pedir aumentos de salarios.

El candidato del peronismo federal hizo hace algunos días su confesión de parte, al admitir que el peronismo federal es una bolsa de gatos.

El candidato radical (aliado a ciertos peronistas que -sólo por ahora y hasta el domingo- no son kirchneristas ni peronistas federales) nos ofrece apenas el parecido físico con su padre, algunos gritos a destiempo y casi nada más. Ya ni se atreve a asegurar que entrará segundo...

La candidata de la Coalición Cívica, que acierta con sus diagnósticos con la misma eficiencia con la que suele destruir todo lo que ella misma construye, se ofrece en conmovedora inmolación para que el resultado de la elección recaiga sólo sobre su figura.

La ya crónica carencia institucional, las evidencias de corrupción oficial, el crecimiento de la inseguridad y la falta de representatividad de lo que alguna vez fue un sistema de partidos políticos, no parecen inmutar a una sociedad hedonista que consume con fruición los productos televisivos de Tinelli y el Fútbol para todos, mientras intercambia mensajes de texto desde sus celulares.

Enhorabuena que podamos votar, pese al escepticismo de muchos. Quienes soportamos los largos períodos de gobiernos de facto, no deberíamos olvidarnos de esto; los más jóvenes no tendrían que perder de vista este valor  El resultado está cantado: como decíamos en agosto pasado, el electorado va a optar por el original antes que por las copias diluidas.

El futuro nos enfrentará con las consecuencias del cuadro de situación presente, y entonces será mejor que no busquemos responsables fuera de nosotros mismos.

jueves, septiembre 08, 2011

Tato y el ministro Barú budú budía



El neoprogresismo filokirchnerista (perdón por el abuso de neologismos) parece haber descubierto hace poco que Tato Bores -fallecido en 1996- no tuvo ante el gobierno del Proceso la actitud confrontativa que ellos hubieran esperado. En una reciente emisión del inefable engendro "6-7-8" pergeñado por Diego Gvirtz,  se editaron comentarios vertidos en otro programa televisivo del mismo productor,  "Duro de Domar"  por los periodistas Pablo Marchetti (uno de los directores de la revista "Barcelona") y Mariano Hamilton, azuzados por el conductor Daniel Tognetti,  en los que descalificaban al actor por su actuación en aquella época.  La edición de 6-7-8 fue aprovechada por el ministro Florencio Randazzo, en su nuevo rol de aprendiz de Aníbal Fernández, para incorporar unas paladas de materia excrementicia al pastiche.

Uno no se imagina  con facilidad qué acciones pudo haber desplegado el celebrado cómico para contribuir a que ese gobierno de asesinos detuviera su gestión criminal. Su hijo Alejandro esboza algunas en su respuesta a Randazzo publicada en Clarín. Por mi parte, arriesgo que la fantasía de estos tipos consiste en que Tato hubiera debido arengar a las masas  proletarias (que a la sazón sólo habrían estado aguardando una señal para iniciar la revolución), las cuales, empuñando metralletas y arrojando cócteles molotov, hubieran procedido a expulsar a los militares del poder. De haber actuado, Tato y otros hombres "que tenían una enorme responsabilidad",  de manera diferente en 1978, no hubiéramos sufrido la desaparición de tantos miles de personas, dijo -palabras más o menos- el revolucionario Randazzo, olvidando quizá agregar que asimismo se podrían haber recuperado las Malvinas y hasta hubiéramos triunfado en el Mundial de 1982.

Sin embargo, lo que ocurrió fue que Tato se estaba ganando la vida con su trabajo, como tantos millones de argentinos de entonces, entre ellos otros artistas populares, tales como Alberto Olmedo y Juan Carlos Altavista, por citar sólo a dos. (Digresión: se me ocurren otros casos de ciudadanos que trataban de hacer sólo su trabajo en aquellos tiempos cruentos, como  los abogados que ejercían la profesión, por ejemplo en el lejano sur patagónico, ejecutando a deudores fallidos).

Y lo hacía, Tato junto a sus libretistas, con un manejo tan sutil del humor y la ironía que conseguía burlar la censura de los militares. Aunque alguno de ellos algo debe haber intuido, porque en 1979 apareció una bomba -con el detonador desconectado-  en el palier del edificio donde el cómico vivía.  Es curioso, hoy el neoprogresismo parece tener la misma ramplona falta de perspicacia de aquellos militares para advertir la ironía en los monólogos del actor. De lo contrario, no se explica que el libelo editado contenga, como si fuera una prueba irrefutable de la infamia denunciada, un fragmento antológico de una supuesta conversación telefónica de Bores con Videla, en tiempos en que la junta militar estaba por designar a Viola como su sucesor, en el que el personaje responde al dictador: " Eso quiere decir que pronto vamos a elegir presidente. Ah, nosotros no... Quiere que le diga, muy bien pensado, porque cada vez que lo elegimos nosotros, no nos dura nada".

Aunque, analizándolo un poco más,  es comprensible que esta gente carezca de la sensibilidad necesaria para apreciar el humor político televisivo, ya que el género ha desaparecido de las pantallas hace tiempo. Les falta práctica.

En 1992, el programa de Tato sufrió la censura por un embate de la jueza María Servini de Cubría, quien trató de evitar una emisión en la que se la iba a mencionar con tono crítico. El cómico no se arredró y tras un tiempo, con mediación de la justicia incluída, logró que los contenidos finalmente se publicaran. Pero, entre tanto, un grupo de personalidades de las artes y el periodismo, le brindó un fuerte respaldo, grabando un video burlón donde no la llamaban por su nombre sino como "la jueza Barú buru badía".

Me parece oportuno recordarlo ahora, cuando otro personaje del poder se ensaña con él, porque aparecen allí algunas personas como Horacio Fontova, Víctor Heredia, Víctor Hugo Morales y Alejandro Dolina que en la actual circunstancia, siendo que el agravio está potenciado por la imposibilidad fáctica de que el agraviado ejerza la  defensa propia, no han salido nuevamente a respaldarlo. Como suele ocurrir en nuestro país, mismo problema, distinta vara.

(Gracias a Zeta y Luisito)

viernes, agosto 26, 2011

Músicos callejeros

La gran mayoría de los caminantes, prisionera de la urgencia ciudadana, pasa a su lado casi sin verlos o -lo que con seguridad es mucho peor para ellos- sin escucharlos. Pero están ahí, al rayo de un implacable sol de verano o soportando la gélida ventisca invernal, haciendo su música.

Yo suelo reservar unos minutos para prestarles atención. Hay algo en esa forma que tienen de brindar su arte que nunca me resulta indiferente, así que por más apuro que tenga, me gusta detenerme al menos  un ratito a disfrutar de lo que hacen.  Sentados en sus banquetas, vestidos por lo general de manera humilde, cuesta imaginarlos trajinando largas horas de estudio y ensayo; sin embargo, por lo general la calidad de la ejecución (no es frecuente encontrar chapuceros entre ellos) evidencia que han dedicado mucho tiempo y esfuerzo a prepararse. Mucho más, intuyo, que el  empleado por tantos "músicos" de cuarta que se pavonean en el mundo del espectáculo practicando ese tachín-tachín con que taladran nuestros oídos...

Así que me pareció pertinente que P & M hiciera una suerte de homenaje al músico callejero desconocido,  con un video que está maravillosamente editado. Es un hallazgo de mi amigo Frankye que tomé prestado de su blog. Espero que lo disfruten en el fin de semana.

lunes, agosto 22, 2011

Por la oscura región



si a subir pruebo en la difícil cumbre,
a cada paso espántame en la vida
ejemplos tristes de los que han caído.

Y sobre todo, fáltame la lumbre
de la esperanza con que andar solía
por la oscura región de vuestro olvido.
 

Garcilaso de la Vega (1501-1536)

En 1995 un presidente cuyo gobierno estaba sospechado y denunciado por numerosos actos de corrupción, iba por su reelección. Dos años antes, el ministro del Interior Gustavo Béliz (1)  había dado un sonoro portazo, tras denunciar que el presidente estaba "rodeado de corruptos". El 14 de mayo de aquel año, Menem ganó las elecciones en primera vuelta, con el 49,94% de los sufragios (2).

¿En qué momento la corrupción dejó de interesarnos? Quiero decir: de interesarnos realmente, no como el título más o menos rimbombante de una columna periodística que leemos con cara de "qué barbaridad" y pronto olvidamos.  No como un hecho considerado sólo un poco más escandalizante que el intercambio de epítetos entre figuritas televisivas a propósito de un affaire pseudoamoroso. De interesarnos como un elemento determinante de nuestra calidad de vida, en el más amplio sentido de esa expresión.

¿En qué momento adherimos de modo incondicional al lema "roban pero hacen"? ¿Cuándo empezamos a transitar por la oscura región del olvido de ciertos valores? Pienso con nostalgia en aquellos principios que quedaron definitivamente archivados en las amarillentas páginas de los libros de "educación democrática", extinta asignatura de una escuela secundaria que también dejó de existir hace tiempo.

No nos dimos cuenta, o hicimos de cuenta que no lo advertíamos. Poco a poco fuimos aceptando que aquellos remotos principios no eran más que rémoras de la democracia burguesa, meros formalismos impuestos por el demonizado neoliberalismo. Hoy la corrupción es a lo sumo un efecto colateral, un subproducto quizá no deseado o inevitable del proyecto de Él que Ella continúa y mejora, y -como tal-  sólo preocupa a los enemigos de la patria.

El espanto tampoco existe más.


(1) Béliz fue luego ministro de Justicia de Néstor Kirchner. También debió renunciar en 2004, tras deunciar irregularidades en el funcionamiento de los servicios de inteligencia del gobierno,  lo cual derivó en una causa penal en su contra que sólo hace pocas semanas se cerró con su absolución.
(2) En 2011, Menem tiene asegurada su reelección (y los fueros respectivos) como senador por La Rioja merced a su alianza con el kirchnerismo, lo cual lo mantendrá a cubierto de las causas penales en las que aparece imputado.  

martes, agosto 16, 2011

Son los incentivos, estúpido



El contundente triunfo de Cristina Fernández en las recientes elecciones primarias, con porcentajes y márgenes que ni el más optimista de sus partidarios y partidarias imaginaba, tiene para el autor de este blog una explicación más o menos sencilla. Esta afirmación no debería ser tomada como un oportunista "yo sabía", porque quien esto escribe tampoco imaginaba un resultado así, por lo que en estos días ha tratado de comprender la realidad sin caer en explicaciones fascistoides como las que gastan los Fito Páez o los Forster de este mundo. Aquí van mis modestas conclusiones

El modelo productivo de raíz diversificada no es productivo ni diversificado, sino un conjunto más o menos heterodoxo de acciones destinadas a estimular el consumo, antes y por encima de toda otra consideración. Para que fuera productivo debería hacer énfasis en la inversión, y para ser diversificado no debería depender casi exclusivamente de las exportaciones primarias como en las mejores épocas de la denostada "oligarquía", pero nada de eso ocurre.

Las clases medias se benefician por las consecuencias de la combinación de unas políticas monetaria y fiscal muy relajadas con la maraña de subsidios y controles de precios, mientras que para los estamentos de bajos ingresos (con amplias capas sumergidas en la economía no registrada y por debajo de la línea de la pobreza)  está el clientelismo disfrazado de "acción social". La prolongación en el tiempo de estos incentivos ha generado la sensación de que la economía está bien, lo cual no es irreal ni mucho menos: en el día a día, el ciudadano de a pie puede comprar despreocupadamente, mientras los escandaletes que aparecen en la tapa de los diarios -que la mayoría no lee-  se convierten apenas en un paisaje urbano de mero carácter decorativo. Lo que puede ocurrir el año próximo no influye en las decisiones de compra presentes, y después de todo, el resto del mundo, el de los ex países normales, no parece ser un ejemplo a seguir.

La oposición ha pecado de soberbia, eso está claro, a partir de los egos desmesurados de sus líderes. Los motivos por los cuales el autodenominado progresismo de Alfonsín, Binner y Carrió no ha logrado ofrecer a los votantes una opción consensuada de centroizquierda -que bien podría haberse dirimido en estas primarias- es materia de análisis para los politólogos. Pero su problema, me parece, va más allá de esa fragmentación y de ciertos dislates tácticos. Proviene, a mi modo de ver, del mensaje emitido a la sociedad, que puede sintetizarse como un "kirchnerismo de buenos modales".

Por el lado de un presunta y desacreditada centroderecha la cuestión ha sido parecida, agravada quizá por la decisión de Macri de concentrarse en su distrito. Así, la oferta del fragmentado arco conocido como "peronismo disidente", no pasaba de un poco creíble "kirchnerismo con menos corrupción". Entonces, puestos a elegir entre copias del modelo y el original, los votantes se volcaron a este último.

Con la reelección casi en el bolsillo (o, mejor dicho, en la cartera Louis Vuitton) el gobierno debería recordar aquel viejo dicho sobre las segundas partes, que se cumplió por ejemplo, en los segundos gobiernos de Roca, Perón y Menem. También podría relajarse un poco si aceptara que quizá sobreestimó el poder de la corpo mediática.

Vox populi, vox dei.

martes, julio 19, 2011

Cuatro años sin Boogie





 In memoriam
Roberto Fontanarrosa
26/11/1944 - 19/07/2007

miércoles, julio 13, 2011

Respuesta a Fito

Resulta cuando menos paradójico que un video editado en el programa  "6, 7, 8", que además recoge  declaraciones de un intelectual "del palo", para colmo dirigidas a un hombre del campo popular aunque díscolo, constituya una apropiada respuesta para la reciente nota  que Fito "Me da asco" Páez publicó en Página/12 momentos antes de -presumo-  mudarse a La Habana o Caracas.

En fin, como escribió un trovador panameño, la vida te da sorpresas.

 

domingo, julio 10, 2011

Bancando a Messi



Si hace un mes alguien nos hubiera dicho que íbamos a depender de un triunfo ante Costa Rica para pasar de la primera ronda en la Copa América, la reacción previsible hubiera sido una carcajada. Pero, justamente, la imprevisibilidad es la esencia del fútbol y lo que lo convierte en un espectáculo apasionante.

Así estamos los futboleros argentinos hoy: esperando con más temor que el que nos gustaría confesar, ese partido decisivo contra un rival que en otras circunstancias no nos preocuparía ni un poquito. Esperando no terminar todos como el Tano Pasman, machacando un angustiado "Estamos fuera de la Copa" con un nudo en el pecho.

Pero yo creo que si ocurre lo que menos deseamos y más tememos, la peor consecuencia de la derrota no sería la eliminación ni la defenestración de Batista (antes bien, esta última sería un beneficio colateral). Lo terrible, lo verdaderamente catastrófico sería que Messi, harto de tanta argentinidad al palo, jure no volver jamás a vestir la celeste y blanca, dedicándose por el resto de su carrera deportiva a disfrutar de la admiración y el agradecimiento popular que sus maravillosas condiciones generan en el resto del mundo.

Porque, como decía el personaje que en el memorable "Todo por dos pesos" jugaba Fabio Alberti, ¿qué nos pasa a los argentinos? ¿Estamos locos?

No cabe duda que esta selección argentina tiene, según apuntó un bloggero ingenioso, menos fútbol que la infancia de Borges. Que no devuelve con juego y/o resultados, ni en una  mínima proporción, el fervor desbordante de sus sufrientes hinchas. Que se desinfla a los veinte minutos de cada partido, como un noqueador que no consigue conectar su mano en los dos primeros rounds para ver, desconcertado, cómo el  rival poco a poco le va perdiendo el miedo y termina sopapeándolo.

Pero lo que me parece incomprensible es que el disgusto por esa realidad, se exprese centrando la crítica casi en forma exclusiva en la figura de Messi, con cuestionamientos que del plano futbolístico llegan hasta una supuesta falta de patriotismo (¿¿??) y otros disparates por el estilo (como la crítica porque no canta el himno). Le reclaman una supuesta falta de actitud al tipo que, multimillonario y mimado en Europa, viene aquí por ninguna otra cosa que la gloria, o el reconocimiento de los que él, a pesar de todo, reconoce como sus compatriotas.

Es cierto que el fútbol se analiza en clave emocional antes que por medio de la razón, pero muchos que silban e insultan a Messi en las tribunas, en los talleres y oficinas, en las mesas de café y en esas cloacas modernas que son los foros de Internet, idolatran a Riquelme, incapaz de ponerse al hombro al seleccionado de Pekerman y renunciante a la camiseta para evitarle disgustos a su madre. O a Tévez, quien (además de  fallar el remate que pudo liquidar el partido contra Alemania en 2006), en general en la selección ha aportado tan poco como Messi, amén de que hasta ahora en la Copa no ha hecho otra cosa que embarullar los avances y chocar contra los adversarios. Pero, es Carlitos, "el jugador del pueblo".

El fútbol es un juego de equipo y el rendimiento de los jugadores se va contagiando. Si el conjunto funciona, las individualidades encuentran el contexto para destacarse. No hablo del Barcelona multicampeón, lo que sería obvio. Me refiero, sin ir muy lejos, a la selección paraguaya que ayer vapuleó a Brasil, en la que un menos que discreto carrilero zurdo que pasó sin pena ni gloria por Newell's, Estigarribia, eludió cuantas veces quiso al mismísimo Dani Alves que la rompe cuando usa la blaugrana. Y un Aureliano Torres, que en el desorientado San Lorenzo de Ramón no pasó de la medianía, se bancó sin problemas al promocionado Neymar. Claro, Paraguay es un equipo ordenado, con lo que antiguamente llamábamos una línea de juego. Del otro lado, estuvo el ejemplo contrafáctico: Brasil fue apenas una suma de individualidades inconexas, en la que Alves no contó con socios que lo acompañaran y lo relevaran como en el Barça.

Zanetti es el capitán e ícono del multicampeón Internazionale, donde Cambiasso también brilla desde hace años. Mascherano se ganó en menos de un año la idolatría de la hinchada del Barcelona, que si de algo puede alardear es de su paladar negro. Lavezzi, en Nápoles, equivale a Gardel, Le Pera y los guitarristas. El Pipita Higuain y Di María son figuras en el Real Madrid. Los del Atlético aman sin condiciones al Kun Aguero. Ninguno de ellos, ni Messi,  "necesita" a la selección. Concluir que el equipo juega como juega porque no están comprometidos o no tienen "actitud" es insostenible.

La situación actual es lamentable, ante todo, porque una generación de jugadores de alto nivel, no ha contado -con Maradona como con Batista-  con una conducción competente. Grondona, entre sus muchos desatinos, ha cometido los de nombrar a sendos DT sin antecedentes, y así nos va.

Pero, se trata de fútbol. Mañana, todo puede cambiar.   

domingo, junio 19, 2011

Sesenta



Debo haber estado distraído.  Si no, no se explica.

Hace un rato estaba saliendo de mi escuela primaria en Caballito, para ir a tomar la leche a casa y hacer los deberes con el gordo Palino que vivía a una cuadra.

Te digo más: diez minutos después, volvíamos del Hipólito Vieytes con Emilio pensando en el partido que estamos por jugar este sábado. Y al rato, con Guillermo, Pîncha, Micka y Lito nos devanábamos los sesos en la esquina de Espinosa y Neuquén imaginando un lugar al que ir a tomar unas cervezas para pasar otra noche de sábado en blanco.

Eso ocurrió justo un momento antes de que yo entrara a la Facultad por la puerta de la avenida Córdoba, donde patrullaban sin mucho disimulo unos Falcon de color verde y sin patente. Adentro, una morocha  delgadita, peinada con melena y raya al medio, atraía irresitiblemente mi mirada con sus enormes ojos dulces. La ciencia económica se mezclaba en los pasillos con unos militantes fervorosos. A Alberto y a mí la realidad nos parecía difícil de entender, pero el Colorado nos proporcionaba una explicación en la cual queríamos creer. Por entonces, doña Rafa me arropaba en mi cuarto de la calle Fragata Sarmiento; don Miguel ya se había ido, sin tiempo de despedirse.

Un par de minutos más tarde, a la morocha y a mi la nieve de Ushuaia no nos resultaba tan fría como era de esperar. Es que Carlitos y Norma estaban ahí, ahora me doy cuenta de que era por eso. Después hubieron más amigos.

Parpadeamos y nacieron Laura y Esteban. Hace un ratito, nomás, los teníamos  en brazos a esos locos bajitos. Pero, volvimos a parpadear  y ya andaban por el mundo.

De nuevo te digo, seguro que me distraje. Porque me veo al espejo y, salvo por algunos pequeños detalles, por ciertas carencias y ciertos nuevos dolores, estoy igual que siempre.

Como si no cumpliera sesenta.

miércoles, abril 13, 2011

Vamos a volver

Una mezcla de impericia propia (los desatinos de los dirigentes y la apatía de los socios) con maniobras turbias de un gobierno de facto (las presiones que a partir de 1979 ejerció el intendente de la Capital Federal, Osvaldo Cacciatore) hizo que mi querido San Lorenzo de Almagro perdiera su estadio, el mítico "Gasómetro". Estaba ubicado en el corazón del barrio de Bodeo, en un predio que el club terminó enajenando a favor de una empresa fantasma y a cambio de un precio vil,  y que pocos años más tarde fue comprado por una cadena internacional de supermercados, a valor real. El supuesto "reordenamiento urbanístico" alegado por Cacciatore nunca se llevó a cabo; en cambio, alguien hizo un suculento negocio inmobiliario y el barrio se quedó sin su ícono máximo.

San Lorenzo descendió de categoría en 1981 pero al año siguiente la recuperó, tras ganar de punta a punta un torneo de ascenso en el que registró unas ventas de entradas superiores a las de cualquiera de los clubes de la primera división. Esto probaba el enorme arraigo popular de la entidad, pese a lo cual sus equipos debían deambular por canchas alquiladas.

La carencia fue saldada sólo en parte con la construcción del nuevo estadio en la zona del Bajo Flores: en realidad, los hinchas de San Lorenzo desparramados por el país y por el mundo sentimos el destierro como una espina clavada en el alma.

Ayer hubo una movilización de socios y simpatizantes ante la Legisatura porteña, apoyando un proyecto de ley para que se restituya al club aquella propiedad. Es una iniciativa que seguramente afrontará varios obstáculos, ya que habrá que contemplar muchos aspectos, tanto políticos como económicos. Pero pese a todas las dificultades, no parece algo imposible para un club que en su centenaria historia superó muchos momentos gravísimos y hasta construyó dos estadios.

Si alguna vez tengo la suerte de ver nuevamente al Ciclón en Boedo, sentiré que estoy en el viejo Gasómetro ingresando por la portada de la calle Inclán, para atravesar luego el patio bordeado por el natatorio y el salón San Martín, hasta pasar debajo de la tribuna y llegar al acceso a la platea alta, sector Lazzari. Entonces, como cuenta José Angel Trelles en el video que dejo al pie, la mano tibia de mi viejo me ayudará a trepar por los tablones, mientras un nudo nostalgioso irá invadiéndome el pecho.


lunes, marzo 28, 2011

Casualidad

Lo más probable es que haya sido una casualidad, considerada por algunos como feliz. El inédito bloqueo a la distribución del diario "Clarín" ocurrió apenas un par de días antes de que Hugo Chávez  fuera condecorado por la Universidad Nacional de La Plata por "su aporte a la comunicación popular, a la democracia y a la libertad de los pueblos".

Notable logro para un Presidente que además de cancelar la licencia de un canal de televisión, ha cerrado una treintena de diarios y practica el ejercicio casi cotidiano de descalificar y perseguir a todo aquel que osa emitir una opinión disidente.

Ante ello, resulta por lo menos llamativo el criterio de la tradicional casa de estudios, aunque hay que reconocer que lo suyo no es original, puesto que hace ya algunos años su homóloga de Buenos Aires adoró embelesada al anacrónico dictador cubano Fidel Castro.

Debe reconocerse, asimismo, que el desempeño de la Facultad de Periodismo platense no desentona con la situación de precariedad institucional puesta de manifiesto una vez más en el episodio sufrido por el matutino porteño, el de mayor circulación en la Argentina.  Por cierto, la situación patentiza el concepto que predomina en un segmento peligrosamente numeroso de nuestra población, que consiste en considerar al funcionamiento de los mecanismos republicanos y a los preceptos constitucionales como meras "formalidades" que por lo tanto serían prescindibles en función de los "intereses populares", cuya defensa el kirchnerato encarnaría en un doble carácter, fundacional y monopólico.

En ese grupo social hay muchos jóvenes que, por no haber vivido ni estudiado con alguna profundidad la época, no perciben la similitud con las consignas de la guerrilla setentista contra la "democracia burguesa" que sus dirigentes y militantes despreciaban  de manera explícita.

No es el caso de Fernando "Pino" Solanas, quien ha salido a criticar al gobierno por su pasividad ante la violación flagrante del Art. 14 de la Constitución, en una defensa de la libertad de expresión que lo enaltece. Es de esperar que aproveche el viaje de su amigo Chávez para recordarle la importancia de ese valor republicano.

domingo, marzo 27, 2011

El (horrible) fútbol nuestro de cada día



Cualquier veterano más o menos futbolero admite que el nivel de los espectáculos que hoy se pueden apreciar en el ámbito local es, por decir lo menos, flojo. No sólo es bastante difícil ver en nuestras canchas de primera división una sucesión de jugadas hilvanadas, sino que hasta cuesta encontrar jugadores capaces de dar un pase a un compañero situado a cinco metros de distancia con una mínima eficacia. Todo se desarrolla en clave de lucha, con dientes apretados, violencia (real y simulada) a discreción y mucha irregularidad.

Es posible que el sistema de torneos cortos sea responsable en buena medida de esa especie de histeria hipercombativa que ha desalojado casi por completo de las canchas argentas al buen trato de pelota. Además, hay superabundancia de explicaciones emparentadas con la sociología y/o la psicología social, a las que este post lejos está de pretender sumarse. En cambio, intentaré aquí una argumentación relacionada con la materia prima del espectáculo, esos privilegiados "players" (Coco Basile dixit) que cada fin de semana nos brindan clases magistrales de teatro en dosis inusitadamente más pequeñas que las de jugadas agradables.

Generalizando (y recordando que, como dijo alguien,"toda generalización es injusta, incluyendo la presente"), se puede discriminar a la masa de jugadores que actúa en nuestras canchas de la siguiente manera:

  • Un grupete de juveniles de entre 18 y 22 años, más o menos bien dotados para este juego, que han llegado a primera para ocupar las vacantes dejadas por quienes consiguieron ser transferidos al exterior, saga que por supuesto aspiran a repetir. Es posible que en las divisiones inferiores (que ya no son los "semilleros" de antes sino un mercado semisalvaje en el que pululan cazadores de talentos y empresarios de toda laya interactuando con padres desesperados por "salvarse" gracias a sus hijos) no hayan adquirido conceptos elementales del juego, pero de un modo u otro llegan entreverarse en la categoría superior. Una vez lanzados al ruedo, la marea mediática los envolverá pidiéndoles opiniones como si a tan tierna edad pudieran ser expertos en algo más que mensajear con sus celulares, y ellos creerán que, en efecto, lo saben casi todo. Ejercen,  se diría, el dulce pecado de juventud.
  • Un segmento de veteranos de 29/30 años y más, que han vuelto de Europa, México o Ucrania, a gastar sus últimos cartuchos en el lugar de origen. Son tipos que a sus buenas condiciones han agregado una trayectoria en medios muy competitivos que los obligó a un salto de calidad, por lo que no les cuesta demasiado destacarse aquí. No obstante, las huellas de una campaña extensa y dura se empiezan a manifestar en muchos de ellos, que no siempre encuentran respaldo físico para mantener sus rendimientos.
  • Y un tercer grupo de jugadores de entre 23 y 29 años y nivel competitivo medio (sería injusto o demasiado duro tildarlos de mediocres, aunque me siento tentado a ello), que no han podido jugar en el exterior y casi con seguridad nunca conseguirán hacerlo (al menos, en ligas de cierto nivel de exigencia). Entre ellos, es cierto, hay unos pocos talentos que no emigraron por diversas circunstancias, pero la característica del grupo es la medianía.

Como resulta obvio, no juegan en la Argentina los profesionales de mayor calidad, con quienes se nutre la selección nacional, cuyas habilidades son las que posicionan a nuestro país como una potencia internacional, por más que en las últimas dos décadas no hayamos logrado confirmar dicha calificación en los podios de los torneos mundiales.

La conclusión es que esa sumatoria de imberbes ensoberbecidos, viejos guerreros heridos  y rústicos picapedreros no puede menos que entregar los semibochornosos espectáculos de hoy, a los que nos hemos debido acostumbrar. Comparar un partido entre dos de los mejores equipos locales (un Estudiantes-Vélez, digamos) con, por ejemplo, el Inter-Bayern Munich de días pasados es imposible: aunque se los denomine con la misma palabra, los deportes que juegan unos y otros son muy distintos.

Así que, estimados lectores de P & M que comparten el gusto por el fóbal con quien esto escribe, no hay más remedio que amoldarse a los tiempos que corren (u olvidarse de este jueguito). Es posible, sólo posible, que el domingo entrante Mengano, Zutanez y Fulanelli -a la sazón vistiendo la misma camiseta-  consigan pasarse la pelota entre ellos sin equivocaciones, pero habrá que estar alertas porque en caso de ocurrir, el milagro sólo se producirá una vez en los noventa y pico de minutos que durará la contienda. El resto del tiempo transcurrirá entre kicks a cargar de pura raigambre rugbística, rechazos a cualquier parte, agarrones semiocultos, patadas explícitas, algún escupitajo y sobreactuadas caídas al piso, al término de lo cual los protagonistas (tanto en las conferencias de prensa que suceden a los partidos como en los mil y un programas televisivos de la semana) repetirán hasta el hartazgo sus frases hechas y lugares comunes, aunque con cara de estar emitiendo un pensamiento filosófico digno de Heidegger.

Bueno, termino con esto aquí, porque quiero ver qué partido están transmitiendo en Fútbol para Todos.

miércoles, marzo 23, 2011

Un feriado puente nacional y popular



Bajar dos pájaros de un tiro, resultaría la metáfora aplicable si no fuera por las connotaciones trágicas del episodio de que se trata.

Se trata, por supuesto, del golpe militar de 1976, del que mañana se cumplirán 35 años. Episodio luctuoso que será conmemorado mediante un feriado nacional,  que el 25 será seguido de un "feriado-puente" instaurado por el gobierno para posibilitar el empalme con el fin de semana y fomentar el miniturismo. Lo dicho, el cristinismo alcanzará de ese modo dos objetivos al precio de uno: por una parte, un espacio para satisfacción del autotitulado progresismo nac&pop (que además se autoproclamó como el único segmento de la sociedad que deplora aquel golpe, lo cual es obviamente falso) y otro para cortejar a la clase media, cuyo voto será decisivo en la compulsa electoral de octubre.

Ningún integrante de la pingüinera sentirá remordimientos, porque se trata simplemente de política, no de un curso de ética o moral. No lo sentirán los dinosaurios montoneros que integran el think-tank gubernamental con Horacio Verbitsky a la cabeza, quienes ya han dado sobradas pruebas de que la autocrítica no forma parte de sus atributos.

Tampoco los jóvenes reivindicadores del "Tío" Cámpora, cuya ardorosa agrupación quizá haya actualizado las viejas consignas que sostenían sus admirados antecesores de la Tendencia, por ejemplo pasando de aquella durísima "Perón o muerte" a la mucho más pragmática "Cristina o ningún puesto dependiente del Estado"

Y menos se inquietará por ello la gobernadora fueguina (quien ya había enviado al olvido su causa penal contra el ex Presidente bastante antes de que él abandonara este valle de lágrimas),  que aprovechará la visita que Cristina Fernández hará hoy a la Provincia para continuar la puja con los referentes locales del Frente para la Victoria por ver quién es más cristinista.

En suma, nada que vaya a modificar el relato oficialista, por más que las bravatas destempladas de Moyano a veces produzcan sobresaltos. Un relato que presenta casi cotidianamente nuevos hitos, como el "Homenaje al pensamiento nacional" en el que Pepe Albistur (ex secretario de medios de la Presidencia, que debió renunciar debido a serios cuestonamientos sobre la transparencia de su gestión) se permitió situar en un mismo podio a  Jauretche y Kirchner, por más que este último difícilmente haya aportado a la literatura universal algo más sustancioso que implacables escritos judiciales propiciando la ejecución de deudores morosos en Río Gallegos.

Como dijo el pensador nacional Enrique Santos Discépolo, "dale nomás, que allá en el horno nos vamo´ a encontrar". 
 

domingo, marzo 20, 2011

Noventa años no es nada

El pasado 11 de marzo Astor Piazzolla hubiera cumplido noventa años de edad. Su obra, según apunta José Gobello, abarca casi medio siglo, desde "El desbande", que escribió en 1946, hasta "Five tango sensations", que grabó en 1990 con The Kronos Quartet en Nueva York, y "Le grand tango",  que en ese mismo año le estrenó nada menos que Matislav Rostropovich, considerado el mayor violonchelista de su generación.

Gobello estima en unas ochocientas obras la producción del marplatense. Respecto de la calidad de la misma, Natalio Gorín, su amigo y biógrafo,  revela la opinión del propio Astor: "Adiós Nonino es el mejor tema que escribí en mi vida. Me propuse mil veces hacer uno superior y no pude".

María Susana Azzi y Simon Collier cuentan los pormenores de su creación. Corría 1959 y Astor se encontraba actuando en San Juan de Puerto Rico como acompañante de la pareja de baile Copes-Neves, cuando se enteró del fallecimiento en Mar del Plata de su padre Vicente, a quien él llamaba "Nonino". Días más tarde, ya en el departamento que alquilaba en Nueva York, el sufrimiento por la pérdida y la distancia lo agobiaba. Después de almorzar, pidió a su esposa Dedé Wolff y su cuñada Poupée que lo dejaran solo. Ellas se fueron a la cocina, desde donde escuchaban sus suspiros y quejidos, hasta que -tras un largo silencio-  oyeron el sonido del bandoneón. Astor pulsó durante un momento las notas de "Nonino", una pieza de ritmo vivaz que había compuesto años antes en París en homenaje a su padre, hasta que se detuvo para arrancar con "una melodía elegíaca absolutamente conmovedora", la misma que según Daniel Barenboim es la más bella que ha escrito un compositor de tango.

Nada mejor entonces que homenajear al maestro en su cumpleaños, aunque con algunos días de retraso, con una versión grabada en vivo de esa pieza, por la formación del Quinteto que completaban Pablo Ziegler (piano), Oscar López Ruiz (guitarra eléctrica), Héctor Console (contrabajo) y el gran Fernando Suárez Paz (violín), que tiene aquí una participación relevante. De los más de veinte arreglos que hizo del tema, este es el que Astor prefería. En todo caso, creo que se trata de una notable justificación de la mayor expectativa que él tenía sobre su música:  que fuera escuchada en el 2020, y en el 3000 también.


Fuentes:
José Gobello: "Mujeres y hombres que hicieron el tango". Buenos Aires, Centro Editor de Cultura. 2008.
Natalio Gorín: "Astor Piazzolla. A manera de memorias". Buenos Aires, Perfil Libros. 1998.
María Susana Azzi y Simon Collier: "Astor Piazzolla. Su vida y su música". Buenos Aires, Ed. El Ateneo. 2002.
You Tube.

jueves, marzo 03, 2011

Una aerolínea para todas y todos



Estoy tranquilo, porque llego al Aeroparque metropolitano con bastante tiempo de antelación y, además, hice el web-checkin. Como sólo llevo equipaje de mano, subo hasta la sala de preembarque y recién allí miro la pizarra electrónica: el anuncio de mi vuelo dice "en horario" e indica la puerta 6.

Pido un café, pago cuando el mozo me lo trae (¡epa! ¿rompí algo y no me di  cuenta?) y leo durante un rato mi novela de Colin Dexter. Tras comprobar que al Inspector Morse le cuesta tanto avanzar en su investigación como alejarse de la cerveza, me levanto para consultar otra vez la pizarra. La situación ha cambiado: ahora sugiere que  "consulte a la compañía".

Dado que los mostradores de Aerolíneas Argentinas ya no se encuentran en el sector, le pregunto a un empleado con uniforme de la empresa que camina por allí, quien me informa que el vuelo está "demorado por mantenimiento". Quiero saber algo más pero él no puede responderme; se limita a sonreir como diciendo "Es lo que hay" y me aconseja aguardar frente a la puerta 6.

Una hora más tarde embarcamos y, tras veinticinco minutos de inquietante espera adicional dentro del avión, partimos hacia Ushuaia tras ser anoticiados de que el vuelo tendrá una escala no prevista en Bahía Blanca. Con ingenuidad espero escuchar la voz del Comandante pidiendo disculpas a los pasajeros por la demora, algo que jamás ocurrirá.  La Comisario Comisaria de a bordo, por cuya edad intuyo que ha conocido mejores épocas de la empresa que la contrata (y en eso, nos parecemos), responde a la queja de alguien que está detrás mío admitiendo -con gesto de amarga ironía- que "Aerolíneas se ha transformado en la manera más segura de llegar tarde a todos lados".

Cumplimos con la escala aunque, contrariamente a lo anunciado, descendemos en Trelew. Nadie sube ni baja del avión, sólo se carga combustible y continuamos el viaje. Ya ha pasado el mediodía, pero el servicio de a bordo no contempla almuerzo: apenas una barrita de cereal y un trozo de bizcochuelo, acondicionados dentro de una caja de cartulina que una azafata de gesto adusto, bastante más joven que la Comisaria y también mucho menos apegada que ella a las normas de buena educación, me entrega casi sin mirar y sin hablarme; también me da las de mis dos vecinos de asiento, sin pedirme que por favor se las alcance. Ellos, en cambio, me agradecen.

Supongo que la frugalidad franciscana de la vianda responde a una loable política de disminución de costos (no a un ajuste, vade retro), pero enseguida me doy cuenta de que no sólo está a mi disposición la tradicional revista de la empresa (como ocurre en los vuelos de todas las aerolíneas del mundo) sino también otra, de muy cuidada y costosa presentación, editada por el Grupo Szpolski. Cuestión de prioridades, me digo: clientes vis a vis empresarios amigos.

La chica del  gesto crispado acerca el carrito y me interpela con sequedad: "Para beber". Apichonado, miro las botellas y pido un vaso de gaseosa, que ella me provee sin chistar. Al servirle a mi vecino un jugo de naranja, lo hace con tan poco cuidado que el vaso queda goteando; como no lo seca, al pasarlo por encima mío varias gotas caen sobre mi brazo. La miro sorprendido y me suelta con desgano un "Perdón, es sólo jugo".  Casi le agradezco por refrescarme la piel, pero no me atrevo a hablar, ni siquiera para aceptarle la ¿disculpa?.

Retomo mi lectura, disfrutando por un rato de la manera en que Morse, con la siempre eficiente ayuda del Sargento Lewis, va estrechando de modo implacable el cerco en torno al asesino. Por eso me siento molesto cuando debo interrumpirla para ir al baño, y lo estoy más aún cuando pretendo lavarme las manos y del grifo sólo sale un chorro de aire. Al comentar el problema a la Comisaria, ella me dice que el avión se quedó sin agua (¿por qué? ¿en qué consistió el mantenimiento que insumió casi dos horas? ¿verificaron algo durante la escala?) y que la que llevaban embotellada sólo alcanzó para abastecer el lavabo del otro baño. Su voz me pide disculpas, su mirada denota una cierta fatiga.

Llegamos a destino con dos horas de retraso, asunto del cual el Comandante insiste en no hacerse cargo desde un absoluto mutismo.

Leo en los diarios que la Presidenta está harta de los inconvenientes en los vuelos de Aerolíneas Argentinas, y que por eso pretende incorporar socios privados a la operación (¿cómo, el Estado no es infalible?). El asunto, según parece, es problemático, porque el juicio de expropiación al Grupo Marsans está lejos de haber finalizado, la compañía hace años que no presenta balances y, además, hay fuertes pujas internas entre los seis o siete sindicatos que agrupan al personal. De cualquier modo, según la información, De Vido ya se está moviendo entre empresarios de su entorno (¿encontrará a alguien serio dispuesto a poner plata bajo esas condiciones?).

Por suerte, hemos vuelto a tener una aerolínea de bandera, y también dignidad.

domingo, febrero 27, 2011

25 de febrero, nacen dos grandes

"Las comparaciones son odiosas", dicen por ahí. A ver qué les parece las que se despliegan en el siguiente video (mis comentarios van a continuación):



Yo creo que si esto ha ocurrido apenas a cuatro meses del fallecimiento del ex presidente, el proceso de canonización política en curso determinará que hacia el mes de octubre, cuando se estén por cumplir tanto el primer aniversario como el desenlace del proceso electoral por la Presidencia, los videos demostrarán que NK comandó al Ejército de los Andes en su cruzada libertadora, enseñó a Perón los rudimentos de la doctrina justicialista, lideró a los Beatles y hasta hizo el segundo gol contra los ingleses en el Mundial 2006 (copyright: Zeta).

Felíz domingo.

viernes, febrero 25, 2011

La reina en el palacio de las corrientes de aire


Al concluir este, el último ejemplar de la trilogía Millenium, del sueco Stieg Larsson, y tras haber leído los dos primeros, me quedó la sensación de haber accedido a una monumental novela de casi 2.300 páginas que su autor, quizá por una cuestión práctica, dividió en tres tomos. Me apresuro a aclarar que los mismos pueden ser leídos en forma independiente, aunque es conveniente que se respete la cronología, y que con este supuesto chiste no pretendo invalidar la calidad de la obra en su conjunto, ya que me parece un mérito extraordinario que con sus proporciones colosales, esos  libros no hayan configurado unos mamotretos indigeribles sino todo lo contrario. Cada uno de ellos está tan bien estructurado que el lector no puede menos que sentirse atrapado desde el comienzo, para terminar devorando sus páginas en el menor plazo del que es capaz.


La trama está desarrollada en clave de denuncia social (los abusos contra las mujeres, los pliegues de los servicios de inteligencia estatales, las conspiraciones de ciertos grupos empresarios, las complicidades de estamentos judiciales y políticos). Curiosamente, aunque este enfoque del autor satisface el check-list de la agenda políticamente correcta, un argumento que se escucha con frecuencia para descalificar su obra es que se trata de un mero entretenimiento, lo cual estaría probado por el fenomenal éxito comercial que la saga ha tenido en todo el mundo. Otra crítica común se refiere al estilo despojado del autor.

El primer argumento, que implica un desprecio por la capacidad analítica del público lector, suele ser bastante común en muchos críticos progresistas, tal vez por un prejuicio "antimercantilista", y también se lo escucha proviniendo de unos severos señores que quizá nunca consiguieron vender de esa manera una obra propia. Además, claro, que el hecho de entretener representa en sí mismo un logro no menor. En cuanto al estilo, mi impresión es que Larsson no ha necesitado perorar en largas y floridas exposiciones filosóficas y/o políticas, quizá porque los personajes y los hechos argumentan per se. A mi me parece que eso es escribir bien, más allá de una evaluación técnica que dejaré para los expertos.

Los personajes principales, el periodista Mikael Blomqvist (evidente alter ego del autor) y la casi indescrifrable Lisbeth Salander llevan el peso de la narración, pero el resto del "elenco" interactúa con acierto. Hay algunas tramas paralelas que incrementan el interés, mientras que el hilo principal nunca se pierde de vista.

A un lector latinoamericano (y, en particular, al argentino) le llamará la atención el respeto por los preceptos legales y por la institucionalidad que caracteriza a la sociedad sueca en su conjunto, algo que está presente en distintos pasajes de las tres novelas. No significa esto que no haya criminales (además, y después de todo, se trata de novela negra), sino que las instituciones funcionan como está previsto.

Aunque es cuestión de gustos, al visitante de P & M me atrevo a sugerirle que, si es aficionado al género, encare decididamente la lectura de Millenium, que difícilmente vaya a arrepentirse.

miércoles, febrero 23, 2011

lunes, febrero 21, 2011

A cualquier argentino le pudo pasar...



Ciertos aspectos centrales de la fatal colisión de la semana anterior entre dos trenes en las cercanías de San Miguel, provincia de Buenos Aires, permiten calificarla de accidente prototípicamente argentino. Porque, como decía un personaje de Fontanarrosa, se trató de otro caso en que "el accidente no es un accidente, estaba previsto".

La investigación, según adelantó el juez, se encamina a determinar que la causa de la tragedia fue un "error humano", eufemismo utilizado para morigerar la descripción de lo que en realidad fue un comportamiento irresponsable y  criminal de los conductores de uno de los convoyes, que embistió al otro que estaba detenido en la misma vía. Las señales luminosas, contrariamente a lo declarado por los trabajadores, funcionaban bien, tanto la amarilla de advertencia como la roja situada unos metros más adelante. Asimismo, el freno de seguridad se encontraba anulado, lo cual configura a mi modo de ver un factor clave.

Se trata del llamado "freno del muerto", un mecanismo que obliga al maquinista a mantener oprimido un pedal para que el tren avance, y que está ideado para actuar como un reaseguro en caso de una repentina indisposición de aquél. Es un concepto similar, por ejemplo, al de los motores fuera de borda para lanchas y botes, cuyo suministro de combustible se corta si el conductor suelta el acelerador en caso de vuelco, impidiendo de esa manera que la hélice siga girando y constituya un peligro para el caído.

El dispositivo de emergencia fue anulado para que el maquinista se viera liberado de la molestia de mantenerlo activo. Por lo tanto, el individuo sabía que un accidente así podía ocurrir, pero ello no le impidió actuar de esa forma. Además, se supo que se trata de una práctica habitual.

Por eso vuelvo al concepto del primer párrafo: en una Argentina en la que la transgresión a las reglas se ha convertido en un comportamiento socialmente aceptado (cuando no elogiado), el supuesto accidente no fue tal. Cuatro muertos y decenas de heridos son la consecuencia de esta nueva muestra de la viveza criolla.

lunes, febrero 14, 2011

La caja, ese valor sacrosanto



El episodio de la semana pasada, que comenzó el miércoles con la prisión sorpresiva del máximo jefe gremial de los trabajadores rurales, Gerónimo Venegas, y culminó el viernes con su apurada excarcelación, dejó mucha tela para cortar para los analistas políticos. El procesamiento se verificó en el marco de la causa que el juez federal Néstor Oyarbide lleva adelante por el caso de la llamada "mafia de los medicamentos", donde varias obras sociales sindicales aparecen involucradas en episodios de manejo de fondos públicos y adulteración de medicamentos.

Pero más allá de las diversas aristas del caso, como la proximidad de Venegas al ex presidente Duhalde, las protestas del sindicato materializadas en diversos cortes de rutas y las llamativas medidas del juez Oyarbide (de quien lo menos que puede decirse es que decide siempre teniendo muy en cuenta el impacto que tendrá en la cumbre del poder administrador), creo que la conclusión más interesante se relaciona con la reacción de la dirigencia sindical.

Es conocido que los caciques gremiales -que conforman uno de los sectores más desprestigiados de la sociedad-  se encuentran divididos en sus preferencias políticas, asunto sobre cuya importancia no hay que explayarse demasiado si se recuerda que el fundador del peronismo caracterizaba al sector obrero como "la columna vertebral" de su movimiento. Por cierto que cuando Perón se refería a ello, pensaba menos en los trabajadores de a pie que en sus dirigentes, quienes con el correr de los años han logrado perpetuarse en sus cargos con una obstinación digna de mejor causa.

Es así que en la actual coyuntura, mientras los popes liderados por Hugo Moyano, secretario general de la CGT, se arriman al calor oficial e incluso fungen como prominentes directivos del Partido Justicialista, los que responden a Venegas y a Hugo Barrionuevo, de los gastronómicos, están con Duhalde y por ende con esa ameba política difícil de aprehender que es el "peronismo federal". En ese contexto, es habitual que encontremos a unos y otros descargando variopintas chicanas contra sus adversarios, con el aditamento de fervorosas alusiones al compromiso que ellos, y no sus contrarios, tienen con el bienestar y la dignidad de sus representados.

Sin embargo, ante el encarcelamiento de Venegas, la respuesta de su  enemigo Moyano fue rápida y contundente. Una declaración de la CGT alertó sobre un supuesto "ataque contra el movimiento obrero", y derramó lágrimas de saurio por la presunción de culpabilidad que los afectaría como grupo. La advertencia pareció dirigida al propio gobierno al cual Moyano está aliado, no sólo por el tono (no era necesario leer entre líneas para advertirlo) sino por el efecto que sus palabras causaron. El pintoresco Oyarbide adelantó para el viernes la indagatoria prevista para un día después, y dictó la libertad del detenido. El gobierno no pudo evitar que este hecho -teniendo en cuenta los antecedentes del juez, que como ejemplo en 2009 analizó y aprobó en tiempo record una declaración patrimonial de Néstor Kirchner y su esposa que había recibido serios cuestionamientos-  fuera visto como producto de una presión al magistrado. Para colmo, el mismo día la presidenta viajó a "su lugar en el mundo", donde permanecerá hasta este martes.

Teléfono para la dirigencia política, tanto del oficialismo como de la oposición: cualquier acción que siquiera roce la sacrosanta caja que las obras sociales representan para la dirigencia sindical, se encontrará con la monolítica unidad y poco delicada resistencia de los caciques gremiales. Por más que entre ellos se saquen chispas y se presuma que no tienen escrúpulos en ajustar cuentas (son varios los casos no aclarados de ataques contra dirigentes de segunda línea, que incluyen asesinatos), y pese a que algún "perejil" pueda caer en desgracia (como el bancario Zanola, preso desde hace un año) a la hora de la verdad, si la caja se ve amenazada no habrá contemplaciones.

Es una cuestión que deberá acometer el próximo gobierno, insisto, ya sea que el sillón de Rivadavia lo ocupe  alguien de la actual oposición o la propia Cristina si es reelecta. La decisión, cuando llegue ese momento, será enfrentar el problema o convivir con él.

miércoles, enero 26, 2011

Veraneo en Punta




Las etiquetas en política cada vez tienen menos valor, pero su simbolismo aún perdura en el imaginario colectivo.


El rótulo "es de derecha", por ejemplo, significa que -a priori- quien lo lleva adherido es insensible, contradictorio, autoritario, presunto golpista, visceralmente antidemocrático. Una suerte de monstruo diabólico. 

En tanto, quien porta el marbete "es de izquierda" podrá decir  o proponer cualquier barrabasada, pero se le considerará ex ante como un demócrata con profunda sensibilidad social, un individuo abnegado, una persona  coherente con su inclaudicable militancia en favor de los pobres, de los más necesitados. Algo así como un santo impoluto.

Es por ello que Raúl Castro, por ejemplo, puede anunciar la eliminación de medio millón de puestos de trabajo en Cuba sin que el progresismo urbi et orbi siquiera pronuncie una tímida protesta. Se trata del número dos (en ejercicio del número uno) en el paraíso socialista, donde como todos sabemos, gobiernan los trabajadores para los trabajadores y los ajustes neoliberales son crímenes de lesa humanidad.

En otro plano y otro lugar, la presunción de inocencia derivada de la etiqueta  permite que la tremebunda jefa de la organización Tupac Amaru, la jujeña Milagro Sala, al ser descubierta (porque trató de ocultar su rostro a quien la filmaba) en un caro y lujoso hotel de Punta del Este, pregunte enojada por qué un negro (sic) no puede ir al Conrad.  Ella sabe que el rótulo la protege, por más que alguien pretenda averiguar si el lujoso veraneo se financia con una parte de los ingentes fondos que el gobierno nacional le provee a su organización.

"¿Qué pecado cometí?", preguntó también Milagro. Quizá alguno de sus militantes de base pueda responderle.