martes, julio 21, 2009

Fontanarrosa y los amigos


Uno de las muchos motivos por los que envidio al luthier Daniel Rabinovich es su amistad con Roberto Fontanarrosa. Habiendo seguido al gran Negro desde que descubrí a "Boogie el aceitoso" en las páginas de la mítica revista "Hortensia", hubiera dado no sé qué cosa por haber podido compartir con él al menos un café en El Cairo rosarino.

La cosa viene a cuento porque en días pasados, circuló un e-mail de esos masivos, que llamaba a cambiar la fecha del 20 de julio como Día del Amigo. Su autor nos recordaba que la celebración se efectúa en conmemoración del día en que el hombre llegó por primera vez a la Luna, y proponía cambiarlo al 19 de julio, fecha del fallecimiento de Fontanarrosa. Pero lo que me chocó fue el argumento: decía que "otra vez, faltos de identidad, compramos historias ajenas", por ser ese, apuntaba, "el día en que los yanquis (no la humanidad, agrego yo) llegaron" al satélite que tanto ha desvelado a los poetas.

Que los norteamericanos no son simpáticos casi para nadie (aunque muchos de ellos se pregunten perplejos "por qué nos odian") no es novedad, como tampoco lo es que existen muchísimas causas para ese sentimiento generalizado, quizá tantas como para despertar admiración. Pero en este caso, el punto es que la fecha fue propuesta... por un argentino! En efecto, fue un señor llamado Enrique Ernesto Febbraro, según parece odontólogo fundador de una "Asociación Mundial para el Entendimiento" y vecino de la localidad de Lomas de Zamora, quien tuvo la idea al comprobar tras el viaje de Armstrong y sus colegas que todo el mundo estaba de acuerdo con algo, por una vez en la vida (ver aquí). De modo que, por lo menos, la historia no es ajena a los argentinos.

Y hay algo más. Yo estoy de acuerdo en que el enorme talento y la bonhomía de Fontanarrosa merecen ser recordados, pero me parecería mucho más razonable hacerlo en la fecha de su nacimiento. Es que la necrofilia me provoca cada vez más rechazo...

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