lunes, julio 27, 2009

Morir de frío



En la Argentina que disfruta desde 2003 las ventajas del modelo produktivo y de redistribución de la riqueza, el número de personas que pasa las noches en las calles (unas doce mil) viene aumentando sin pausa, y se ha duplicado en los últimos tres años. Según la ONG Red Solidaria, hasta el viernes pasado diez personas murieron por acción directa de las bajas temperaturas y otras dieciocho por carecer de calefacción adecuada. Esto sucede en un país que, como lo ha expuesto el economista Juan J. Llach en un reciente artículo, despilfarra cuantiosos fondos públicos mediante una errática política de subsidios y exenciones que en muchos casos beneficia más a los ricos que a los pobres. Un país en el que crecen la pobreza y la desnutrición infantil en forma escandalosa, mientras la pareja presidencial acrecienta su patrimonio en forma exponencial y los amigos del poder concretan negocios brillantes, como la masiva compraventa de terrenos en El Calafate.

Por supuesto que las estadísticas oficiales no reflejan estos problemas. En realidad, tampoco lo hacen respecto muchos otros tópicos sobre los cuales el Indec emite indicadores (es una forma de decir) desde una perspectiva "militante", según se ha preocupado en señalar su nuevo director técnico, Norberto Itzcovich. Sus afirmaciones, y las dudas -más que eso, certezas- que la comunidad tiene respecto de tales cifras, corroboran el diagnóstico de una reconocida autoridad internacional en la materia, Jacob Ryten, al apuntar que "cuando hay razón para dudar, dejan de ser estadísticas públicas y pasan a ser ideología o propaganda".

La propaganda, entonces, sustituye a las estadísticas, así como el control de precios pretendió hacerlo con la política económica. En ambos casos, al gobierno le ha ido bastante mal.

En materia económica, el país ha dilapidado oportunidades de exportación y es muy posible que deba importar carne el año próximo. No somos los únicos en cosechar los frutos del neopopulismo militante que cunde en América Latina: Bolivia, que dispone de riquísimos yacimientos gasíferos, está importando este y otros combustibles, como consecuencia de la política de nacionalizaciones de Evo Morales, que ha desalentado a la inversión.

En tanto, uno de sus admirados mentores, Raúl Castro, cambió los contenidos tradicionales de los discursos con que se conmemora el asalto al cuartel de Moncada, anunciando en el de este domingo un nuevo ajuste económico. Siendo la nueva prioridad del gobierno revolucionario disminuir el consumo energético, los recortes afectarán, por ejemplo, el funcionamiento de los equipos de aire acondicionado de la isla. Los cubanos, al menos, no corren el riesgo de morir de frío...

La imagen es del pintor Viktor Safonkin.

Links:

Sitio web de Red Solidaria

Artículo de J. J. Llach en La Nación: "Anatomía de un despilfarro"

Entrevista de La Nación a Jacob Ryten

Artículo de Crítica Digital: "Raúl anunció un ajuste del cinturón"

1 comentario:

ars dijo...

Mike: No hay como "la revolución de las masas". Vos lo decís, al menos en Cuba se cagan de calor. Insisto ¡que viva la revolución!
Luego, vayamos a Carmelo...