lunes, diciembre 13, 2010

El límite de las mentiras



La editorial Zagier & Urruty está especializada en la temática patagónica y antártica, publicando colecciones de cartografía, guías para viajeros e historia de la región. A esta última pertenece "El límite de las mentiras", del autor argentino  Gerardo Bartolomé.

Se trata de una biografía de Francisco Pascasio Moreno, conocido como El Perito, un personaje al que -como tantos otros- la historiografía ha mantenido en un plano secundario. De su trayectoria el argentino promedio sabe bastante poco (como ocurre, por ejemplo, con Piedra Buena), al punto que me atrevo a decir que una gran mayoría apenas lo recuerda de un modo más o menos difuso como nuestro representante en las negociaciones con Chile de principios del siglo pasado, por cuestiones limítrofes. Ese perfil es tan real como insuficiente, ya que la intensidad de su vida aventurera y la pasión con que acometió sus responsabilidades hubieran justificado un enfoque más atento.

En buena medida, el libro de Bartolomé viene a cubrir esa brecha, con un reseña novelada de los principales acontecimientos que signaron su trayectoria. Al terminar la lectura, uno se queda con una imagen del protagonista que supera en mucho a la conocida,  determinada por la foto de sus últimos años, que lo muestra con la barba encanecida y un sereno aire doctoral.

Moreno, por el contrario, fue un torbellino que abrazó con idéntico fervor la actividad científica y la función pública. En el primero de esos campos, obtuvo reconocimientos y premios internacionales, fundó la Sociedad Científica Argentina y fue el creador y primer director del Museo de Ciencias Naturales de La Plata. Fue funcionario de los gobiernos de Avellaneda y Roca, quienes apostaron por su amplio conocimiento de la región patagónica y sus dotes de avezado negociador.

Realizó múltiples expediciones a los inhóspitos territorios patagónicos y  estuvo más de una vez a punto de perder la vida a manos de los indígenas, episodios que el libro relata con profusión de datos. Sin embargo, esas dificultades no le impidieron ganarse la confianza de mapuches y tehuelches, por quienes mucho hizo en la medida de sus posibilidades. También lo respetaron y ayudaron de modo decisivo los esforzados y escasos pobladores no aborígenes de la región, entre ellos los colonos galeses de la incipiente Trelew de aquellos años.

Varios son los personajes que la novela describe en su transcurso. Uno de ellos es el italiano Clemente Onelli, fiel y eficaz asistente de Moreno tanto en el museo platense como en sus viajes por el sur. También caciques bravíos y poderosos como Sayhueque (quien facilitó su huida después que un consejo de capitanejos lo había condenado a muerte) e  Inacayal. La otra figura que resalta en el relato es la del General Roca, cuya visión estratégica y dotes de tiempista le permitieron, en 1881, inducir a Chile a firmar un tratado de límites (aprovechando la coyuntura derivada del conflicto de la nación trasandina con Bolivia y Perú), para  luego postergar la resolución de las cuestiones pendientes hasta la época de su segunda presidencia en que la Argentina había logrado equiparar el poderío naval de su vecino.

El título de la obra refiere a las múltiples "mentiras patrióticas" que tanto los chilenos como los argentinos llevaron a cabo durante las negociaciones por la demarcación de los límites, que fueron desde la desembozada falsificación de mapas y cartas hasta el desvío de un río a pico y pala.  Por cierto, la reseña derriba el mito de la  victimización argentina, al evidenciar  que las maniobras y engañifas provinieron de ambos lados.

Es un libro interesante que se lee con fluidez y constituye una prueba de la riqueza histórica de la Patagonia, a la que el cine nacional, lamentablemente, aún casi no le ha dedicado su atención.

   





 

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