martes, abril 20, 2010

Por la boca muere el pez

Los ejecutores  del autodenominado modelo productivo del gobierno nacional nos mantienen entretenidos con frecuencia casi cotidiana.

Hasta hace poco, funcionarios, economistas, militantes e intelectuales de la línea dura se encolumnaron tras la encendida negación del fenómeno inflacionario o, lo que es lo mismo, en la no menos encendida defensa de las estadísticas de precios del Indec. El devenir de los acontecimientos o, dicho con más precisión, la inocultable evolución alcista de los precios fue obligándolos a -por decirlo de alguna manera-  retroceder en la línea de defensa argumental y a caer en los eufemismos. Finalmente, mientras el vicepresidente del partido oficial y líder de la columna vertebral del movimiento sostenía que al gremialismo no le interesaba la inflación del Indec sino la de los supermercados, el propio jefe de gabinete terminó de un modo más o menos patético, tratando de defender lo indefendible ante una modelo en el programa televisivo de Roberto Pettinatto.

Casi sin darnos respiro, la argumentación oficial apuntó contra los reclamos de algunos empresarios por una devaluación del tipo de cambio. Nada menos que la ministro o ministra Débora Giorgi se encargó de embestir contra esos sectores, señalando que el nivel actual del mismo es competitivo y dedicando a los reclamantes esta magnífica frase: "los que proponen una mayor tasa de devaluación (sic) están proclamando el ajuste para los asalariados".

La declaración es llamativa, tratándose de una funcionaria de alto nivel de un gobierno que se ha caracterizado por denostar la convertibilidad de los malditos noventa, de la que se salió, como todos recordamos, con una fuerte devaluación. Hoy, la misma medida que hace ocho años fue proclamada como un hecho reivindicatorio de las mayorías postergadas, es fulminada con una de esas frases que desde el campo nac & pop sólo se reservan al neoliberalismo más vil.

Vamos a ver con qué se destapan mañana...

1 comentario:

ars dijo...

¿Mañana? ¿Qué vendría a ser eso, Mike?