sábado, marzo 29, 2008

Caramel



Uno concurre al cine con ciertas expectativas, que son en definitiva las que motivaron la adquisición de la entrada. En este caso, por tratarse de una película libanesa (la primera de ese origen que he visto), yo esperaba algún trasfondo relacionado con la violencia que está asolando a ese país, y que aportara datos para tratar de comprender un poco la situación. Pero el producto es bastante más interesante que eso.

El ámbito central del filme es una peluquería del Beirut actual, en torno a la cual transcurren las vidas de cinco mujeres diferentes entre sí, pero marcadas por las características de su entorno social. La dueña, una mujer cristiana que mantiene una relación con un hombre casado; su joven empleada musulmana que, a punto de casarse, afronta el problema de no ser virgen, cosa que su prometido ignora; una asistente que está descubriendo su homosexualidad; y otra, separada y con dos hijos, que se esfuerza por demostrar por cualquier medio que aún es joven. Enfrente, vive una costurera de unos sesenta y pico de años, que sacrificará su última oportunidad de vivir el amor por cuidar a su hermana, anciana senil.

Tabúes, conflictos, tradiciones, son mostrados por la cámara inteligente de la directora y actriz protagónica, Nadine Labaki. Llama la atención comprobar que cristianos y musulmanes conviven sin problemas, así como que las jóvenes de esta última religión no son obligadas a usar el velo. La imagen que se transmite al espectador es la de una sociedad con rasgos modernos en un contexto todavía dominado por convenciones muy arraigadas.

El ritmo que impone Labaki a la película es, al mismo tiempo, moroso y ágil: la mirada se detiene el tiempo necesario en algunos tramos, y en otros la descripción es concisa y rápida.

Historias sencillas de vidas comunes y corrientes, un tipo de cine que me gusta mucho, y que aquí está muy bien logrado. Las actuaciones son excelentes, denotando el buen pulso de la directora.

P.D 1.: El título se debe a la mezcla de azucar y agua que las mujeres usan en el Líbano para depilarse (uffff!).

P.D. 2: También vi "Promesas del Este", con Viggo Mortensen, pero prefiero olvidarla...

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