miércoles, marzo 12, 2008

Es la economía, estúpido


En una de sus primeras declaraciones apenas finalizada la reciente crisis, el presidente ecuatoriano Rafael Correa se apresuró a aclarar que el intercambio entre su país y Colombia se mantendrá, y que él aspira a que crezca.

Algo parecido sobrevuela -más allá de la retórica rimbombante- la ríspida relación política entre los gobiernos colombiano y venezolano, a raíz del intenso comercio que mantienen ambas naciones.

De esta constatación aflora una conclusión en cierto modo paradojal. Por un lado, las posibilidades de una integración de los países de la región en el plano político son poco menos que inalcanzables, mientras que las interrelaciones económicas -pese a sus dificultades- existen y se intensifican sin pausa. Además, representan un reaseguro para la paz, con la que la clase política juguetea de modo irresponsable.

Hay un enfoque adicional, poco digerible para la corrección política: la integración económica deriva del comercio internacional (primera mala palabra) ejecutado por empresarios (segunda malísima palabra, así en la Argentina como en otros países latinoamericanos), mientras que los dirigentes políticos no pasan de las declamaciones para la tribuna.

El paradigma usual sostiene que los dirigentes políticos crearán (alguna vez) las condiciones para una efectiva integración. Por el contrario, la realidad indica que ese escenario aparece como un limbo inalcanzable, mientras que la palpable integración económica representa una oportunidad para alcanzar objetivos en el plano social e institucional.

Ejemplo de esto son los avances económicos que han posibilitado a la Unión Europea el acceso a logros de índole institucional y social, mientras que sus principales problemas se están dando en el plano político.

Y sí, el macho alfa de Arkansas la tenía clara...

3 comentarios:

francisco javier arqueros dijo...

Lástima que los locales no piensan... Digo, no piensan como Bill.

francisco javier arqueros dijo...

Lástima que los locales no piensan... Digo, no piensan como Bill.

Cara&Seca dijo...

Los locales piensan, por supuesto en sus propios intereses los cuales se acrecientan en relación directa al poder que detentan.