miércoles, marzo 17, 2010

El conflicto interminable



P & M no suele compartir las políticas de la gobernadora Ríos y su elenco. El blog considera que la administración no ha sabido conciliar ciertas convicciones políticas con la disponibilidad de recursos, y que esa falta de pragmatismo -de un modo tal vez paradójico- la ha ido empujando hacia un alineamiento con el gobierno central que muy pocos hubieran presagiado al comienzo de su gestión. Desde hace ya bastante tiempo los legisladores del oficialismo fueguino acompañan acríticamente las iniciativas kirchneristas en el Congreso, procurando justificar su actitud en una retórica nac & pop a la moda, mientras que desde la Capital Federal se asiste a la exánime tesorería provincial para que pueda seguir manteniendo el pago de sueldos y una prestación mínima de los servicios a cargo del Estado local.

La obra pública, en tanto, estará sujeta al funcionamiento de un fideicomiso que el lunes pasado la Presidente/a anunció aquí, fondeado con parte de las regalías por la explotación petrolera costa afuera. El asunto fue presentado -no sin orgullo- como una reivindicación largamente postergada de las aspiraciones de la provincia a percibir parte de ese importante flujo de fondos. Mientras, algunos de esos que nunca faltan -no sería apropiado usar el término "destituyentes", un tanto desgastado ya-  recordaron que el mecanismo de los fideicomisos fue un invento del casi innombrable menemismo para manejar recursos fiscales por fuera del presupuesto y de los requisitos de la normativa que rige la contabilidad pública, cuya utilización, lejos de ser execrada como otras políticas del neoliberalismo noventista, sólo ha aumentado desde 2003 a esta parte.

Pese a tales desacuerdos, ya expuestos aquí en más de una oportunidad, el blog no puede menos que celebrar la reacción que ayer trasuntó la gobernadora, con relación al conflicto con el sindicato de los trabajadores de la educación (no me sale llamarlos maestros o docentes...). Sin embargo, se cree desde este modestísimo y pequeño cyberespacio que se trata de una decisión algo tardía, mientras se atiende con interés al curso de los acontecimientos, esperando ver la forma en que la reafirmación del principio de autoridad anunciada ayer se llevará a la práctica.

La posición sindical, en tanto, parece inmodificable. Con un estilo casi kirchneriano, a cada tropiezo redobla la apuesta. El discurso de su dirigencia continúa siendo tan encendido y combativo como hartante para los que no estamos involucrados en forma directa en el conflicto. En tanto, los chicos flotan,  prendidos al control remoto televisivo, el mouse de la PC o la tabla de skate, esos no lugares a los que los condena la prolongación del paro.

¿Cómo seguirá todo esto?

(La imagen pertenece a El Diario del Fin del Mundo)

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