jueves, julio 31, 2008

A confesión de parte...


Martín Caparrós ha vuelto a decirlo, como lo hizo tiempo atrás al desmentir a Firmenich: los Montoneros (de los que él formaba parte) no peleaban por la democracia burguesa que condenaban, sino que querían tomar el poder por las armas para imponer una sociedad socialista. Padecían, confiesa, cierta incompetencia, ya que no tenían "muchas precisiones sobre la forma política que eso adoptaría". O sea: ni siquiera tengo claro qué quiero hacer, pero para lograrlo estoy dispuesto a matar a quien se oponga. Eran jóvenes idealistas. Tan idealistas, quizá, como aquellos militares que, para imponer sus concepciones, secuestraron y mataron.

Caparrós puede ahora expresar sus ideas porque vive en una democracia burguesa, aunque sea tan condenable por imperfeKta como la nuestra. Significa que puede disentir con Kirchner en forma pública -como lo hace- sin temor a ser encarcelado por ello. Si viviera en la sociedad socialista cubana y disintiera con el gobierno castrista, quizá no podría hacerlo público, o bien debería atenerse a las consecuencias de ello.

A propósito: "Fanático es aquel que tiene una convicción absoluta y procura imponerla a los demás. Por esto no dialoga, sólo puede monologar. Dialogar implica reconocer la existencia de más de un logos (más de una razón), mientras que el monólogo expresa una razón única. (...) En el templo (religioso o laico) no puede haber varias razones o verdades, existe sólo una, y todo lo que no esté en ella es necesariamente erróneo o contra ella". Claudio Fantini - La sombra del fanatismo (Planeta, 2005).

Tren balín


La imagen no es de un remoto país africano o asiático, sino del conurbano bonaerense. Viajar colgados, arriesgando la vida, se ha transformado en una costumbre cotidiana para muchos cientos de miles de argentinos.

Cuestión de prioridades, el gobierno ha encarado la construcción de un tren-bala (que pagarán mis hijos y mis nietos) para producir -según explicó la Presidenta- "un salto a una Argentina diferente".

Hoy, un pibe de 18 años se cayó de un vagón entre Remedios de Escalada y Lanús. Sufrió un golpe en la cabeza, por lo que lo atendieron en un hospital. Se ve que quiso pegar un salto, como pretendía Cristina, pero no cayó en el suelo de una Argentina diferente, sino en el de la misma de siempre...

lunes, julio 28, 2008

Ricordati di me


La mirada sobre una familia de clase media más o menos acomodada, parece ser una tendencia predominante del cine italiano. Tiendo a encasillar en esa línea a "Ricordati di me" (Acuérdate de mi) , que alquilé este fin de semana, una película sustentada en la solvencia de un elenco que hace gala de un muy buen desempeño. Esto último, pese a que la dirección de Gabriele Muccino por momentos parece extraviar el rumbo.

Carlo (Fabrizio Bentivoglio) y Giulia (Laura Morante) conforman un matrimonio de cuarentones (largos) que ha perdido "el fuego sagrado". Cada uno a su manera, cargan con sus frustraciones y con unos empleos que ya no soportan: él quería ser novelista y ella actriz, pero nada de ello ocurrió. Sus hijos adolescentes quizá padecen las consecuencias de esas insatisfacciones. Valentina (Nicoletta Romanoff) sueña con llegar (casi a cualquier costo) a la televisión, mientras Paolo (Silvio Muccino) oscila entre la inseguridad y el ninguneo que le propina una muchachita progre a la que pretende.

Allá por la mitad del film, o un poco más, el relato -que venía bien- incurre en una cierta morosidad y tropieza con algunos baches, pero luego se recupera. Carlo y Giulia, cada uno por su lado, tienen la oportunidad de acceder a una tregua (Benedetti/Renán dixit): él, reencontrándose con un viejo amor, Alessia (Mónica Bellucci); ella atreviéndose a formar parte como actriz de un grupo de teatro independiente.

En el último tramo el director se reivindica, ya que la anécdota -que parece apuntar a un edulcorado final feliz- da un vuelco cuando un llamado telefónico de Carlo a Alessia plantea otro, abierto.

Buenas actuaciones, repito, que justifican una recomendación para el producto final. Con un plus que uno no puede evitar mencionar, asumiendo el riesgo de ser tildado de machista: las figuras de Laura Morante y Mónica Bellucci, bellísimas. Después de todo, ello confirma otra característica histórica del cine peninsular...

viernes, julio 25, 2008

Oportunidad laboral


En estos tiempos difíciles, pareciera que son millones los que quieren ver eyectado del gobierno al Secretario de Comercio, Guillermo Moreno. Sin embargo, aún no se han producido novedades al respecto, y, entre tanto, el hombre mantiene un perfil inusitadamente bajo.

Andá a saber cuáles son los motivos. Una posibilidad sería que le estén buscando conchabo, porque de algo tiene que vivir, por supuesto.

Si ello fuera cierto, Pesto & Malbec quiere hacer un humilde aporte. Hay un país donde las cosas en el plano económico no andan del todo bien. Más aún, se diría que andan casi mal, o por lo menos es lo que uno deduce al enterarse de que ese gobierno ha lanzado a la circulación el billete de 100.000.000.000.- (sí, cien mil millones), equivalente por esos lares a un dólar estadounidense o a un kilo de naranjas.

El país es Zimbabwe, cuyo presidente Roberto Mugabe estableció tiempo atrás el control de precios. Entonces, dado que esa medida parece no haber tenido exito, y teniendo en cuenta la experiencia de Moreno en la materia, sugerimos que la cancillería haga contacto con el gobierno africano para ofrecer los servicios del brillante egresado de la UADE. Con lo cual se solucionarían dos problemas al mismo tiempo: el de la inflación zimbabwense y el de la posible desocupación de Moreno.

Nota: el billete de la imagen es de 10.000.000.- de dólares zimbabwenses, emitido en enero de 2008, lo cual prima facie probaría que las cosas por allá han ido empeorando.

Links:
  • P & M se ocupó de Zimbabwe acá y acá.

domingo, julio 20, 2008

El noqueador noqueado


El fin de semana permite reflexionar un poco sobre los acontecimientos recientes. Una primera conclusión es la alta probabilidad que tiene el episodio de las retenciones a las exportaciones agropecuarias de trascender al campo académico, ya que difícilmente los politólogos encuentren para sus alumnos otro ejemplo tan nítido de vertiginoso consumo de capital político como el caso protagonizado por la administración de Cristina Fernández. Ese hipotético programa de estudios debería incluir este tema: “Cómo pasar de detentar la mayoría parlamentaria a perder una votación en apenas siete meses”.

La sensación que queda es que el ex presidente Kirchner –a quien todos los indicios señalan como el diseñador de la estrategia oficial, si es que se la puede llamar así- fue víctima del síndrome del noqueador noqueado. Me refiero a ese tipo de boxeador que confía exclusivamente en el demoledor poder de sus puños, despreocupándose por completo del arte de la defensa, y asciende en el ranking volteando muñecos en pocos rounds. Hasta que un mal día, se encuentra con un tipo que no sólo le aguanta la mano sino que pega tanto o más fuerte que él, y termina besando la lona.

Acostumbrado a ejercer el poder siempre por la vía más alejada del consenso, el kirchnerismo creyó que las efectividades combinadas (aunque no conducentes) de la caja, el apriete y las fuerzas de choque le permitirían resolver una necesidad fiscal generada por el desbordante crecimiento del gasto público. Después de todo, esa metodología venía mostrando su eficacia desde las épocas de la gobernación santacruceña, y ya en el ámbito nacional le había servido para descolgar retratos, ningunear padrinos políticos, amansar vicepresidentes, domeñar jueces y zamarrear gobernadores. Era cuestión, nomás, de alternar las arengas a dos micrófonos desde el atril con las asombrosas construcciones retóricas del jefe de gabinete y las bravuconadas del Secretario de Comercio, ya curtido en la tarea (máquina sobre el escritorio mediante) de disciplinar empresarios. Y en última instancia, siempre se podía apelar a los aportes intelectuales de un D´Elía, un Pérsico o un Depetri.

Pero las cosas no sucedieron como era de esperar. Los chacareros se plantaron en el centro del ring y se mostraron dispuestos a poner a prueba la solidez de la mandíbula oficial. El gobierno, todavía confiado, no aprovechó la oportunidad del clinch que le ofreció la renuncia de Lousteau (candidato perfecto a cargar con la mochila de la responsabilidad total) y comenzó una increíble serie de fallidas apuestas redobladas. Tras la caída representada por la pérdida del dominio de la calle en el fatídico supermartes de la semana pasada, que lo obnubiló al punto de imaginar comandos civiles y fuerzas de tareas en acción, recibió el golpe de gracia por parte de Cobos en la madrugada del jueves.

Uno se siente tentado a pensar en una revalorización de las instituciones republicanas, porque fue en el Congreso donde encontró su freno el autoritarismo oficial. Pero esa es una verdad relativa, ya que no es posible olvidar que se llegó a esa instancia en buena medida a causa de duras y prolongadas medidas de fuerza, que incluyeron unos nada republicanos cortes de rutas y actos violentos. Hay, entonces, un largo camino por recorrer antes de encontrar el cauce donde puedan desembocar las inquietudes políticas que una mayoría de la población manifestó en estos ciento veintipico de días. Los partidos de la oposición harían bien en analizar con cuidado sus pasos futuros, y nosotros, los ciudadanos comunes, en reflexionar acerca de la importancia que el voto –un voto a conciencia, como el de Cobos- tiene todavía.

Entre tanto, los problemas económicos siguen estando allí, como el 10 de marzo pasado, pero con mayor envergadura. En lo inmediato, es de esperar que la actividad económica recupere la tonicidad que perdió con este episodio. Porque hasta el más escéptico crítico de la teoría del derrame comprobó de qué manera la paralización de la producción agropecuaria derramó sus efectos negativos sobre el comercio, la industria y las finanzas. Pero en el mediano plazo, cuestiones como la composición y evolución del gasto fiscal (maraña de subsidios incluída), los problemas del sector energético y la tendencia a aislarnos del mundo y a elegir siempre el socio equivocado, siguen irresueltas. La inflación, como la fiebre, es el síntoma de una enfermedad seria que los responsables de cuidar el organismo socioeconómico aún no han reconocido.

A mis amigos

"Amigos, y nadie más. El resto, la selva". Jorge Guillén (1893-1984)

miércoles, julio 16, 2008

El Chacho fueguino


Renunció el vicegobernador Bassanetti. No conozco las causas, o al menos, no me quedan claras después de leer en los medios los términos de su renuncia indeclinable (nunca supe de una renuncia declinable). Pero no me importa.

Bassanetti se postuló para el cargo y con gran ahinco, hizo campaña para que lo votaran. Logró su propósito tras una segunda vuelta. Que se sepa, nadie lo obligó a la postulación ni a la campaña. Llegó al puesto por su propia voluntad y merced a la adhesión de sus votantes, que confiaron en él para ejercer la vicegobernación por un período de cuatro años.

Se va a los siete meses. Dice que no supo o no pudo no sé qué cosa.

Lamentable, lo de Bassanetti. Para postularse a un cargo no es suficiente con tener ganas, también hay que estar preparado.

De todos modos, el renunciante no está solo. El Chacho lo espera en el Varela Varelita.

martes, julio 15, 2008

A redistribuir


Es una batalla por la redistribución. Hoy lo ha dejado claro nuestro (¿ex?) Presidente, vehemente hasta el sofocón y casi las lágrimas, consolado prestamente por la claque. Les hablaba a quienes lo controntaban a unas cuadras de allí, un contubernio de oligarcas, piromaníacos, comandos civiles y émulos de Astiz. Todo, en nombre de la democracia y la institucionalidad.

El lunes pasado, en La Habana, Raúl advertía a los cubanos que el comunismo debe eliminar el igualitarismo y los subsidios excesivos, y ser económicamente sostenible. Lo cual viene a ser algo así como la creación de un Nuevo Hombre Nuevo. Y agregó, por si quedaban dudas, que el incremento salarial debe corresponderse con el "aporte" de las personas o de los sectores a la economía del país. Porque el igualitarismo "es también una forma de explotación: la del buen trabajador por el que no lo es, o peor aún por el vago". En buen romance: que la redistribución no la hará el gobierno revolucionario, sino el mercado a través de las diferencias de productividad. En fin, son maneras de pensar...

No es para sorprenderse. ¿Acaso hoy en la plaza del campo no estaban Vilma Ripoll y el MST?

Robin Hood ya ha repartido todas las riquezas arrebatadas. En un principio los pobres estaban contentos y aullaban de felicidad en cada esquina del bosque. Poco tiempo después comprendieron que el gran bandolero de Sherwood sólo sabía redistribuir la riqueza, pero no crearla. Yoani Sánchez, filóloga, residente en La Habana.


Link: Generación Y, blog de Yoani Sánchez.

domingo, julio 13, 2008

Nadie fue

Al igual que "Hablen con Julio", este libro de Juan B. Yofre no es apto para estómagos delicados. Enfocado en los acontecimientos políticos que, a partir de fines de los años sesenta, desembocaron en el golpe militar de 1976, presenta abundante información proveniente de muy diversas fuentes.

No es para extrañarse. Yofre, que cursó estudios en el Colegio Militar, ejerció el periodismo en "La Opinión", "Somos", "Clarín" y "Ambito Financiero", entre otros medios, y fue funcionario de la cancillería argentina. Entre 1979 y 1982 vivió en Washington, donde trabajó en el BID y la OEA. Durante la presidencia de Menem dirigió el SIDE (1989) y fue embajador en Panamá (1990) y Portugal (1992). Sin duda, una vida política intensa que le debe haber proporcionado numerosísimos contactos y generado un rico archivo.

No puede decirse que el libro esté "bien escrito". Sin embargo, es interesante. A medida que avanzaba en su lectura, no pude menos que volver a pensar en el carácter casi surrealista que el país adquirió durante aquellos terribles años, y en que -de un modo que ahora parece insólito- uno se había acostumbrado a aquella violencia omnipresente que operaba como telón de fondo de la vida cotidiana. Quiero decir: se vivía como si el trasfondo de los asesinatos, los atentados y los secuestros no existiera. Tal vez no había más remedio: me imagino que un habitante actual de Bagdad procurará ir a su trabajo o llevar a sus hijos a la escuela como si el horror que lo rodea no tuviera lugar...

La foto de tapa es un buen símbolo de aquellos tiempos: tomada en noviembre de 1974, muestra al coche fúnebre que trasladaba desde Aeroparque los restos mortales de Eva Perón -recién llegados al país- custodiado por matones de López Rega.

Surrealista era también el accionar de los gobernantes, empezando por el de aquella Presidenta que el General nos legó y que los argentinos votamos. "El pueblo nunca se equivoca", linda frase.



Desfilan por esas páginas diversos personajes tenebrosos. Varios de ellos murieron en medio de la orgía sangrienta, mientras que otros abandonaron este mundo desde la placidez de un lecho.




Muchos sobrevivieron hasta nuestros días, y quizá no lo han pasado tan mal como lo hubieran merecido. Algunos siguen siendo protagonistas de la política en el presente.


En uno de los últimos capítulos, Yofre recuerda el significativo papel desempeñado por el diario "La Tarde", editado por el mismo grupo que publicaba "La Opinión". Jacobo Timerman confió la dirección del efímero (duró cinco meses) vespertino a su hijo Héctor, actual embajador argentino en los EE. UU. Se pueden ver las portadas de los días 17 y 22 de marzo de 1976, con títulos tan sugestivos como estos: "Argentina hoy: bombos, secuestos y carestía", "Se acentúa la falta de alimentos", "Fuerzas Armadas: analizan desenlace de la crisis".

Al final, se transcribe un documento supuestamente redactado por un militante de Montoneros en diciembre de 1976, que reseña la historia de esa organización.

Al terminar la obra, a uno le queda una mezcla de sensaciones: tristeza, espanto, angustia.

martes, julio 08, 2008

De impuestos y ganancias


El periodista y escritor Fernando Iglesias, autor de "Qué significa hoy ser de izquierda" y de "Kirchner y yo", es actualmente diputado nacional por la ciudad de Buenos Aires. Dejo a continuación un fragmento de su participación en el debate que tuvo lugar en la Cámara acerca de las retenciones a las exportaciones:

"Quiero hacer otra cuenta más, señor presidente. Supongamos que un matrimonio cualquiera, no hagamos nombres para no ser irritantes, hubiese ganado en el último año 1.171.000 pesos de intereses por plazos fijos y 352 mil pesos en un fideicomiso inmobiliario. ¿Cuánto hubiera pagado este hipotético matrimonio por esa ganancia de un millón y medio de pesos por el fideicomiso inmobiliario y por intereses del plazo fijo? La respuesta es cero, porque en la Argentina de hoy no se pagan ganancias por la renta financiera."

Claro y sustancioso, ¿no? El texto completo de su excelente discurso está en su blog.

Link: Blog de Fernando Iglesias

domingo, julio 06, 2008

Pyrrhus

"Otra victoria como esta, y estaré perdido". Pirro (318-272 a.J.C.)

El increíble episodio de las retenciones que este sábado registró una nueva e importante vuelta de tuerca, tiene varios aspectos positivos.

Por un lado, el que la tiene más larga que cualquiera no pudo imponer su voluntad vía una resolución ministerial, sino que tuvo que aceptar el paso por el Congreso al que se oponía con feroz virulencia. Y una vez llegado a esa instancia, tampoco logró su propósito de no cambiar una coma al proyecto, a pesar de haber jugado en esa apuesta todas sus fichas: discursos desde el atril, presiones telefónicas personalizadas, amenazas explícitas de sus fuerzas de choque, promesas de partidas presupuestarias y/o cargos, y otras bienaventuranzas.

Además, el Congreso volvió a tener un rol -aunque desteñido e imperfecto- en el desarrollo de los acontecimientos políticos del país, escalando un módico peldaño desde el bochornoso nivel de escribanía oficialista a que lo había relegado la delegación incondicional de facultades. Y, por cierto, parte de la propia tropa kirchnerista, si bien dio quorum (tampoco se trata de héroes...) le votó en contra.

Veremos qué sucede ahora en el Senado, cuyos miembros se supone que representan a las provincias, con una cuestión que renueva el conflicto entre el interior y el gobierno central.

Las consecuencias económicas de esta locura han sido ya ampliamente comentadas (hay un buen resumen de Enrique Szewach acá). Pero en el plano político-institucional, me parece que todas las posibilidades están abiertas. Ojalá los ciudadanos comunes comprendamos que estas cosas pasan, en buena medida, por nuestra indiferencia y/o escepticismo y/o fatalismo al momento de votar, y que los políticos -algunos de ellos, aunque sea- reflexionen sobre lealtades y compromisos. ¿Soy demasiado ingenuo?

viernes, julio 04, 2008

Llegará el día

"La gente empieza a darse cuenta
de que el aparato del gobierno es costoso.
Lo que aún no ve es que el peso recae sobre ella."

Frederic Bastiat (1801-1850)

Lejos, muy lejos de la argumentación oficial, el aumento de las retenciones tiene un obvio motivo: realimentar una caja que da señales de agotamiento. Acosada por esa realidad, la pareja reinante echa mano de cualquier argumento falaz.

Que el sector agropecuario prosperó no por haber invertido en los denostados noventa alcanzando un grado de competitividad internacional con el que el resto de los sectores ni se atreve a soñar, sino por obra y gracia de Kirchner (o sea que el suyo fue un gobierno pro-oligárquico...).

Que los productores no quieren pagar esa gabela (cuando en realidad a lo que se oponen es al incremento de sus alícuotas).

Que la recaudación permitirá redistribuir el ingreso mediante obras de infraestructura acordadas con gobernadores e intendentes (¿dónde está ese plan? ¿pasaron más de cien días y aún no escribieron siquiera un punteo de obras?).

Que es la única manera en que podremos afrontar los compromisos externos (¿no era que el desendeudamiento nos había liberado?). Y así por el estilo.

Todo ello, maquillado con aviesas acusaciones de golpismo a toda y cada opinión divergente, lo cual es cuando menos un agravio indignante contra millones de argentinos, y complementado con agresiones de distintas especies, desde las verbales de Hebe de Bonafini a las físicas del profesor D'Elía.

Llegará el día en que un ministro de economía tendrá que desenredar la insondable maraña de subsidios creada para planchar precios y tarifas, argentinizar empresas, disciplinar gobernadores y ayudar a amigachines. Posiblemente no lo hará por convicción ideológica, sino por extrema necesidad.

En ese momento, será hora de reflotar videos como el que les dejo a continuación.


jueves, julio 03, 2008

FARC out

(clik en la imagen para agrandar certificado de defunción)

Tiempo atrás, cuando el líder bolivariano cambió por completo su discurso respecto de las FARC, pensé que los guerrilleros deberían estar pasándola mal. Hoy esto está confirmado no sólo por la liberación de Betancourt, sino por las declaraciones del venezolano al respecto.

Hay que recordar quiénes son los primeros en abandonar cualquier barco a punto de hundirse.