miércoles, febrero 03, 2010

E la nave va


La sucesión de ejercicios fiscales deficitarios que viene arrastrando Tierra del Fuego ha provocado un efecto anestésico en la comunidad local, que parece haberse acostumbrado a esa condición. Como si se tratara de una mera cuestión administrativa, en virtud de la cual la ejecución del presupuesto -a la sazón, reducido a una mera formalidad- se resolviera con la declaración de algún funcionario "blanqueando" la cifra del desequilibrio: "son tantos cientos de millones..." dirá el hombre, e la nave va...

Pero, cada tanto, la realidad se contrapone en forma brusca a esta idílica percepción colectiva. Ocurrió hace poco, cuando el IPAUSS, sigla del organismo que administra el sistema jubilatorio provincial, tuvo graves problemas para pagar los haberes a sus beneficiarios. En medio de los obvios reclamos de estos últimos, se señaló con acierto que el incumplimiento de la Administración Central y de otros sectores del fisco en el pago de los aportes y contribuciones son la causa del desfinanciamiento y el cuasi-colapso del Ipauss. La polémica se extendió a la supuesta intención de la gobernadora de traspasar el sistema al gobierno central a cambio de una asistencia financiera, como lo evidenciaría el envío por parte del Poder Ejecutivo al directorio del Ipauss de un borrador de convenio que parecía apuntar a ello. El organismo lo rechazó, la gobernadora a su vez desmintió que su propósito fuera el denunciado, y la situación quedó en suspenso, no se sabe hasta cuándo.

Es obvio que detrás del desfinanciamiento del Ipauss provocado por los retrasos en las transferencias patronales está (además de las deficiencias propias del sistema) el desbocado déficit crónico. Un presupuesto con déficit implica que para ejecutar todas las acciones en él previstas, dicha brecha deberá ser cubierta (financiada) tomando fondos de diversas fuentes (endeudándose). Si no se logra el financiamiento necesario, porque el nivel de endeudamiento acumulado dificulta contraer nueva deuda, varias acciones (por ejemplo, el pago de las obligaciones con la seguridad social) no podrán llevarse a cabo, por más que estén contempladas las partidas presupuestarias respectivas. Como diría Sherlock: elemental.

¿Significa esto que el gobierno de Fabiana Ríos demora esos pagos por una causa, digamos, perversa? No lo creo. Lo que sucede es que sus disponibilidades financieras le alcanzan para pagar, a duras penas y en forma escalonada, los haberes de sus empleados, y para casi nada más. De hecho, la publicidad oficial sobre los "logros" de los dos primeros años de gestión se centra en forma casi exclusiva en el hecho de haber logrado pagar los sueldos durante ese período. Lo trágico es que no se haga nada para cambiar tan penosa situación.

Sólo se ha procurado generar paliativos, asumiendo altos costos políticos. Pruebas al canto:

  • El controvertido convenio con una empresa de origen chino para la explotación de recursos minerales fue gestionado en forma por lo menos desprolija, olvidando el sacrosanto principismo que blandía el elenco oficial cuando militaba en la oposición, porque el fin perseguido era el de allegar fondos por regalías al fisco lo más pronto posible.
  • Los legisladores nacionales del oficialismo provincial se alinearon incondicionalmente con las iniciativas del kirchnerismo en el Congreso, dejando de lado cualquier prurito ético, como un modo de allanar las posibilidades de acceder a la asistencia financiera del gobierno central.
  • La gobernadora olvidó su antigua querella penal contra Néstor Kirchner, al tiempo que estrechó filas con la presidenta cada vez con mayor frecuencia. En forma un tanto paradojal, esto ocurre justo cuando la imagen del gobierno nacional se deteriora cada día un poco más.
  • En igual sentido, se ha anunciado que se pondrá en marcha un mecanismo para financiar obra pública en la provincia con recursos provenientes de la explotación petrolífera off-shore. Claro, se hará a la manera peronista, mediante la creación de un "fondo fiduciario", el mecanismo inventado por el menemismo y continuado en forma entusiasta por sus sucesores hasta hoy, que posibilita el manejo de fondos fiscales por fuera del presupuesto y de las normas de contabilidad pública.
Bueno, después de todo tal vez haya que aceptar que la nave va, aunque no se sepa hacia dónde...

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