jueves, marzo 04, 2010

El sueño del renunciamiento



Nuestra presidente/a ha afirmado varias veces que admira y revindica a la Evita del gesto crispado. En estos días, sus gestos, precisamente, muestran una crispación en ascenso.

De un extremo al otro del arco político, advierten sobre la preocupante profundidad de la crisis. La administración parece dispuesta -para usar la terminología de ciertos jóvenes idealistas de hace tres décadas, varios de los cuales son hoy funcionarios gubernamentales- a agudizar las contradicciones. En esa línea, la jefa del Estado primero se burló del Congreso en plena sesión inaugural, después vapuleó y denunció al vicepresidente y la oposición, enseguida  hurgó con argumentos propios de un reality-show en la vida privada de una jueza y, desafiante, insinuó sin mucho disimulo su aparente disposición a violar cualquier norma del estado de derecho.

Mi sensación es que esta mujer está sacada, y que ello es producto de una frustración no asumida: la derrota electoral del año pasado. Entonces, todo es posible. Cuando se produjo el conflicto con los productores agrarios que Julio Cobos laudó con su famoso voto no positivo, el esposo presidencial instó a su mujer a renunciar. Parece que, tras estar a un tris de hacerlo,  la convencieron de no dar ese paso. Pero es un antecedente a considerar.

La exasperación que Cristina Fernández muestra en sus cada vez más frecuentes alocuciones públicas es preocupante.  Se asemejan demasiado a signos de desesperación de alguien que no sabe o no quiere desempeñarse en un marco de negociación, esencia de la actividad política entendida en su acepción más sana. Está, es obvio, a años luz de la concepción de su amigo José Mujica, el nuevo presidente uruguayo que cada día brinda una muestra más de su percepción de la realpolitik, que lo ha posicionado como un tan hábil como moderno gobernante socialdemócrata.

Cristina parece haber descubierto de pronto que está en el desierto, y sin un oasis a la vista. Da la sensación de sentirse acorralada, lo cual suele ser muy peligroso, sobre todo tratándose de gente poco proclive al equilibrio emocional. El gesto crispado de Evita se ha convertido en un sello cotidiano y personal de CFK. Pero la mujer de Perón debió renunciar hace más de medio siglo a una candidatura por graves motivos de salud, una circunstancia bien distinta a la que la esposa de Néstor Kirchner afronta hoy. Sin embargo,  la escalada de declaraciones altisonantes y descontroladas y sus obsesivas alusiones al fantasma destituyente parecerían presagiar un nuevo renunciamiento.

En ese caso, ella creerá que el paralelo con Evita dejó de ser un sueño. No obstante, se tratará de un nuevo, craso error, porque como afirmaba el General, la única verdad es la realidad.

4 comentarios:

il postino dijo...

Coincido. Tiene el gen setentista tardío del martirio al pedo. Como en los 70s ella se dedicó a la lucha armada contra la celulitis, ahora el sentimiento de culpa la lleva a buscar su propia hoguera donde inmolarse. Una hoguera, por supuesto, alimentada por su propia vanidad...

Mastrocuervo dijo...

Postino, su lucha continúa, ahora las armas son el botox, las extensiones pilosas y las carteras de Louis Vuitton (que dudo si serán auténticas o de La Salada)...

ars dijo...

Más allá de la ridícula pretensión de "figurar" el "gran renunciamiento" (cosa que creo realmente piensa la pareja gobernante), lo peligroso es el modo y las circunstancias en que esto podría pasar, obviamente en forma deliberada. El asunto no pasa exclusivamente por hacer "la Gran Evita", sino por generar previamente un escenario de confrontación y "tierra arrasada" propio de Satlin.

Mastrocuervo dijo...

@ ars:

Estoy de acuerdo. Un probable escenario del sueño (más apropiado sería llamarlo "delirio") del renunciamiento sería el siguiente:

- "Agudizar las contradicciones" en materia fiscal (es decir, haciendo crecer el gato) todo lo posible.

- Lo mismo, en el plano monetario.

- Entre tanto, extremar el nivel de conflicto con un lenguaje flamígero centrado en "las pretensiones destituyentes de la derecha"

- Entonces, sólo entonces, renunciar con un discurso estudiadamente hiperemotivo, desde el balcón de la Rosada, rodeada de Néstor, Moyano, Aníbal, Hebe y Estela, ante una plaza colmada por camioneros y los muchachos de D´Elía.

De esa manera le arrojarían el gobierno a Cobos, apostando a su probable fracaso (dada la tierra arrasada que le van a dejar) para presentarse en las elecciones de 2011 como la opción nac&pop ante los "poderes concentrados", con la compañía de transversales tales como Sabatella y algún otro pajarito que enganchen por allí.

No me parece algo demasiado descabellado...