lunes, julio 02, 2007

TRIUNFO CON GUSTO A POCO


La selección argentina acaba de ganarle a la de Colombia por 4 a 2, en Venezuela. Desde una óptica -digamos- estadística, el resultado es significativo, ya que nos clasifica para los cuartos de final de la Copa América, al par que da cuenta de la contundencia ofensiva del equipo, con sus ocho goles en dos partidos. Pero bien es sabido que desde la irrupción de Guillermo Moreno, las estadísticas han perdido fiabilidad.

Por caso, la victoria inicial ante un limitadísimo EE. UU. llegó después de un insulso primer tiempo, y sólo cuando Aimar sacudió la modorra que había atenaceado a nuestros players (Basile dixit) hasta su ingreso. Y anoche, le ganamos a un cuadro colombiano sin talento ni alma, que apenas trató de suplir sus carencias con juego brusco (fue un acierto albiceleste no entrar en el intercambio de asperezas). Pese a la diferencia de capacidad en nuestro favor, la inexplicable suficiencia en que se transformó el dogma del cuidado de la pelota en el segundo tiempo, agrandó al rival y llegó a comprometer el triunfo. Feo, sobre todo porque después de la tibia producción del debut (más allá de la goleada), era esperable una mejoría: en cambio, creo que el rendimiento del cuadro transitó por una meseta.

Me parece que el problema estuvo en la mitad de la cancha, donde sólo rescato el despliegue de Mascherano y la prolijidad de Cambiasso. Juan Sebastián "jamás-piso-el-área-rival" Verón me sigue dando la sensación de que la celeste y blanca le pesa cual armadura medieval, mientras que Riquelme estuvo en una de esas jornadas en que exaspera hasta a sus admiradores incondicionales: pasó mal cuatro de cada cinco pelotas que tuvo, y casi nunca le imprimió un cambio de ritmo a los avances. Claro, las estadísticas (otra vez, ese abuso numérico) dirán que Román consiguió dos goles, sin registrar que el gestor de ambos fue Messi con su magnífica determinación para encarar hacia adelante en pos de perforar la defensa adversaria.

Otro asunto es que la salida obligada de Crespo, a quien tanto y tan injustificadamente se suele cuestionar (es el segundo goleador de la selección después de Batistuta, y delante de Maradona), le creó un problema al equipo, que desde ese momento no dispuso de su sentido de la ubicación y su eficacia. Milito jamás lo hizo olvidar, al contrario.


En suma, no me deja conforme lo hecho hasta acá por el equipo del Coco. Me gustaría ver a Tévez y Aimar más tiempo en la cancha, y también que se pruebe alguna alternativa en la posición de Verón (¿Gago tal vez?). Jugadores hay de sobra y, con semejante material, siempre es posible que la levantada se produzca. Ahora vendrá un agrandado Paraguay, que quizá nos pueda dar una medida más certera de dónde estamos parados.

Por lo menos, así lo veo yo...

Notas:
1 - La foto pertenece a
La Nación
2 - Hay datos históricos interesantes en
la página oficial de la Copa

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mike, me extraña. Riquelme y Verón son un producto del "sistema T y C". No digo que jueguen mal, por favor; sólo digo que en las de verdad siempre son un embole, tanto que exasperan.
Además, no me caen simpáticos, por lo tanto, siguiendo la ilógica futbolera, que se vayan a c...

Anónimo dijo...

Mike, me extraña. Riquelme y Verón son un producto del "sistema T y C". No digo que jueguen mal, por favor; sólo digo que en las de verdad siempre son un embole, tanto que exasperan.
Además, no me caen simpáticos, por lo tanto, siguiendo la ilógica futbolera, que se vayan a c...