jueves, febrero 28, 2008

Lejos de ella



La opera prima como directora de la actriz canadiense Sarah Polley induce a pensar que habrá que seguirla en el futuro. Es que se trata de una película sólida y al tiempo sutil, con un estilo de narración que denota una gran sensibilidad y una prescindencia total de los golpes bajos a los que el tema podría haberla inducido. No hay aquí un melodrama lacrimógeno, apenas una historia de vida, con todo lo que ello significa.

Fiona y Grant han estado casados por 44 años, se llevan bien y disfrutan de un buen pasar luego de jubilarse como docentes (una de esas cosas que sólo suceden en el primer mundo y en Tierra del Fuego). A los sesenta y pico, honran la buena mesa en compañía de amigos y gozan del esquí de fondo sobre los prados que están detrás de su acogedora cabaña de madera. Sus vidas transcurren de modo apacible, hasta que algunas acciones de ella se convierten poco a poco en señales preocupantes: su memoria "de corto plazo", falla...

Fiona primero sospecha, luego se informa y por fin comprende lo que le está pasando. El mal de Alzheimer avanzará inexorablemente. Su mundo y el de Grant están a punto de estallar en pedazos.

Hay unos desempeños actorales formidables, monumentales. Julie Christie, con un compendio de gestos exactos pero sin un gramo de sobreactuación, transmite con justeza el drama de una mujer que -como ella misma dice- no está ida, sino que se está yendo. Gordon Pinset es capaz de expresar con una mirada o un silencio la gigantesca dimensión de la angustia que lo está devastando. Olimpia Dukakis y el resto del elenco muestran solvencia y confirman la calidad de la dirección.

La historia no termina "bien", como era de esperar. El valor de la película está en el desarrollo de la trama, en la forma en que cuenta los profundos cambios que experimentan las vidas de ambos protagonistas, quienes nada pueden hacer para impedirlos. El entorno invernal es un marco y un símbolo. En determinados momentos parecerá que cada uno encuentra un refugio, pero se tratará de meras treguas.

Diría que si tu estado de ánimo está un poco devaluado, te convendría esperar un poco para verla. Pero, una vez apreciado, buscala porque vale la pena.

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