martes, agosto 19, 2008

No te vayas nunca, Dunga


"El fútbol es una frazada corta". Esta frase, sabia, era pronunciada con sencillez por "Tim," el DT brasileño de aquel equipo de San Lorenzo de 1968 que pasó a la historia del fútbol doméstico con el contundente apelativo de "los Matadores". Aludía a una evidencia empírica: cuando un equipo privilegia la defensa, disminuye su capacidad de ataque, y viceversa. O lo que es lo mismo: el equilibrio en el fútbol es lo más difícil de conseguir.

Aunque "Dunga" también es brasileño, no sólo es dudoso que sepa quién fue Tim: tampoco debe haber escuchado aquella consigna. Entonces, arma sus equipos (ya se trate de la selección mayor o de este mix olímpico) pensando ante todo en defenderse. Ojalá que siga así, fiel a sus antecedentes como capitán del muy mediocre y defensivo campeón mundial 1994, que le ganó la final a Italia por penales tras un soporífero 0 a 0 en los noventa reglamentarios.

"Así" significó hoy:

  • Contener a los marcadores laterales para que no pasen al ataque como lo hacían los Carlos Alberto, Nelinho, Roberto Carlos, Cafú y tantos otros que supimos padecer.
  • Asignar a Lucas y Anderson marcas personales sobre Riquelme y Messi, liberándolos de la función de crear juego.
  • Dejar solito arriba a Sobis contra tres o más defensores argentinos.
A ello se agregó la triste sombra de Ronaldinho, que estacionado contra la raya izquierda trasuntó el dolor de ya no ser.

No quiero decir con esto que el triunfo argentino careció de méritos o llegó de regalo. Todo lo contrario. El equipo mantuvo siempre el orden y el equilibrio; los jugadores estuvieron atentos y concentrados, poniendo el corazón y la fuerza necesarios en la disputa de cada pelota; y los rendimientos individuales fueron muy buenos, con Mascherano y Gago en un plano superlativo. Como consecuencia de todo ello, impuso una clara superioridad y ganó muy merecidamente.

Además, ligamos: dos tiros en los palos más un gol en contra (bien) anulado.

Dunga reaccionó a lo Cristina: "mantendré mis convicciones".

No te vayas nunca, Dunga.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Comparto, Mike. Así y todo no puedo dejar de reflexionar sobre lo azaroso de este juego, aspecto que lo hace apasionante. Si los hermanos latinoamericanos metían la primera que pegó en el palo... mmm...
Ahora con los "pibes" de Nigeria. De nuevo lo azaroso. En el 96, creo, los teníamos más o menos cocinados. Todavía me duele el gol a los 45'.