domingo, febrero 15, 2009

La escafandra y la mariposa


Esta magnífica película francesa refleja una historia real, que su protagonista convirtió en el libro que le sirve de base al guión.

A los 42 años la vida parece sonreírle a Jean Dominique Bauly. Es un periodista exitoso (editor-jefe de la famosa revista parisiense "Elle"), planea escribir un libro y vive un intenso romance con una mujer más joven, por la que se ha separado de su esposa, con la cual tiene tres hijos. Pero eso que los médicos llaman "un accidente cerebro-vascular" lo expulsa de modo abrupto de tan cómodo escenario.

Despierta en un lugar de rehabilitación cerca de la costa de Calais, paralizado de pies a cabeza: está imposibilitado de hablar, respira con ayuda mecánica y ni siquiera puede comer. El neurólogo le da una cruda descripción del cuadro que no avala el optimismo que él mismo intenta transmitirle.

El único resquicio que le ha dejado la incapacidad motriz es su ojo izquierdo, que gracias a un novedoso sistema desarrollado por una de las terapeutas que lo asisten, se convertirá en la herramienta de comunicación de una mente que no ha sufrido daño alguno.

Lo notable de la película es que la trama se va desarrollando desde la perspectiva del protagonista, quien relata sus vivencias al espectador con su voz en off. Apresado en un cuerpo que siente como una escafandra que lo mantiene hundido en el fondo del mar, Jean Dominique comprende que tiene dos elementos para sobrevivir: su imaginación y su memoria. Ellas lo convertirán en la mariposa que saldrá a sobrevolar su pasado y lo ayudará a vivir su presente. De tal modo, supera la autoconmiseración inicial y simplemente, vive la vida en la forma en que le ha tocado. Termina escribiendo un libro, que dicta a una asistente mediante el parpadeo de su ojo.

El director Julian Schnabel no sólo evita caer en el dramón lacrimógeno, sino que construye una obra memorable, describiendo ese tremendo drama humano con pinceladas de humor y una gran belleza visual. Las actuaciones son excelentes, empezando por la del protagonista Mathieu Amalric.

Creo que es una verdadera joya, imperdible.

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