lunes, febrero 04, 2008

Los pasos del cangrejo


El semiólogo y escritor italiano Umberto Eco ha compilado una serie de artículos y conferencias que elaboró entre 2000 y 2006 en un volumen titulado A paso de cangrejo (Ed. Sudamericana)

El título alude a la forma en que, según el autor, parece caminar la historia -hacia atrás, claro- en el nuevo milenio, condicionando tanto pronóstico favorable derivado de los avances científicos y los progresos democráticos.

Eco ejemplifica de un modo apabullante en el prólogo, con varias observaciones agudas, entre ellas:

"... se vio claramente que avanzábamos hacia atrás después de la caída del muro de Berlín, cuando la geografía política de Europa y Asia cambió de manera radical."

"... los editores de atlas tuvieron que desechar todas sus existencias (...) e inspirarse en los atlas publicados antes de 1914."

"Después de los cincuenta años de guerra fría, los casos de Afganistán y de Irak nos retrotraen triunfalmente a la guerra real o guerra caliente."

"... nos ofrecen un nuevo episodio de las Cruzadas con el choque entre el islam y la cristiandad".

"Han reaparecido los fundamentalismos cristianos (...) y ha surgido de nuevo, aunque sea en términos demográficos y económicos, el peligro amarillo."

"... nuestras familias acogen de nuevo a siervos de color, como en el Sur de Lo que el viento se llevó."

"Se han renudado las grandes migraciones de pueblos bárbaros como en los primeros siglos después de Jesucristo."

Y agrega con desaliento: "Parece como si la historia, cansada de dar saltos hacia delante en los dos milenios anteriores, se encerrara de nuevo en sí misma".

¿A qué viene todo esto?, se preguntará tal vez el lector que ha logrado llegar hasta aquí. Pues, a que la Argentina en la que nos toca vivir parece igualmente dispuesta a dar pasos de cangrejo.

Así, hoy nos hemos desayunado con la noticia de un nuevo Pacto de Olivos, acordado por Kirchner y Lavagna pero criticado por uno de los firmantes de su símil de 1993, Alfonsín.

La semana pasada, la Presidenta aprobó nuevas asignaciones de fondos para las obras sociales de los sindicatos, replicando la eficacísima herramienta domesticadora de caciques gremiales que gustaba emplear Menem en los denostados noventas.

Los controles de precios que son la piedra angular (junto con unos modales un tanto excéntricos) de la estrategia del secretario de comercio nos retrotraen no sólo al peronismo de los setentas y los cincuentas, sino también a los Estados Unidos de la Oficina de Administración de Precios dirigida por Galbraith, a la Alemania de los años treinta, a la Francia del siglo XVIII y, llegando al fondo de los tiempos, al emperador Dioclesiano y a los reyes sumerios del siglo XXIV antes de Cristo. En todos estos casos, dicho sea de paso, el resultado fue el mismo: fracaso. Aunque no todos nuestros pasos son hacia atrás en este aspecto: hay que reconocer que estamos casi apareados con la Venezuela bolivariana.

La gente se muere de desnutrición en el Chaco, repitiendo la historia del cólera en Salta, también durante los noventas.

Los pobladores de Tres Arroyos vigilan por las noches armados hasta los dientes, como lo hacían quizá los fortineros o los estancieros bonaerenses más de un siglo y medio atrás esperando al malón.

En la provincia de Entre Ríos grupos de particulares con actitud amenazante reparten salvoconductos para cruzar a Uruguay, ejerciendo una privatización del control fronterizo que ni se le debe haber pasado por la cabeza a Menem en su época de auge y remedando, además, prácticas feudales.

Esperemos que el cambio prometido empiece pronto, porque así vamos p'atrá.

(La imagen es una lámina del pintor estadounidense Paul Brent, disponible en el sitio web www.allposters.es. Linda, ¿no?)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo diría -una vez más- lo que he repetido hasta cansar a quienes han tenido la mala suerte de escucharme largamente en trasnochadas sobremesas: no nos vendría nada mal conocer un poco más de la historia de las civilizaciones, por así decirlo. En mi opinión, se trata de la historia de la naturaleza humana o de la cultura, si se prefiere.
A veces se puede aprender, lo que no significa que con ello podamos impedir los procesos negativos que se paralelan y repiten casi cíclicamente, acomodados a los tiempos en que suceden.
La diferencia radica en que se puede llegar a comprender un poquito más lo incomprensible.
Si hay algo que me molesta es no entender lo que pasa. Me molesta mucho más estar al "paso del cangrejo".
Lo que me da esperanzas es que los procesos de cambio también suelen repetirse.
¿Por qué no animarnos a cambiar?

Francisco