martes, febrero 26, 2008

Un rumbo en el casco del Titanic




Hace unos tres años estuve en Cuba, comprobando in situ las "maravillas" del paraíso socialista. El viaje me sirvió entre otras cosas para entender que el bloqueo estadounidense, además de hipócrita (¿acaso el régimen chino es menos despótico que el de la isla?), resulta cuando menos estúpido, ya que nutre con un argumento central y omnipresente al discurso gubernamental.

La televisión oficial (no hay canales privados, obvio es decirlo) alterna las noticias sobre el socio y financista bolivariano con una saga de proclamas antinorteamericanas, con las que se machaca a la población todo el tiempo. El ciudadano común (no el vinculado de algún modo al aparato) hace como que cree en esa propaganda, del mismo modo que hace como que vive con el salario oficial de diez a quince dólares. En el mundo real, entre tanto, la gente "resuelve", que es el sinónimo isleño de nuestro "curro" pero con un valor agregado: una corrupción profundamente estructural que se exhibe sin tapujo alguno. Ese es el "hombre nuevo" real, tan distinto al soñado por el Ché.

Por estos días, el renunciamiento de Fidel generó expectativas respecto de un cambio en la actitud del régimen, que el primer discurso del nuevo presidente Raúl parece haber echado por tierra. Sin embargo, conviene estar atentos, recordando que si algo va a ocurrir, será muy lentamente, como todo en la isla. Tampoco se debe olvidar que los altos oficiales del ejército que conforman el principal apoyo del hermanito, controlan las principales empresas vinculadas al turismo y la explotación de materias primas.

En ese contexto, a mi me parece que la reciente entrevista de Raúl con Lula es un dato importante. Aún si esto terminara siendo una buena noticia para el pueblo cubano, se correría el riesgo de que Estados Unidos volviera a cometer las torpezas de los años sesenta, empujando al régimen a los brazos de Chavez como antes lo impulsó hacia los de Kruschev.

Pero, por otra parte, hay procesos de apertura que se vienen dando en la sociedad cubana a pesar de la férrea postura oficial, traducida en las cárceles pobladas de disidentes.

Un ejemplo de lo que digo lo da Yoani Sánchez, una joven filóloga cubana que reside en La Habana, quien mantiene a duras penas un blog donde expresa con libertad su pensamiento. Lo extraordinario, y también estremecedor, de ello es que lo lleva a cabo sin escudarse en el anonimato.

En efecto, Yoani se las arregla para editar y actualizar su sitio, por ejemplo, "colándose" en las computadoras que están en los lobbys de los hoteles. Porque en el maravilloso mundo castrista sólo tienen acceso a Internet los (pocos) cubanos debidamente autorizados por el gobierno, y los turistas extranjeros.

Si decidieran leer el blog, los admiradores incondicionales del patriarca presuntamente en retiro (por ejemplo, los que lo vivaron emocionados frente a la portada de la Facultad de Derecho de Buenos Aires) , quizá concluirían que se trata de un complot más de la CIA o de otra lacra de la odiada globalización, y en esas ideas hallarían cierto alivio.

Otras personas de mentes tal vez más abiertas, podrían pensar que Internet ha perforado un rumbo en el casco del vetusto y escorado Titanic castrista, por donde gota a gota van entrando las incontenibles aguas del mar de la información del mundo exterior.

El blog de Yoani se puede visitar cliqueando acá, y es recomendable porque aporta una mirada poco conocida de la sociedad y la realidad política cubana. Tal vez convenga apurarse a verlo, antes de que el Gran Hermano proceda según su ruda costumbre.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando hay prohibiciones desaparece la razón y se siembre la mentira. El régimen cubano es un buen ejemplo. Ya va siendo hora de dejar de mentir, en especial en estos pagos, donde no son pocos los revolucionarios burgueses que mienten a los jóvenes, al sólo efecto de mantener sus preciados ingresos, bien capitalistas, por cierto.

Anónimo dijo...

Cuando hay prohibiciones desaparece la razón y se siembre la mentira. El régimen cubano es un buen ejemplo. Ya va siendo hora de dejar de mentir, en especial en estos pagos, donde no son pocos los revolucionarios burgueses que mienten a los jóvenes, al sólo efecto de mantener sus preciados ingresos, bien capitalistas, por cierto.

Anónimo dijo...

Cuando hay prohibiciones desaparece la razón y se siembre la mentira. El régimen cubano es un buen ejemplo. Ya va siendo hora de dejar de mentir, en especial en estos pagos, donde no son pocos los revolucionarios burgueses que mienten a los jóvenes, al sólo efecto de mantener sus preciados ingresos, bien capitalistas, por cierto.