martes, febrero 03, 2009

2 al precio de 1

Van dos posts al precio de uno.



1) El autor de este blog está en contra de los escraches, los cortes de calles o rutas y, en general, de todo acto de violencia. Esto debiera ser un principio de toda persona civilizada, y como tal no tendría que ser relativo.

Por eso, que desde este blog se adopte una postura muy crítica respecto de la política del actual gobierno nacional, no es óbice para deplorar el reciente escrache al diputado santafecino Agustín Rossi. Son tan criticables los cortes de ruta de una horda choripanera a sueldo de D'Elía como los impulsados por productores rurales; tan censurables los escraches a la ministra Alicia Kirchner en Santa Cruz como los del grupo Barrios de Pie a la casa de Luciano Miguens. No tienen justificación cuando vivimos bajo un estado de derecho, por más que las autoridades lo desvirtúen casi a diario con su comportamiento. Los productores rurales que acosaron a Rossi (presumo, con arbitrariedad, que varios de ellos tal vez lo votaron) tendrán en octubre la oportunidad de expresar su repudio a través del sufragio. Así se actúa en democracia. Ergo, es repudiable el ensayo de justificación elaborado por el presidente de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, admirador confeso de Evo Morales.

Además los escraches, bueno sería recordarlo, reconocen su antecedente moderno en los que llevaban a cabo los nazis alemanes contra las viviendas de familias judías. Es decir, se inspiran en una de las peores lacras que azotaron a la humanidad.

ººº



2) Muy interesante (y polémico) el artículo de Daniel Montamat en La Nación de hoy, sobre la crisis económica internacional. Recomiendo su lectura, mientras reproduzco aquí algunos pasajes:

El sobreconsumo bulímico americano que fue funcional a la economía internacional era, a todas luces, insostenible en el largo plazo. En una cultura posmoderna que vive el presente como devenir, hubiera tocado al Estado ocuparse de los desequilibrios que ponían en jaque la supervivencia futura del sistema económico. Por el contrario, con su rol y sus políticas, los Estados exacerbaron el ciclo y los desequilibrios. Había que complacer las preferencias por el consumo adictivo.

El capitalismo no está jaqueado por la crisis financiera, sino por la dictadura del presente que imponen las preferencias posmodernas.
Así como en el presente las preferencias posmodernas son refractarias a la inversión del Estado en bienes públicos, en el largo plazo resisten todo esfuerzo generacional tendiente a sustentar la reproducción económica, social y ambiental del sistema.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mike:
Por algo será que tengo el privilegio de que seamos amigos. Comparto totalmente tu preciso comentario relacionado con esta maldita costumbre de la agresión disfrazada de "protesta democrática"; también los conceptos del artículo que señalás. Juan José Sebreli, hace un par de años publicó un libro cuyo título es "El Olvido de la Razón". Bueno, ya sabés lo minucioso que suele ser este hombre y en esta obra lo es, demitificando contundentes los equívocos "paradigmas" de la posmodernidad, empezando por la bien denominada "bulímica" por Montamat. Un abrazo, man.