lunes, agosto 24, 2009

Entre secuestros y fusilamientos


La impronta setentista del gobierno nacional, lejos de atenuarse, tiende a ser cada vez más profunda. Por supuesto que cuando digo "gobierno" me refiero al reducido núcleo duro del mismo, que abarca al matrimonio Kirchner y al consejero Zanini.

Sabido es que el desempeño "militante" del santacruceño y su esposa en los años de plomo fue entre escaso y nulo, y que en esa carencia es dable buscar las motivaciones (¿remordimiento?) del recurrente uso de interpretaciones y metáforas emparentadas con "la causa", entendiendo por esta última a la abrazada por la Juventud peronista de aquellos tiempos.

En este contexto deben entenderse dos apreciaciones efectuadas por la Presidenta la semana pasada. En una de ellas, se consideró víctima de un "fusilamiento" mediático, aprovechando además para compararse con Manuel Dorrego, un militar y político asesinado por Lavalle en 1828.

La otra declaración tuvo lugar a propósito del contrato suscripto por el gobierno y la AFA para la televisación del fútbol profesional, trazando un lamentable paralelismo entre los desaparecidos durante la última dictadura militar y los goles supuestamente "secuestrados" por la empresa privada que detentara con anterioridad una suerte de monopolio de esas transmisiones. La comparación no hizo mella en la sonrisa ganadora de Julio Grondona, quien -para seguir con las similitudes siniestras- había sido algo así como el entregador de esos vituperados goles.

La liviandad, o peor aún, la frivolidad de esas declaraciones presidenciales sólo fue opacada por la obsecuencia justificadora de la Sra. Estela de Carloto, que las consideró "sólo una frase más". Una comprensión por demás llamativa, viniendo de alguien que siempre ha mostrado una alta irritabilidad ante cualquier mención a aquellos desgraciados episodios.

Fusiles, secuestros, una retórica característica de quienes consideran al ejercicio de la política como una lucha por el poder a cualquier costo. Y en este último sentido, es necesario reconocer que los K tienen muchos puntos de contacto con sus referentes de antaño, aunque algunos de ellos no les reconozcan ese dudoso mérito.

(La imagen pertenece a Clarín)

1 comentario:

ars dijo...

Nada hay que agregar al comentario. Simplemente me limito a manifestar que creo que aquí lo único que va a desaparecer es el dinero público, esto es el nuestro.