martes, enero 12, 2010

Enseñando el camino


El tal vez no tan todopoderoso Chávez, quizá por no contar con un funcionario de la formidable eficiencia de nuestro nunca bien ponderado Napia, lanza al ejército contra los comerciantes por "remarcaciones y especulación". Al mismo tiempo, y redoblando aquella apuesta de la "ducha comunista de tres minutos", el gobierno venezolano inicia hoy un plan de racionamiento de luz en todo el territorio nacional para, según declara el ministro del área, evitar una situación crítica que llegue en febrero a "un apagado general del país".

Después de años de disfrutar de unos muy altos precios del petróleo, su principal producto exportable, Venezuela ha debido llevar a cabo una devaluación competitiva, creando además el "dólar petrolero". El ministro Giordani, mientras reclama que no se apoye "al especulador con las compras", celebra la próxima transferencia de siete mil millones de dólares, de las reservas del Banco Central a un Fondo de Desarrollo Nacional.

Por su parte, el presidente endurece su discurso nacionalista, amenaza con expropiar empresas y vitupera a la oposición.

Despilfarro de los ingresos por exportaciones, inflación reprimida, problemas fiscales, manotazo a los activos, supuestas conspiraciones por todos lados. Una música que suena muy conocida a los oídos argentinos. Lo mismo opina el diario español "El Mundo", que termina hoy una nota editorial al respecto con esta dura frase: "El populismo no funciona en Latinoamérica y todavía menos el socialismo de Chávez. Argentina también está pagando el intervencionismo kirchneriano, que ha sumido al país en la bancarrota de sus cuentas públicas."

Link a sitios donde informarse más:

Aporrea

El Mundo

(La imagen pertenece a ThinkingPlanet.)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me pregunto cómo se dice en Venezuela "estar en el horno". Porque, al decir de los irmaos brasileños, me parece que a "a sua batata esta asando... Y vai quemar"
Chávez, no sólo sos un estúpido: estás destrozando al pueblo venezolano. No tenás vergüenza y además, das lástima.