martes, abril 07, 2009

Hoy, doble función


Slumdog Millonaire me resultó una película contradictoria. Según parece, su estilo es una suerte de tributo al llamado cine de Bollywood (sobre lo cual no puedo opinar, ya que no vi ninguno de esos films), y de hecho la acción transcurre en Mumbai, nombre actual de Bombay (la denominación "Bollywood" proviene de la simbiosis entre las palabras Bombay y Hollywood). Asimismo, contiene numerosas secuencias musicales, lo cual es una marca de fábrica de ese tipo de cine de la India.

Cuando terminé de verla, me sentí impactado por el despliegue visual con que se sostiene el aspecto testimonial de la obra. La crudeza de las numerosas escenas que describen la miseria imperante en el país y la evolución de los últimos años, a las que se agrega el ritmo que el director Danny Boyle imprime al relato, configuran prima facie un producto interesante.

Pero cuando analicé un poco más el conjunto, tuve la sensación de que la obra hace demasiadas concesiones para arribar a un formato hollywoodensemente correcto. La anécdota del joven marginal que llega a las puertas de la fortuna, presentándose en un programa televisivo de preguntas y respuestas en el que va escalando posiciones porque sucesos de su azarosa vida le proporcionan las contestaciones correctas, suena a cuento de hadas o, para estar más a tono, a leyenda de "Las mil y una noches".

No es que pretenda cuestionar esto último, ya que como bien señala un amigo mío, el cine es en esencia un entretenimiento. Pero si la intención fue pulsar la cuerda de la alegación social, la película está muy lejos de, por ejemplo, la excelente "Ciudad de Dios".

***



Ver Milk, sobre la vida de un militante homosexual estadounidense de los años setenta, vale la pena aunque sólo sea por la magistral actuación de Sean Penn. Lo había visto en otros papeles ("Mi nombre es Sam", "Río Místico", "La intérprete") y siempre me pareció un muy buen intérprete, pero aquí creo que alcanza un nivel superlativo.

El personaje principal decide, a sus cuarenta años, dejar atrás su oscura vida en Nueva York para radicarse en San Francisco con su pareja, instalándose en un barrio con una importante comunidad gay. Los avatares de la discriminación que sufre lo impulsan a llevar sus reivindicaciones al terreno político, hasta terminar postulándose a un cargo de concejal al que accede sólo después de varios intentos.

La película brinda una visión de la importancia que la actividad política adquiere para el ciudadano común en los EE. UU. Aunque no escapa a los cánones tradicionales del cine testimonial, resulta interesante sin llegar, creo, al nivel de un producto memorable, salvo por la mencionada actuación del protagonista.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estimado, no puedo más que hacer un comentario acerca de Milk, film al que ud le prodiga, a mi entender, demasiados elogios y ésto, el de los elógios, lo menciono porque sinceramente me pareció un reverendo EMBOLE. Lo único realmente resaltable para mí, fue el magno esfuerzo que realicé para luchar contra morpheo, pero, confieso que perdí mal.
Un abrazo
El abuelo lelo