miércoles, junio 30, 2010

Matrimonios y algo más


El Senado analiza en comisión  un proyecto de ley que ya cuenta con la media sanción de Diputados, por el que se modificaría el Código Civil habilitando el matrimonio entre personas del mismo sexo. Como ha ocurrido en otras partes del mundo, la cuestión moviliza intensos debates.

El asunto tiene muchas aristas. Una de ellas, en mi opinión, es la confusión entre el ámbito religioso y el del derecho civil. La Iglesia Católica no se opone sólo a que los homosexuales celebren un matrimonio religioso, sino que va más allá,  al pretender que tampoco puedan hacerlo en el ámbito civil incluso aquellos que no profesen dicha fe.  El amplio espacio que la institución ocupa en el debate refleja, por supuesto, la proporción de católicos entre la población total, pero esa "mezcla" (¿intromisión?) no puede menos que ser llamativa.

Esta postura no es exclusiva del catolicismo. En el mundo islámico la cuestión de la homosexualidad (ni pensar en el matrimonio)  recibe un tratamiento, digamos, muy poco tolerante. No hay más que recordar la opinión al respecto del pintoresco (llamémoslo así) Mahmud Ahmadinejad, presidente iraní, cuando dijo: "En nuestro país no tenemos ese problema".  De ser ello cierto, debería atribuirse a la eficacia de la pena de muerte con que lo combaten...

Otro enfoque es de supuesta índole moral. Quienes consideran a la homosexualidad como una perversión o algo por el estilo, alertan sobre un eventual "contagio" que se dispararía con la legalización del matrimonio gay, como si la preferencia sexual fuera determinada por una bacteria. Y desde allí dan un paso más, presagiando la destrucción de la institución familiar. Este punto requeriría la previa definición del concepto de familia, ya que la composición tradicional (padre, madre, hijos) convive desde hace tiempo con otras (como las monoparentales).  Pero más allá de esto, el prejuicio ignora que entre las familias de heterosexuales no son infrecuentes las situaciones aberrantes (abuso sexual de padres a hijos, violencia física de género, etc.),  mientras que son numerosas las parejas homosexuales bien avenidas. Por supuesto que en uno y otro campo -si se me dispensa la discriminación- se dan los casos contrarios (heterosexuales bien avenidas, homosexuales problemáticas) pero lo concreto es que no está demostrado que la orientación sexual sea determinante al respecto.

También está la mirada ideológica. Tanto en la Argentina como en los países nórdicos, España y Canadá, por citar a algunos, la reivindicación del matrimonio gay es de izquierda; por el contrario, sus enemigos suelen estar enrolados en la derecha. Sin embargo, de un modo paradojal la historia muestra que las discriminaciones y hasta las persecuciones más despiadadas contra los homosexuales fueron perpetradas en las llamadas repúblicas socialistas, desde la implacable URSS de Stalin hasta la Cuba del presente. Una variante caricaturesca de esta mirada es la de la corrección política, que en su versión llevada al extremo consistiría en lo siguiente: el hombre/mujer que elije tener sexo con otras mujeres/hombres es poco menos que un retrógrado filofascista.

Para cerrar estos apuntes sueltos, un comentario sobre cierta actitud bastante frecuente en diversos ámbitos de la comunidad, independientemente del nivel de ingreso o estrato social. Me refiero a esa postura que se sintetiza en frases como "No tengo nada contra la homosexualidad, mientras no la hagan obligatoria", que tras la máscara irónica rezuma un miedo tal vez inconfesable. Quienes la repiten ¿acaso temen que la autorización del matrimonio gay haga tambalear sus propias preferencias sexuales? ¿Significa que el casamiento entre las dos lesbianas que habitan el departamento vecino puede, de pronto, incitar a un señor hasta entonces convencidísimo heterosexual a relacionarse con alguien de su mismo sexo? ¿No es esta idea demasiado simplona y estúpida como para autosostenerse?

¿Saben qué es lo que pienso de todo esto? Pues, algo muy simple: hay que vivir y dejar vivir...

martes, junio 29, 2010

Ganar bien sin jugar bien


Analizando el partido contra México surgen algunas sensaciones extrañas, que se superponen con la alegría por la victoria.

Por un lado, creo que Argentina no jugó bien, pero su triunfo no admite mucha discusión. Claro, si esto lo lee un mexicano seguramente pondrá el grito en el cielo, dado que nuestro primer gol debió haber sido anulado por la más que evidente posición adelantada de su autor. Sin embargo, el trámite del encuentro -que no fue bueno- marcó otra cosa. Lo que pudo haber sucedido si el árbitro hubiera invalidado esa conquista forma parte de un ejercicio contrafáctico, imposible de corroborar, como todos ellos...

Me parece que el planteo defensivo del técnico de México, a primera vista eficaz, terminó condenando a su equipo a la derrota, confirmando las reservas de más de uno de sus compatriotas. Esa mezquindad, no obstante, pudo haberle dado resultados en los primeros tramos, cuando -mientras Argentina no conseguía hilvanar acciones de ataque-  sendos pelotazos de Salcido (¡qué bien y qué fuerte le pega!) y Guardado, por muy poco no terminaron en goles. A su turno, en cambio, Argentina mostró su eficacia. Tras varios escarceos en la mitad de cancha, donde los aztecas habían organizado una resistencia digna de una trinchera que a los argentinos les costó trasponer, sobrevino una breve ráfaga de encuentros de Messi, Tévez e Higuain que terminó en dos goles. Esa es la principal virtud de este equipo argentino: si consigue llevar las acciones a los últimos cuarenta metros de la cancha imprimiendo celeridad a su juego, la capacidad individual de sus tres hombres de ataque para crear y aprovechar oportunidades resulta temible.

Para colmo, a poco de empezar el segundo tiempo Carlitos Tévez clavó ese golazo desde fuera del área, y pareció que la cosa estaba liquidada. México por entonces trataba de modificar su actitud, pero la desventaja ya era muy grande, y no le alcanzó la levantada para capitalizar el flojo desempeño argentino después del tercer gol. Maradona hizo ingresar a Verón por Tévez, con la idea de armar una segunda línea de cuatro en la zona de volantes y así "cerrar" el partido. Por una parte, se trató de una decisión bien diferente a la que adoptó contra Corea del Sur, cuando, ante el crecimiento del rival, reemplazó al Apache por Agüero y liquidó el partido con un par de letales encuentros del Kun y Messi. Este domingo, en cambio, optó por una idea más conservadora, pero la cosa no funcionó. Argentina no logró el control de la pelota pese a intentarlo y, por lo tanto, no pudo armar contraataques; así, los mexicanos "se nos vinieron", consiguieron un tanto (¡qué facil es "arrear" a esta desteñida versión de Demichelis!) y estuvieron a punto de marcar el segundo. Argentina se fue metiendo, quizá inconscientemente, cada vez más atrás, pero México no tuvo tiempo ni convicción para trepar ese último par de escalones.

De nuevo, vuelvo a las sensaciones "raras". Ganamos bien sin jugar bien, mostramos nuestras virtudes y, también, nuestros defectos, en especial en la segunda parte. Allí Verón no llegó a jugar el rol de conductor que se espera de él. Es posible también que el ingreso de Jonás Gutiérrez haya sido tardío, cuando desde hacía rato el cansancio no le permitía a Di María (que, dicho sea de paso, aún no ha podido  demostrar sus condiciones ofensivas) seguir colaborando en la recuperación. Me parece, además, que Messi jugó su partido más flojo del Mundial, pecando de un exceso de individualismo.

Un comentario al margen: lo sucedido con ese primer gol debiera servirnos a los argentinos para desterrar las teorías conspirativas cada vez que nos va mal (lo cual no ocurre, por cierto, sólo en el plano futbolístico). En otras palabras,  ya es hora de que dejemos de quejarnos por el penal en contra que nos cobró Codesal en la final de 1990, y/o de las decisiones arbitrales que terminan favoreciendo a Brasil. Con la mano de Dios que levantó Maradona en 1986 y la mano que no levantó esta vez el juez de línea italiano, deberíamos tapar nuestras bocazas.

Ahora nos toca Alemania. Pero P & M esperará un par de días más para dar su pálpito. ¿Miedo, desconfianza?  ¡De ninguna manera! Sólo es prudencia...

Una embajada que no existió pero existió


En medio de la marea informativa que provoca el Mundial de fútbol, las noticias sobre los temas de la política doméstica pasan casi inadvertidas. Quiero decir: inadvertidas incluso para el minoritario porcentaje de la población que lee diarios y, de las emisiones televisivas, presta atencíón a algo más que los shows tillenianos y el resto de la escoria designada como realities.

El fenómeno acentúa el virtual estado de coma que aqueja al argentino promedio, único diagnóstico capaz de explicar una situación caracterizada por un gobierno que dedica el 90% de sus energías a tratar de desviar, desmentir o descalificar las denuncias de corrupción que, con frecuencia serial, brotan casi cotidianamente cual abscesos rebosantes de pus, y por una población que parece no darse cuenta de nada.

El caso del momento es el de la embajada paralela en Venezuela, surgido a raíz de las denuncias del ex embajador argentino en tierras chavistas, Eduardo Sadous, primero realizadas en sede judicial y luego ratificadas en el Congreso. El gobierno ha reaccionado con llamativa exaltación, primero negando su existencia (táctica en la que llevó la voz cantante el inefable jefe de gabinete) y, casi enseguida, confirmándola a través del ministro De Vido, quien usó como justificativo una supuesta incompetencia del diplomático. La flagrante contradicción, expuesta además con un discurso acusador y altisonante, se cuidó de recordar que las "actividades comerciales" encaradas por su cartera -que no es la encargada de las relaciones exteriores, por cierto-  continuaron mucho después del reemplazo de Sadous, primero por Nilda Garré y luego por Alicia Castro.  Ninguna mención, por supuesto, le mereció tampoco el desempeño de Claudio Uberti, defenestrado obligadamente del gobierno a raíz del affaire de la valija que el mequetrefe Antonini Wilson  bajó de un avión contratado por Enarsa, empresa cuasi-fantasma que gira en torno a la órbita del ministerio a su cargo.

Insisto en el estado de inconsciencia que parece dominar a la opinión pública, lo cual de alguna manera permite comprender que, según los encuestadores, la deteriorada imagen de los máximos exponentes del gobierno haya mejorado en la consideración general durante los últimos meses. Esto ocurre mientras muchos  medios de prensa mantienen -por distintos motivos- unas líneas editoriales que oscilan entre la postura opositora y la independencia, lo cual permite inferir sin mayores dificultades lo que ocurriría si -como pretenden el gobierno y cierto progresismo vernáculo-   el oficialismo lograra avanzar en sus intentos de acallar a las voces que no apoyan al proyecto

viernes, junio 25, 2010

Ahora, a octavos


El triunfo ante Grecia estaba en los cálculos previos de todos, así como el desarrollo que tuvo el partido. Los griegos, como era de esperar, demostraron que su modesta ambición era no perder por goleada, acumulando gente en zona defensiva y apostando unas escasas fichitas al grandote Samaras, su único delantero.

Sin embargo, enfrentar ese planteo era complicado porque, por un lado, en caso de no lograr un gol con rapidez el equipo podía caer en la desesperación y el desorden, y además estaba latente la posibilidad de que el contrario marcara con un contragolpe o tras una pelota parada. Hay que decir entonces, que la selección tuvo paciencia, buscó por diversos caminos y ya en el primer tiempo logró generar algunas oportunidades para abrir el marcador.  En el segundo tiempo siempre se mantuvo el control, más allá de que se perdió dinámica en los momentos en los que Messi se estacionó en la zona derecha. Fue interesante lo de Clemente Rodríguez por su lateral, así como lo de Aguero en el primer tiempo; también fue muy bueno lo de Pastore en el poco tiempo que jugó. Milito, en cambio, no encontró ubicación y terminó enredado en la maraña defensiva griega; me parece que Higuain lo supera en la disposición para involucrarse en el armado de las jugadas, incluso retrasándose unos metros.

El medio campo casi no necesitó esforzarse demasiado, ya que el rival cedió por completo la iniciativa. Así y todo, Verón volvió a mostrar algunas imprecisiones llamativas en los pases, y tanto Bolatti como Maxi Rodríguez  no descollaron. Quizá la premisa fue no desprotegerse yendo ciegamente para adelante, pero a la propuesta de los volantes le faltó vuelo.

Me pareció muy bueno el desempeño de Samaras, inteligente para ubicarse siempre en la posición en la que incomodaba más a los defensores argentinos, para tratar de pescar los largos pelotazos que le lanzaban sus compañeros. Se tiraba preferentemente sobre la izquierda y bien arriba, a espaldas de Otamendi y tratando de ir sobre Demichelis (de nuevo no transmitió la seguridad que se espera del último hombre), de manera de alejarse de la eventual cobertura de Burdisso. Así fue que pese a su abrumadora soledad se las arregló para arrimar peligro, y tuvo su chance para marcar, aunque por suerte la tiró afuera por poco.

En octavos de final nos toca contra los ex-ratones mexicanos, como en 2006. A priori, este equipo azteca no me parece tan fuerte como el que orientaba La Volpe, pero eso no quiere decir nada. Hasta aquí, la Argentina enfrentó a conjuntos que se preocuparon ante todo por defenderse, y pese a ello tuvo problemas atrás, no graves, pero sí como para preocuparse. P & M adhiere a la teoría de la frazada corta, pero como se señaló hace más de una semana, preferiría una mayor cohesión defensiva.

En la definitoria fase que comienza este fin de semana, cada encuentro estará cargado de dramatismo desde el mismo silbato inicial. La eliminación de los dos finalistas de 2006 y los padecimientos de alemanes, ingleses y españoles son pruebas elocuentes de que todo puede suceder. Ni siquiera Brasil ha deslumbrado, aunque su capacidad para la definición le da un plus muy importante. El de España está en la calidad de su juego colectivo, y el nuestro en la de sus individualidades. No obstante, hay que anotar en el haber de Maradona varios aciertos, a saber: a) esos quince días previos al Mundial, utilizados para "estrechar vínculos"; b) derivado de lo anterior, la confianza infundida a Messi, que se ha reflejado en su juego; c) la posición de Tévez para actuar como descarga y acompañante del crack de Barcelona; d) la elección de Romero para ocupar el arco. En el debe, están algunas decisiones controvertidas como la ubicación de Jonás Gutiérrez y de Otamendi en un puesto al que no están habituados y la continuidad de Demichelis, pese a que no viene pasando un buen momento.

Esperemos que la primer columna nombrada sume más que la otra. Y en caso de equilibrio entre ambas, Maradona aún tendrá a mano la opción por Martín Palermo, que siempre parece capaz de agregar una página a su increíble leyenda. El resto, será producto de la dinámica de lo impensado.

jueves, junio 24, 2010

Cada vez canta mejor

Hoy se cumplen 75 años del momento en que El Morocho, El Zorzal, Carlitos, El Troesma, El Mudo, se fue de este mundo. Es un lugar común decir que entonces nació el mito, pero creo que así fue. En su caso, la definición de Sebreli ("el mito es inefable, se lo siente o no") parece confirmar esa condición. La sabiduría popular lo expresó con mayor simpleza: "cada vez canta mejor".

De hecho, todavía hoy en nuestro país -como dice la letra de Celedonio Esteban Flores- "cualquier cacatúa sueña con la pinta de Carlos Gardel". En efecto: pese al tiempo transcurrido, al conquistar a la mujer deseada, conseguir el mejor empleo o comprar al fin el auto soñado, el argentino declara sentirse como si fuera Gardel. Más aún: Maradona "es Gardel", esa es la medida.

Por supuesto, el influjo abarca a todo el espectro tanguero. Referente obligado de los cantores de todos los tiempos, hubo varios que trataron de imitarlo sin suerte. Interpretó tanto piezas folklóricas como canciones tradicionales españolas e italianas, y hasta grabó fox-trots en inglés. Fue el impulsor del tango-canción a partir de su asociación como compositor e intérprete con el letrista Alfredo Le Pera, quien fallecería junto a él en el accidente de Medellín. Hizo varias giras por Europa y los Estados Unidos, cosechando grandes exitos. Murió mientras recorría América Latina, abriendo nuevos mercados para la música y el cine nacionales.

Corresponde, entonces, otro lugar común: P & M no podía dejar de homenajearlo. Escuchemos.

domingo, junio 20, 2010

Día del Padre


El discurso progre sostiene que el Día del Padre es un mero recurso de marketing, un invento para aumentar las ventas, por lo cual festejarlo no es más que una concesión al capitalismo salvaje, algo así como hacerle el juego a los perversos empresarios que sólo buscan maximizar beneficios.

Como ello me tiene sin cuidado, hoy disfruté con plenitud e intensidad del dulce beso de mi hija, del afectuoso e-mail que me envió  mi hijo desde tierras lejanas y de las felicitaciones que me hicieron llegar familiares y amigos; por supuesto, también brindé por eso.  La oportunidad ha sido buena asimismo para auto-posicionarme una vez más en el lugar adecuado, enviando los pocos vestigios de mi egolatría a un merecido desván mental, al recordar que lo que mejor me salió en la vida (tener dos hijos que hoy son muy buenas personas) fue el producto de un trabajo en equipo del que fuí partícipe necesario pero no suficiente...

Además dediqué un tiempo a recordar a mi viejo, que partió de este mundo cuando yo tenía veinte años. Repasé sin tristeza los buenos momentos de mi niñez y juventud, así como la calidez de la relación que mantuvimos pese a la gran diferencia de edad. La única sombra la provocó el pensar que se me fue demasiado pronto, pero el valor de los recuerdos gratos la compensó con creces.

Sí, hoy pasé un feliz día del padre.

jueves, junio 17, 2010

Otro paso


La Argentina jugó un buen primer tiempo, contra un rival como Corea del Sur que salió dispuesto a colgarse del travesaño para defender el cero en su arco. Mantuvo la calma, movió la pelota de un lado a otro y mostró variantes.  También evidenció un error táctico: hacer arrancar a Messi  de muy atrás, con lo cual tenía que sortear un nutrido escalonamiento de rivales. La solución la aportó Tévez, con su atrevimiento -esta vez, con menos "barullo"-  para encarar rompiendo líneas, tocando y haciendo asistencias. Pero, en el segundo tiempo, las cosas cambiaron.

En efecto, el resultado holgado no debería hacernos olvidar que en ciertos momentos estuvimos bastante preocupados. De hecho, promediando esa segunda etapa, sólo la torpeza al tratar de definir de ese delantero coreano (no me pidan el apellido...) que apareció libre por el sector izquierdo del área argentina impidió un empate transitorio en dos goles. El equipo había perdido el control de la pelota y hasta la "apostura", con lo cual terminó agrandando a los contrarios. Por suerte, el ingreso de Aguero y su inmediato feeling con Messi posibilitaron liquidar el partido.

La frase, últimamente bastante repetida, se la escuché por primera vez al brasileño Tim, el DT del formidable San Lorenzo de 1968, los famosos Matadores (aquí, el lector debe ponerse respetuosamente de pie; gracias, seguimos): "el fútbol es una frazada corta". Resulta esperable que una propuesta con tres hombres en franca posición ofensiva, tenga como contrapeso algunos problemas de orden defensivo. Yo creo que de todos modos esa apuesta es muy buena, ya que el plantel dispone de mitad de cancha para arriba jugadores de una calidad superlativa en cantidad asombrosa. Sin embargo, me gustaría que en el plano defensivo las cosas se organizaran mejor.

Si fuera un boxeador, la selección sería un noqueador de manos picantes y precisas, pero con una peligrosa permeabilidad defensiva. El cuadro queda demasiado "largo" porque la línea del fondo no siempre achica bien a espaldas de los volantes, y también porque el adelantamiento de los laterales -hoy ocurrió por el lado de Heinze- deja demasiados espacios libres. Falta sincronización y, tal vez, alguna voz de mando (que, además, logre sobreponerse al estruendo de las dichosas vuvuzelas...).

Nada que no pueda mejorarse. Por ejemplo, hoy la presencia de Maxi Rodríguez sobre el costado derecho protegió mejor al improvisado marcador Jonás Gutiérrez, cuyo escaso aporte ofensivo, sin embargo, siguió sin justificar su ubicación en ese puesto.

El equipo va evolucionando, aunque tiene cosas que corregir, y es de suponer que la confianza va aumentando. Será cuestión de mantener el equilibrio y no caer en una euforia contraproducente. Los rivales nos van a temer por el poder de fuego ofensivo y tratarán de explotar nuestras flaquezas. Ojalá tengamos la inteligencia y la capacidad para aprovechar las fortalezas y minimizar las debilidades.

miércoles, junio 16, 2010

¿Indignación o asco?


La escasez de monedas en la ciudad de Buenos Aires y alrededores se ha convertido en una endemia. La prensa da cuenta del mercado negro que se ha formado como consecuencia de este fenómeno, expresión de la canallesca irresponsabilidad del gobierno.

El problema no es nuevo. Todos recordaremos que durante la campaña electoral de 2007, la por entonces candidata Cristina Fernández se encargó de anunciar con bombos y platillos que en caso de resultar electa, instrumentaría un sistema de tarjetas electrónicas para el transporte urbano y suburbano, que abarcaría tanto a los colectivos de línea como al subterráneo. No era una medida demasiado revolucionaria que digamos (ya que sistemas parecidos se usan desde hace tiempo no sólo en los países europeos, sino en ciudades argentinas como Rosario y Córdoba) pero en caso de concretarse, hubiera sido una solución.

Hoy comprobamos que se trata del enésimo anuncio del gobierno no concretado. Pero hay una vuelta de tuerca más: las víctimas de ese mercado informal son los pobladores de las barriadas más humildes, que no tienen otra alternativa que pagar una prima para conseguir las monedas que necesitan para trasladarse en colectivos hasta sus lugares de trabajo. Mientras esto ocurre, el kirchnerato -que ya ha venido derivando ingentes recursos al barril sin fondo del "fútbol para todos" televisivo-  destinará gruesas sumas para distribuir gratuitamente unos decodificadores que permitirán el acceso a señales de televisión por las que se propalará propaganda electoral oficialista.

En síntesis: fondos públicos asignados discrecionalmente a objetivos electorales de tinte clientelista, jerarquizados por encima de las necesidades de los segmentos pauperizados de la población del conurbano. Una maravillosa demostración de progresismo redistributivo, que seguramente contará con el beneplácito de los irónicos amanuenses de "6,7,8" y de los ceñudos intelectuales del grupo "Carta Abierta".

"Indignación" es insuficiente, "asco" sería la palabra apropiada.

lunes, junio 14, 2010

Querer creer


El debut argentino en el Mundial de Sudáfrica nos deparó un triunfo por el que sufrimos más de lo justificado. El equipo creó oportunidades de gol en cantidad tal que, de haber acertado en un tercio de los casos, le habría permitido alcanzar una cómoda goleada. Sin embargo, hubo que esperar hasta el pitazo final, angustiados ante la posibilidad de que el zapatazo de un nigeriano o un error defensivo decretaran el empate.

Lo dijo Maradona en la conferencia de prensa: no se puede perdonar tanto. Sin embargo, hay que decir que mucho más preocupante hubiera sido no haber generado llegadas. El equipo demostró ser temible de mitad de cancha para adelante, a pesar del menos que deslucido desempeño de Di María. Y aquí hay que apuntar un acierto del DT: juntar a Messi con Tévez para que el Apache se le mostrara como descarga y acompañamiento. El propio Higuain, impreciso en la definición (¿nervios del debut?), también fue valioso en el armado de las jugadas, aportando movilidad y aguantando la pelota con criterio y sentido táctico. Es posible que en ese acompañamiento se encuentre la razón del "despertar" de Messi, que jugó -me parece- su mejor partido en la selección mayor, evitando algo que le venía sucediendo en una forma que parecía irremediable: quedar arrumbado sobre la derecha, aislado y fastidioso. El sábado estuvo suelto, transitó por varios sectores del terreno y en el final, cuando había que tenerla para que corrieran los minutos, se hizo eje  y referente. Verón, por su parte, se mostró demasiado impreciso en los pases (incluso en cesiones cortas y fáciles), cuando se esperaba de él que favoreciera la circulación de la pelota.

Pero los problemas, todos lo vimos, estuvieron atrás y, en particular, en el sector derecho. El experimento de Jonás Gutiérrez como marcador de punta no sólo no funcionó a la hora de defender, sino que tampoco sirvió para que el ex jugador de Vélez hiciera valer su tranco en función de ataque. Error del técnico, que obliga a una pregunta: ¿por qué hay que "inventar" para cubrir un puesto que requiere de mucho oficio, teniendo en el plantel jugadores acostumbrados a esa posición? Tampoco Demichelis transmitió seguridad, llegando casi siempre tarde a las coberturas. Los puntos fuertes defensivos fueron Samuel  y Heinze (el Gringo me tapó la boca con su rendimiento y, encima, hizo el gol del triunfo), además del arquero, siempre criterioso y decidido; a lo de ellos se sumó la habitual solvencia de Mascherano para recuperar en el medio.

El rival fue relativamente exigente, a partir de una ajustada disposición táctica que respetó tal vez demasiado. Se agrupó de mitad de cancha hacia atrás con mucha gente y nunca arriesgó. Quizá su técnico quiso evitar la goleada, y el resultado parece darle la razón. También trató de aprovechar las debilidades apuntadas de la defensa argentina, pero le faltó contundencia. Argentina logró imponerle superioridad, salvo en un tramo del primer tiempo, más o menos entre los 15 y los 35 minutos.

De lo que todos hablamos ahora es de cómo formará el equipo en el próximo encuentro, y creo que nadie espera que se repita la integración de la línea de cuatro. Entonces, aceptando que Burdisso o Clemente Rodríguez podrían ocupar la plaza de marcador derecho, y que la de volante por la izquierda podrá estar entre Jonás y Di María (al zurdo yo le volvería a dar una oportunidad), el casillero a llenar es el de volante derecho. Porque manteniendo a los tres de arriba, Verón -para colmo, disminuido físicamente- no parece tener la dinámica necesaria para complementar a Mascherano. Jugando con tres volantes (y Tévez bajando un poco, como el sábado pasado), Maxi Rodríguez o Bolatti parecen alternativas más apropiadas. Porque Cambiasso no está en el plantel, lamentablemente.

Deberá decidirlo Maradona, quien en el debut mostró otra de sus facetas deficitarias: la oportunidad para introducir los cambios. El problema defensivo era evidente casi desde el inicio, mientras que la mala tarde de Higuain para definir "pedía" el ingreso de Milito. Sin embargo, esos dos cambios llegaron demasiado tarde (el de Verón fue por lesión).

Corea del Sur viene agrandado por el triunfo. Tienen un gran despliegue físico y mucha velocidad, pero no deberían complicarnos demasiado.  Esperemos que Messi mantenga esta renovada imagen (renovada en la selección, por supuesto) y que el equipo siga creciendo.

(La foto pertenece a La Nación).

Indias blancas


Juro que puse lo mejor de mí. Allá por la página doce ó quince estuve a punto de abandonarlo, pero seguí. En la cincuenta y pico me volvió a pasar, y sin embargo continué. Ayer, a duras penas, dejando jirones de piel,  llegué a la 171 y se me ocurrió ver el número de la última: era el 444.  Decidí que era demasiado.

El libro cuenta una historia de amores trágicos, malones indígenas, mujeres cautivas, familias de falsa prosapia y curas heroicos, ambientada en la Argentina de 1870. Lo hace con lentitud exasperante, en un estilo romanticón y con un lenguaje que pretende ser refinado pero resulta cursi. Ergo, el volumen fue a parar a un estante lejano de la biblioteca hasta que pueda devolverlo. Ahora tendré que juntar coraje para mentirle que me gustó (tratando de pasar con rapidez a otro tema) al amigo que me lo prestó con su efusiva recomendación. Lo aprecio mucho y no quisiera herir su sensibilidad...

Dudo que vuelva a leer (o a intentar leer) algo de su autora, al menos en los próximos tiempos.

En fin, no te puede gustar todo lo que leés. Este ha sido un caso.

miércoles, junio 09, 2010

Opiniones de un futbolero experto...


Faltan poco más de 48 horas para que la selección argentina inicie su participación en el Mundial de Sudáfrica.

Así que P & M considera que debe definirse, siendo su autor uno de los treinta y pico de millones de expertos argentinos en fútbol, que además nos autoproclamamos "el DT que necesita la blanquiceleste". De manera que aquí van estas apostillas:

  • "El" candidato, el favorito de la mayoría, es España. Hay que decirlo: el equipo juega bárbaro, habiendo logrado plasmar un compendio de belleza y eficacia muy difícil de alcanzar. Da gusto verlo. Sin embargo,  yo no comparto tan absoluto favoritismo, por razones más "psicológicas" que futbolísticas. Los veo demasiado agrandados, y habrá que ver si el clásico frío en el pecho que suele aquejar a los equipos de ese país en los mundiales no reaparece.  En tal caso, no será la primera vez que un gran favorito defraude las expectativas: Alemania 1954, Holanda 1974 y Brasil 2006 fueron casos notables. No hay que vender la piel antes de cazar el oso...
  • Mi candidato es Brasil. Me da la sensación que al talento de sus individualidades le ha agregado una gran disciplina táctica. Me apresuro a decirlo: los planteos rígidos de Dunga son poco menos que una traición a la historia del "scratch". Sin embargo, reconozco que -para mis propios sorpresa y desagrado- en los últimos tiempos la fórmula ha funcionado. Tienen a fenómenos como Kaká y Luis Fabiano, y por si eso fuera poco, disponen de un arquero como Julio César que es buenísimo.
  • Argentina va a dar pelea, por la calidad de sus jugadores. Además, Maradona ha tomado una decisión acertada cuando organizó esta especie de "retiro espiritual" de los últimos quince días, con el objeto de amalgamar al grupo. Gente que viene muy castigada por una temporada europea durísima, necesitaba un respiro. Las incógnitas se relacionan con la capacidad del conductor para ser piloto de tormentas, y con la reacción que el equipo podrá mostrar ante circunstancias adversas. Creo que Di María puede ser una agradable revelación, y le apuesto varias fichas a Carlitos Tévez.
  • Dos potencias que tradicionalmente son candidatas a estar entre los cuatro primeros, como Alemania e Italia (el último campeón) no parecen hoy lo bastante sólidas. Sin embargo, yo no las daría por vencidas antes de tiempo...
  • Del mismo modo, Inglaterra, México y Holanda son equipos fuertes y capaces de llegar a instancias decisivas.
Todo lo anterior no es más que pura cháchara. La verdad, como decía Ángel Labruna, se verá sobre el verde césped.

domingo, junio 06, 2010

Nacidos para sufrir


Es bastante extraña la sensación que me produce el fútbol. Es muy posible que esa mezcla de pasión, angustia, alegría, interés lúdico y placer artístico que me despierta su contemplación no resista un análisis que pretenda ser sensato. La siento, y punto.

Lo del placer artístico no es exagerado. Es lo que provoca que, aún cuando se trate de un "picadito" jugado por unos chicos en cualquier descampado, la mirada se me vaya irresistiblemente atraída por esa pelota que va y viene de un lado a otro.  Ningún escarceo futbolístico me resulta indiferente. Me pasa como al viejo junto al árbol del cuento de Fontanarrosa. Me pasa a mí, claro, y a millones de personas más a lo largo y lo ancho de este valle de lágrimas.

En menos de una semana, por lo tanto, seré uno más entre quienes sufriremos -aún en el triunfo- con los avatares de nuestro representativo en el Mundial de Sudáfrica. Lo cual, de paso, alguna vez podría ser interpretado como respuesta por tantos sesudos analistas que se preguntan qué tiene que ver un partido entre selecciones con la cuestión del ser nacional. Mientras periodistas, sociólogos y psicólogos sociales se siguen interrogando al respecto, los hinchas estarán allí, empujando a los players con sus trémulos corazones entre las manos.

Pero, mientras ese momento llega, las preguntas le atenacean a uno la garganta.

¿Jugará Messi como lo hace en el Barcelona? ¿Aguantará Verón el trajín de tantos partidos seguidos? ¿Dos líneas de cuatro o tres en el fondo? ¿Milito o Higuain?  ¿Cuáles serán las virtudes que Garcé desplegará en el vestuario, por las que ha sido convocado? These are the questions.

Los seguidores de P & M saben que su autor no es optimista respecto del desempeño argentino. Varias son las razones, empezando por las dudas sobre la capacidad y el equilibrio emocional del DT para conducir al grupo, sobre todo en los momentos desfavorables. Siguiendo por la composición del plantel, con ausencias (ante todo, la de Cambiasso) tan difíciles de entender como ciertas presencias.

Pero no hay que olvidar que en la "dinámica de lo impensado", según la inmortal definición de Dante Panzeri, todo es posible.

Lo único seguro es que vamos a sufrir... Ampliaremos.