jueves, mayo 28, 2009

Tarde piaste, IV


Quizá haya sido consecuencia de un enamoramiento cuasi adolescente por el modelo implantado, devaluación mediante, en 2002. Y se sabe que esos enamoramientos vertiginosos no siempre conducen a buen puerto. O tal vez haya sido otro tipo de motivación sentimental, provocada por las cálidas apelaciones al rol de la burguesía nacional emitidas desde el atril presidencial.

Lo cierto es que los industriales argentinos nunca mostraron preocupación por las numerosas señales que el kirchnerismo venía dejando al costado del sendero: el reiterado destrato a los empresarios (y no sólo a los que osaron plantearle reclamos, como los del campo) aquí y en el exterior, las obras públicas anunciadas varias veces mas nunca iniciadas (incluyendo el disparate del tren-bala), el creciente aislamiento internacional, la turbiedad de casos como el de Skanska o el del maletín arribado en un avión de Enarsa, las desprolijidades de las estadísticas oficiales, por citar sólo algunos ejemplos. Ni siquiera el más reciente manotazo a los fondos de las AFJPs fue un motivo para que los directivos de la UIA dejaran por un momento de lado su alineamiento tras "el proyecto".

Hasta ahora, en que la estatización por parte del gobierno venezolano de una empresa cuyos capitales pertenecen a uno de los principales referentes de la entidad, parece haberlos despertado de su plácida ensoñación productivista. Y entonces le piden al gobierno de Cristina que los defienda y sancione a Chávez vetando su acceso al Mercosur.

De nuevo, gente que -quizá por haberse distraído- se acuerda tarde... Tal vez por eso resulte merecido el antológico reto presidencial a Techint, por haber depositado el importe del primer pago por la estatización de Sidor en un banco fuera de la Argentina, mientras los fondos públicos santacruceños permanecen en un extraño limbo financiero.

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Tarde piaste
Tarde piaste, II
Tarde piaste, III

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