miércoles, mayo 13, 2009

Tarde piaste, III


En un comunicado, el Grupo Fénix ha solicitado al gobierno nacional que avance en un "proceso de normalización del Indec" para "devolver confianza" a la información que brinda el organismo.

Se trata de un nucleamiento de economistas de la UBA, en el que predominan los popes de lo que podríamos llamar el neoestructuralismo argentino, entre los cuales -además del muy renombrado Aldo Ferrer- se encuentran varios profesionales muy serios y prestigiosos, como Norberto González, Mario Rapoport, Alejandro Rofman, Víctor Beker y mi antiguo condiscípulo Alberto Müller (a quien no veo desde hace unos 35 años...). Que yo sepa, excepto Beker, ninguno de ellos había planteado antes este problema en forma pública y con el correspondiente énfasis.

Tengo que decir que expresiones como "devolver confianza", "superar la actual situación" y la que titula el comunicado ("Asegurar la credibilidad de las estadísticas es un deber del Estado"), si bien implican un reconocimiento del problema a que se refieren, son meros eufemismos para eludir una descripción precisa de los hechos: el Indec ha sido objeto desde fines de 2006 (como lo sostuvo P & M más de una vez, por ejemplo aquí y aquí) de un deliberado proceso de destrucción por parte de las autoridades gubernamentales, perpetrado con el propósito de servir a los intereses del oficialismo. En primera instancia, para suplir las falencias del control de precios en el combate a la inflación, dibujando el índice respectivo, y a continuación extendiendo la manipulación a otros indicadores de la realidad económica y social. En otros términos, los boletines del Indec se convirtieron en la versión moderna del diario que dicen le escribían a Yrigoyen, aunque en este caso no está dirigido a la Presidente sino a los ciudadanos.

La gravedad del cuadro y la grosera evidencia de la manipulación, sumadas a las cualidades y méritos de los miembros del Grupo Fénix, hacen que uno deba lamentar que la declaración haya llegado con tanta demora y con un lenguaje casi paterno-permisivo: "arreglá eso y no lo vuelvas a hacer nunca más, nene, ¿m'entendiste?".

En síntesis: tarde piaste, Grupo Fénix.

(La imagen es del Dr. Aldo Ferrer. Fue ministro de los gobiernos de la "Revolución Argentina" encabezados por Levingston y Lanusse, presidente del Banco de la Provincia de Buenos Aires en la administración de Alfonsín y de la Comisión Nacional de Energía Atómica en la de De la Rúa. En el gobierno de Kirchner revistó como director de la petrolera estatal Enarsa, y en la actualidad es representante del Estado en el directorio de la empresa Siderar. En septiembre del año pasado afirmó que la situación del Indec era una cuestión administrativa y que el problema no era ese sino la inflación.)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Este gobierno "dibuja" las cosas desde hace mucho tiempo, miente, como cuando una investigadora de la provincia de Tucumán declaró que la habían sacado de su puesto por no aceptar que los bebés nacidos a término con menos de 2 kg de peso no eran bebés, sino "fetos" que no engrosarían las estadísticas de "mortalidad infantil"... según las cuales Tucumán estaba al mismo nivel que Suiza... Nada ni nadie le puede devolver credibilidad a este gobierno de Alí Babá y los cuarenta ladrones. ¿Aceptarán habitantes cincuentones en la Luna?

Anónimo

Mastrocuervo dijo...

Anónimo:

Si ud. averigua lo de la Luna, páseme el dato. Entre tanto, Uruguay o Chile podrían ser buenas alternativas...

Saludos.

ars dijo...

Me parece que vamos a terminar en la Luna. Pero, en realidad, mi comentario va para otro lado. Interesante lo del Dr. Ferrer. Debería escribir un libro cuyo título podría ser más o menos "De cómo parecer eternamente virtuoso, sin serlo, y mojar a gusto". ¿Soy muy duro o ya estoy demasiado cansado que me "den duro", a título de simple ciudadano?
Ciudadano: adjetivo que, en la República Argentina, identifica a un pelotudo.

Mastrocuervo dijo...

Ars:

El caso de Ferrer es realmente notable, porque nadie (y en particular, nadie del progresismo vernáculo) parece querer acordarse de su pasado como funcionario de una dictadura. Y casi nadie le pregunta qué hizo siendo Director de Enarsa, cuando se supo que en un avión rentado por la empresa venía una valija de contenido non-sancto.
El patriarca virtuoso, esa es la imagen que supo fabricar...

il postino dijo...

El día que se jubile Ferrer hago una fiesta...y que en este país se lo considere un referente habla tan pero tan mal de nuestros estándares...eso si, el viejo es simpaticón, pero sus ideas huelen a naftalina vieja