viernes, diciembre 04, 2009

Una derrota del nacionalpopulismo


La derrota que el kirchnerismo experimentó anoche en la Cámara de Diputados es hija de la que había sufrido en las elecciones del 28 de junio. Por eso, el entramado de leyes que el gobierno se apresuró a instrumentar desde aquel momento, aprovechando agónicamente la composición del Congreso que le era favorable, se parece a los forcejeos disfrazados de negociaciones que precedieron a la sesión de ayer.

El nacionalismo populista de los K se resistió hasta último momento a perder un segmento de la concentración de poder en cuya construcción tanto empeño puso desde que el hoy copresidente asumió en 2003. Desnudó así su esencia antirrepublicana, ya que si la república es la contracara de la monarquía, ello deviene precisamente de la distribución del poder que la caracteriza. Los Kirchner han procurado, desde que empezaron a jugar en las "grandes ligas" de la política argentina, concentrar en sus manos -y en las de sus pocos y selectos amigos- la mayor cantidad de poder posible. Anoche, ese capital empezó a escurrirse entre sus dedos.

Pero esto solamente es el comienzo. Es tan seguro que no han ignorado las numerosas señales de decadencia política (como la quizá tardía pero llamativamente explícita alarma de la Unión Industrial Argentina por el creciente intervencionismo estatal) como que no se entregarán sin dar batalla, para usar la terminología militarista que tanto les gusta a sus partidarios.

La oposición haría bien en no dormirse en los laureles de esta victoria, y prepararse para lo que viene.

(La imagen es de Clarín)

1 comentario:

ars dijo...

Esto recién empieza. Lamentablemente nos tenemos que limitar a esperar un comienzo, cuando las cosas -en serio- comenzaron hace unas tres décadas. En fin...